Billetes de ida y vuelta por Navidad
Estudiantes y profesionales sevillanos en el extranjero acortan distancias y regresan a casa para pasar en familia y con los amigos estos días de fiesta
El soniquete de los villancicos más tradicionales, los mantecados de Estepa, el turrón del duro, las uvas, la cabalgata de los Reyes... son motivos más que suficientes para no perderse unas Navidades con los seres más queridos. Estudiantes y profesionales sevillanos que residen en el extranjero compraron hace ya tiempo sus billetes de ida y vuelta para disfrutar del anís y la zambomba en casa.
JOSÉ ALBERTO RODRÍGUEZ
Amante de las tradiciones familiares, a sus 22 años, este estudiante de Administración y Dirección de Empresa asegura no haber vivido nunca lejos de casa hasta ahora. Dotado con una beca Erasmus al sur de Calabria (Italia), confiesa, a pesar de haberse ido sin saber ni una palabra de italiano, no haber tenido grandes problemas y se siente sorprendido de sí mismo por su capacidad de adaptación. "Aquello está muy desorganizado. Por ejemplo, cuando llegué, mi coordinador estaba de vacaciones". Sin tener muy claro hacia donde virar su futuro, José Alberto reconoce que disfruta mucho estas fiestas en compañía de su familia, siendo la noche del 5 de enero su día favorito del año.
ANTONIO TERNERO
Antes de finalizar sus estudios universitarios, este ingeniero industrial de 26 años ya daba vueltas por Europa. Primero con una beca Erasmus en Wroclaw (Polonia), donde acabó sus estudios; luego en Bruselas (Bélgica), donde trabajó durante cinco meses para la European Commission Traineeship; y, actualmente, en Reino Unido, donde lleva casi un año trabajando en la planta que Airbus tiene en Broughton gracias a un programa de fomento de empleo para jóvenes del gobierno francés. "Suena un poco raro: un español trabajando en el Reino Unido y pagado por el gobierno francés, pero así son las cosas de la Unión Europea". Reconoce ser una persona que se adapta con facilidad a los lugares, le gusta vivir en el extranjero y hace amigos con facilidad. "Hoy es todo muy similar en toda Europa, quizás, aunque suene a tópico, el buen tiempo y el sol es lo que más echo de menos, y las cervecitas en el Salvador".
Antonio ya ha pasado un fin de año en Polonia, y el año pasado, gracias a que, por casualidad, adelantó dos días el billete de avión, pudo pasar la Nochebuena en casa, ya que el aeropuerto de Bélgica estuvo cerrado cinco días. Estas Navidades las pasará en familia y esquiando en Sierra Nevada.
CAROLINA GARCÍA RIZO
Es la cuarta vez que esta sevillana del Porvenir vuelve a casa por Navidad. Y es que esta licenciada en Traducción e Interpretación ya estuvo de Erasmus en Alemania, enlazó con una Leonardo da Vinci e hizo las prácticas de su máster en Relaciones Internacionales en el Comité Económico y Social Europeo en Bruselas. Un ir y venir que le llevó a interesarse por la política comunitaria y a realizar en el centro de postgrado College of Europe de Polonia un Máster de Estudios Europeos Interdisciplinares, donde desde agosto comparte clases y vida con 120 estudiantes de 30 países.
Alejada de la conocida generación ni ni, con 25 años ya domina cinco idiomas: español, francés, alemán, inglés e italiano. Pero es el enriquecimiento personal al conocer otras culturas lo que más valora de su periplo. A pesar de su bagaje, no imagina las fiestas navideñas sin "la mesa de camilla, mi familia y amigos, aunque éste será el primer año que no pase el día 6 en casa; y eso que yo soy más de los Reyes que de Papá Noel". Un examen de Historia de Europa Central le hará volver antes de tiempo al campus polaco.
MIGUEL LOZANO BENITO
A lo largo de su trayectoria profesional, este ingeniero técnico industrial ha desarrollado tareas, dentro y fuera de España, como ingeniero de mantenimiento en el campo del diagnóstico médico, como ingeniero de ciclotrón (acelerador circular de partículas) y como staf en el CERN, organización europea para la investigación nuclear en la que trabaja en su sede de Ginebra desde febrero de 2011. "Proporcionamos haces de partículas para que los experimentadores venidos de todo el mundo puedan llevar a cabo sus experimentos".
A sus 36 años se considera "no demasiado navideño, pero cuando se vive fuera la Navidad cobra mucho más sentido". Las fiestas las pasará con la familia y los amigos. "Cuando vuelvo a Sevilla me gusta pasear por sus calles, ir a los bares que tanto echo de menos y disfrutar de la gastronomía y el bullicio propio de la ciudad. Algo que, evidentemente, no existe en Ginebra".
C. JAVIER TOMÁS DÁVILA
Hace menos de una semana que este ingeniero técnico industrial, especializado en electrónica industrial, regresó de Puerto Rico, donde ha estado diez semanas trabajando para Randox Laboratories, una empresa de diagnóstico clínico con sede en Irlanda del Norte, donde también estuvo viviendo anteriormente. "Al igual que varios millones de españoles, estaba en el paro y un día de agosto, por casualidad, vi una oferta de trabajo por internet. No lo dudé y envié mi currículum. A los 30 minutos me llamó el que es ahora mi compañero y me preguntó si sería capaz de hacer una entrevista íntegra en inglés; estaban descartando gente por el idioma. En ese momento me vino a la cabeza las miles de veces que me había dicho a mí mismo tengo que retomar el inglés". Después de mucho pensar y apoyado por sus amigos, Carlos Javier Tomás se gastó sus últimos 50 euros en un viaje a Granada, lugar de la entrevista. Un dinero bien invertido. "Puerto Rico ha sido una experiencia insuperable por mis compañeros, por la oportunidad de conocer un lugar exótico y moderno a la vez, pero, sobre todo, por haberme ayudado a crecer como persona y a aprender muchísimo". Este joven desconoce aún dónde le enviará ahora su empresa pero, seguramente, vuelva a América.
Sus mejores recuerdos navideños son de Nochevieja, el cómo todos comienzan ordenadamente a comer las uvas y acaban perdiendo la cuenta y empezando el año riéndose tras las bromas de su tío durante las campanadas. Aunque ha pasado Navidades fuera de su ciudad, nunca lejos de su familia. "Mi padre era capitán de la marina mercante y solía pasar tres o cuatro meses embarcado. Si le tocaba pasar las Navidades en el barco, allí íbamos todos con él".
MARÍA LAPETRA GARCÍA
Fue a través de un evento de Tuenti como esta periodista se enteró de la existencia de las prácticas de trabajo que la organización internacional Aiesec convocaba para el periódico El Mundo de Córdoba, en México. Echó la solicitud y desde el mes de marzo trabaja en el diario. Hasta septiembre permanecerá en el país centroamericano, aunque desde el principio tuvo claro que pasaría las Navidades en casa. "De hecho, compré el billete de vuelta para estas fechas con el de ida". Antes, esta joven de 25 años ya vivió fuera de casa. Tras estudiar un máster de Periodismo Sanitario y otro de Relaciones Internacionales, "trabajé cuatro meses en la Embajada de España ante Naciones Unidas en Nueva York".
Muchas son las cosas que ha ganado de su experiencia mexicana, sobre todo la gran familia de buenos amigos que se ha forjado. De sus días en la ciudad, espera con "ganas" el día 31 de diciembre, "cuando me reencontraré con todos mis amigos".
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