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Broncearse sin renunciar a la salud

Cuidados la piel durante el estío

Dermatólogos y farmacéuticos recomiendan hábitos beneficiosos para los meses de mayor radiación solar

La ropa será el mejor protector solar para los más pequeños.
Dulce Rivero

24 de julio 2016 - 01:00

Dice la cultura popular que no llega el verano ni con el solsticio de cada 21 de junio, ni con el primer día de calor sofocante, ni siquiera cuando uno se da el primer chapuzón de la temporada en el mar. El estío comienza la primera vez que se abre en casa un bote de protector solar. Ahora sí, huele a verano. Y la llegada de las estación favorita de muchos, la de las vacaciones, se confirma el día que ya se nota la piel más morena o dorada. Sin embargo, este cambio estético propio de una mayor exposición solar no debe ir acompañado de poner en riesgo la salud. El papel de los fotoprotectores es cada día más importante, recuérdense las recomendaciones que aconsejan usarlo todos los días del año. Su utilización en las jornadas de canícula, en las que el tiempo que se pasa bajo el sol es mayor y la radiación también es más agresiva que en otras estaciones del año, es innegociable según dermatólogos y farmacéuticos. Profesionales de ambos sectores se unen para concienciar de la necesidad de adquirir hábitos saludables para cuidar la piel, que es un órgano más -el más grande del cuerpo del ser humano-, y además sugerir rutinas para evitar sufrir un cuadro de deshidratación.

Cuando se trata de niños, la premisa está clara para el dermatólogo Ismael Yebra: "El mejor protector es la ropa. Usar gorras y camisetas, además de un fotoprotector de factor 50". Los bebés que no han superado los primeros 12 meses de edad, según señala el especialista, no deberían exponerse al sol de manera directa: "Sé que todos lo hacemos pero los menores de un año no deberían ir a la playa". La capacidad inmunodepresora del sol afecta especialmente a niños y adolescentes, máxime en bebés, cuyo sistema inmunológico aún está madurando. Según la recomendación del doctor, que sugiere evitar la playa, se debe a que no sólo hay que tener en cuenta la exposición a los rayos solares sino la reflexión que producen tanto el agua del mar como la arena. Los efectos negativos del sol pueden ser visibles a corto plazo produciendo quemaduras, facilitando la aparición de herpes, erupciones tipo acné e infecciones cutáneas o empeorando enfermedades crónicas de la piel como la psoriasis, entre otras; o bien aparecer paulatinamente y generar patologías tan graves como el temido cáncer de piel. "El envejecimiento de la piel se debe más al sol que a la edad", comenta respecto a esta cuestión Lourdes Martín Corona, farmacéutica del CIM (Centro de Información del Medicamento) del Colegio de Farmacéuticos de Sevilla.

Entre las 12:00 y las 17:00 de cada jornada sería el tramo horario en el que evitar la exposición solar, además de la actividad física, que va acompañada de la pérdida de sales minerales. Las recomendaciones para protegerse de los efectos negativos del sol y de un posible cuadro de deshidratación son usar fotoprotección y ropa adecuada (que permita la transpiración) incluso en días nublados, aplicar los solares media hora antes de la exposición y renovar periódicamente, hidratar la piel tras tomar el sol y no reutilizar el fotoprotector de un año para otro. Además, es importante proteger los ojos con gafas de sol seguras: las que al comprarlas tienen el marcado CE e incluyen instrucciones de uso y tipo de filtro. Para favorecer la hidratación, hay que acordarse de beber sin tener sed (lo ideal sería entre 2 y 2,5 litros al día) y consumir bebidas con sales minerales y azúcares de absorción rápida que van desde los zumos de frutas o sopas frías como el gazpacho a los sueros hiposóricos en los casos más extremos. Quienes tomen por prescripción medicamentos antihistamínicos, antibióticos, quimioterápicos, anticonceptivos, antipsoriásicos y tranquilizantes deberán ser especialmente precavidos.

En cuanto al factor de protección o la forma farmaceútica más adecuada, el dermatólogo Ismael Yebra recomienda para los niños fotoprotectores del 50 específicos para menores, pues cuentan con excipientes no tóxicos que reducen los riesgos, por ejemplo en caso de ingesta del producto. Para el resto de la población, el especialista aconseja entre el 50 y el 30, nunca una protección menor, de manera que el bronceado aparecerá de manera gradual y menos nociva que usando factores inferiores. En esta recomendación, coincide la farmacéutica Lourdes Martín Corona: "Para el perfil medio de fototipo de piel de la población de Sevilla y la provincia lo ideal es protegerse con solares de entre el 30 y el 50". Los fotoprotectores que incluyan pantallas químicas, físicas y biológicas, detalla Martín, son la tendencia y cabe la posibilidad de encontrar opciones en el mercado que no incluyen alguno de los tipos mencionados para quienes desarrollan alergias cutáneas. En cuanto a la forma farmaceútica, recomienda que hay que asegurarse bien de la aplicación de los sprays -cómodos para ponérselos a los niños- pues la pulverización no se ve y pueden quedar zonas desprotegidas. Los sprays fluidos pueden ser la alternativa. Las cremas fluidas serían, según Lourdes Martín, una opción todoterreno: cómoda, visible para la aplicación y duradera.

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