Una oportunidad de futuro
La Fundación Pesán ha puesto en marcha el Centro de Educación Integral para doce jóvenes
Hay veces que, injustamente, las circunstancias del entorno de las personas marcan de una manera decisiva su futuro. Que todos tengan las mismas oportunidades no deja de ser una deseable utopía que los diferentes agentes económicos, políticos y administrativos deberían tener entre sus objetivos para conseguir una sociedad mejor. Por esta razón, el último proyecto de inserción social que la Fundación Persán está realizando con doce jóvenes en situación de vulnerabilidad, es una apuesta por la solidaridad de un modo útil y directo.
Con motivo del 75 aniversario de Persán, la presidencia de la compañía encargó a la Fundación la puesta en marcha de un proyecto "de alto valor cuantitativo y cualitativo y se decidió, cumpliendo los ámbitos de trabajo tradicionales de la institución, dirigirse a colectivos en la frontera de la vulnerabilidad social", explicó Concha Yoldi, presidenta de la Fundación Persán.
De este modo, doce jóvenes repartidos en dos pisos (seis chicos y seis chicas), de entre 16 y 18 años, "con un alto potencial personal" han sido los pioneros de este Centro de Educación Integral Persán. La filosofía del proyecto es acompañar a estos jóvenes desde su ingreso en Secundaria hasta su integración laboral. "Hemos procurado hacer un proyecto innovador, donde en el proceso de selección de los beneficiarios ha primado el compromiso personal de los jóvenes. Pretendemos ofrecer una asistencia educativa integral alejada del dispendio económico y ajustada a criterios de austeridad", afirma Concha Yoldi. Estos jóvenes están desde hace cuatro meses viviendo de domingo por la noche a viernes al mediodía en un piso.
Este proceso de selección, que en un futuro será realizado entre los participantes de la primera fase del programa, ha sido desarrollado con la ayuda de los Servicios Sociales del Área de Bienestar Social del Ayuntamiento de Sevilla.
El documento base, redactado por un comité de expertos de cuatro profesionales con experiencia en la atención social, atiende a cuatro objetivos básicos para mejorar la capacidad de integración profesional, personal y familiar de estos jóvenes: convivencia familiar, itinerario educativo, desarrollo personal y participación. "Se trata de darle la oportunidad de ser ellos mismos los que decidan su futuro", afirma Concha Yoldi.
El director del centro integral, Francisco Santolaya, profesor de Psicología Social en la Universidad de Sevilla, afirmó: "Este proyecto está en la antesala de las comunidades educativas, que están en la última línea de estrategias educativas. Una experiencia que está en la línea de la innovación en la intervención educativa".
Santolaya recordó la importancia de las familias de los jóvenes que participan en el proyecto, "que también requiere de una atención". En los dos primeros meses de funcionamiento, "la convivencia ya empezó a dar buenos resultados, a pesar de que no se conocían con anterioridad gracias al complejo proceso de selección de los jóvenes que participan en este programa piloto", señala.
"Las complejas aristas de la exclusión hace que hayamos tenido que enseñar a estos jóvenes hábiros de estudios, llevar la agenda escolar al día, etcétera. Vemos cómo los chicos se desenvuelven en el día a día, de un modo normalizado. Cada uno tiene sus expectativas y potencial, pero estamos elaborando un plan de vida para que cada uno de los chicos desarrolle la mejor versión de ellos mismos", refuerza Santolaya. Asimismo explicó que se trabajan proyectos concretos con familias. "Nos estamos encontrando con los efectos del programa en la familia extensa, viendo cómo hermanos y hermanas están adaptando también hábitos de estudio o habilidades sociales, contagiándose de las actitudes de los participantes en el CEI", comenta.
El equipo de profesionales, el director más dos técnicos de educación social externos y otros tantos residentes, trabaja en coordinación con los profesionales de los centros educativos de los doce jóvenes. El programa se desarrolla en tres fases: apoyo y mediación en el ámbito familiar, que comenzará en este trimestre, la creación de pisos de estudio, que es el que se está realizando actualmente, y la inserción sociolaboral.
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