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Crónica (criminal) de un fracaso colectivo

Salir al cine

Llega a Netflix el documental ‘El caso Wanninkhof-Carabantes’, que revisa aquellos casos para revelar los errores de la investigación y el sensacionalismo mediático en la España de la época. Reabren los cines MK2-Cinesur Nervión con sustanciosas reformas y mejoras.

Carteles de búsqueda de las jóvenes Rocío Wanninkhof y Sonia Carabantes.

Los casos de Rocío Wanninkhof y Sonia Carabantes, las jóvenes asesinadas en 1999 y 2003 en Mijas y Coín (Málaga) respectivamente, reunían, lo recordarán bien, todos los elementos necesarios para reavivar la eterna pasión popular y mediática por el crimen o para trabajar también con ellos desde el tiempo, la distancia y el enfriamiento en uno de esos true crimes de nuevo cuño que se han convertido en contenido-reclamo de las plataformas audiovisuales.

Dos casos trágicamente unidos por una serie de circunstancias macabras y azarosas y unas muestras de ADN recogidas en las escenas del crimen que dieron finalmente con la pista y la detención de un mismo asesino, el británico Tony Alexander King (Tony Brownwich, un tipo con un largo historial violento y criminal contra mujeres en el Reino Unido antes de llegar a España con una nueva identidad), cuando el primero de ellos tenía ya en prisión a una supuesta culpable, Dolores Vázquez, ex -pareja de la madre y amiga íntima de la familia de Rocío, tras un juicio con jurado popular y mucho ruido mediático en el que pesaron antes las acusaciones infundadas, el acoso de la prensa, la infausta ‘pena de telediario’ y una más que evidente lesbofobia (Vázquez reunía el perfil de la lesbiana a la que uno deseaba odiar) que las pruebas (inexistentes), las coartadas y las motivaciones para el crimen.

Sin necesidad de convertir este atractivo material real en una serie por capítulos, el documental de hora y media que dirige Tània Balló (200km., Las sinsombrero), asume ciertos tics y maneras estandarizadas del formato (de los drones cenitales a las secuenciaciones temporales pasando por la constante música de suspense), pero adopta siempre la distancia justa y el tono preciso para no caer en la trampa de tratar el sensacionalismo con más sensacionalismo, marcando bien el posicionamiento objetivo, analítico y crítico sobre aquellos casos y su tratamiento social, policial, informativo y judicial sin añadir más confusión al asunto ni echar más carnaza al asador.

Al fin y al cabo, El caso Wanninkhof-Carabantes no deja de ser, como lo era también la serie de Siminiani sobre el caso de las niñas de Alcasser y sin necesidad de cliffhangers, la crónica de una época y de un gran fracaso colectivo en la España de finales del XX y comienzos del XXI; el relato, bien construido, narrado y montado a partir del archivo, los testimonios expertos o de primera mano y unas pudorosas reconstrucciones o regresos a los lugares de los hechos, de cómo la tragedia personal y familiar, la comprensible pasión popular por el crimen y sus procesos, las garras de la prensa (con firmas y rostros muy conocidos y aún hoy en activo e incluso con respetabilidad: de Juan Manuel de Prada a Pepa Bueno) y los sucesivos errores (algunos de ellos intencionados) de la investigación, la justicia, los servicios de inteligencia, la Interpol o la política a sus distintas escalas (Acebes y el gobierno del PP incluidos) no pudieron evitar la muerte violenta de dos adolescentes, que dos familias quedaran destrozadas, que un asesino fichado anduviera suelto por la Costa del Sol y que una mujer inocente acabara en la cárcel y marcada para siempre sin nadie que le haya pedido perdón ni haya asumido las responsabilidades del múltiple despropósito.

MK2-Cinesur Nervión: reformas para el optimismo

Ya eran los mejores cines de la ciudad, también los de mayor recaudación de Andalucía y los quintos a nivel nacional, pero como a todos, la pandemia les obligó primero al cierre y luego a la reapertura con restricciones y un público menguante. Con todo, los gestores de MK2-Cinesur Nervión han visto en estos tiempos de crisis una oportunidad para la mejora y la apuesta por el futuro, lanzándose en tiempo récord (apenas seis meses) a una reforma y modernización completa de sus salas, equipos e instalaciones que verá por fin la luz mañana viernes 2 de julio.

El espectador que acuda a los preestrenos hoy y mañana de A todo tren: destino Asturias, de Santiago Segura, y Mandíbulas, de Quentin Dupieux, se encontrará 18 salas completamente remozadas, 2.600 butacas de diseño exclusivo, algunas reclinables y dobles, proyección digital 4K y Full HD 2K, 3D, sonido envolvente de última generación, ambigús y espacios comunes totalmente renovados para seguir disfrutando de los estrenos comerciales y de los contenidos y eventos alternativos marca de la casa fundada por Marin Karmitz en 1974: cine de autor, documentales, sesiones en VOSE, ciclos especiales, sesiones exclusivas, retrospectivas, óperas y, desde hace ya varios años, el imprescindible Festival de Cine Europeo de Sevilla.

El reestreno de la semana: 'Amélie'

Se cumplen veinte años del ‘fenómeno Amélie’, la cinta francesa que, al son de los acordes y valses de Yann Tiersen, lanzó las aventuras romántico-maravillosas de Audrey Tautou por un París de postal añeja que algunos quisieron ver como actualización del realismo poético y otros como síntoma de la lepenización de la sociedad gala por más que estuviera disfrazada de fábula y pusiera en escena numerosos hallazgos visuales en plena transición hacia la imagen digital.

Trailer Amelie

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