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Bar Casildo: Una parada obligada en Bellavista

Tras la Barra

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Tras la barra: Bar Casildo
- Vídeo: Juan Carlos Vázquez

23 de mayo 2024 - 06:00

La calidad de los sitios tiene mucho que ver con las personas que hacen que un rato en un bar sea un rato con vecinos y amigos de siempre. No es que la cerveza que Seple tira en el bar Casildo de Bellavista esté en su punto, que lo es, ni que los platos de toda la vida que sale de la cocina de Loli Cobos (su señora, como él dice) y Margari estén de categoría, que lo están. Es que el local es el centro de reunión de Bellavista. Lo mismo puedes comprar un libro que una camiseta de Cymbell, el festival de rock que hay en septiembre en el barrio.

Solo hablar con José Antonio Hoyos ya es un motivo para atravesar la puerta de este local situado en la calle Guadalajara número 132. Seple, como le llama todo el mundo, es algo así como Pepín en alemán. El bar nació en 1973 gracias a los ahorros que Casildo y Manoli reunieron como emigrantes durante 14 años en Alemania. Cuando llegaron a Bellavista José Antonio tenía siete años. A él le llamaban Seple, una versión de Pepín en alemán porque nació en Stuttgart.

José Antonio Hoyos Sánchez, conocido como Seple, en la barra del bar Casildo / Juan Carlos Vázquez

“Mi madre era de Arahal y mi padre de la Puebla de Cazalla. Estaban deseando reunir el dinero suficiente para volver a su tierra y empezar aquí una nueva vida. Así nació el bar Casildo”, recuerda José Antonio Hoyos. En estos cincuenta años – cumplirá 51 en julio – ha sido testigo de la evolución del barrio. Un bar de barrio que tiene saber de pueblo.

“El secreto está en levantar la persiana cada día con la misma ilusión y enaltecer el valor de los trabajadores que cada día están al frente del bar”, asegura. Son como una gran familia y no sólo por su hijo José Javier, que también trabaja en el bar.

Para Seple, Casildo es "el bar de Cuéntame". El de toda la vida “donde viene el niño que ha llegado del colegio pero los padres aún no del trabajo y te dice que le apuntes un serranito para comer, donde no hace falta grupo de Whatsapp o Facebook para quedar y comentar los temas que importan a los vecinos. Estamos vinculados a la hermandad del barrio, al equipo de fútbol sala Los Payasos Crouss, todo lo que es Bellavista”. Es más, José Antonio Hoyos es presidente honorífico de este club deportivo.

Interior del bar Casildo / Juan Carlos Vázquez

Tanto es así que cuando cumplieron los 50 años dedicaron el 10% de las ganancias del bar para diferentes asociaciones de Bellavista.

Un ambiente familiar a ambos lados de la barra que se nota cada vez que alguien asoma por la puerta o se sienta en alguno de los veladores que ocupan la plaza. "Aquí tengo hasta balones por si los niños no traen para jugar. Además, igual que están los chupitos para los padres como digestivo, hay un cubo de metal lleno de caramelos y chucherías para los más pequeños. Como el regalo de la conocida hamburguesería, pero de aquí”, explica.

En estos 51 años ha dado tiempo para todo. "He visto como clientes se han convertido en padres y después en abuelos. Ahora llegan muchos que he visto crecer a lo largo de los años empujando los carritos de sus hijos. Nuestro negocio ha ido de padres a hijos y la quinta dinastía".

Recuerda con tristeza como el barrio estuvo especialmente castigado con diferentes crisis y está especialmente orgulloso de la zona emergente de la ciudad en la que se ha convertido.

La amplia carta de tapas está llena de comidas “de las de la abuela, de los guisos de siempre”. Los garbanzos con langostinos, la carrillada y el guiso de cola de toro mandan en la parte de fogones y cacerolas. Las brasas son el reino del medio pollo o el entrecot en un menú donde hay una amplia variedad de pescado frito. Aquí es todo artesano, pero los postres se llevan la palma como la reducción de caramelo con fresas.

Para beber, una cerveza bien tirada y fresca, con su justa capa de espuma o una copa de Gabriela directamente de la bota al cristal.

Por si quedara alguna duda de la calidad de su cocina hay dos pruebas irrefutables. Dos premios de la Sevilla Tapa Week. No se pierdan el queso frito a las dos mermeladas o el crujiente de bacalao con aire de azahar.

El ticket medio, aunque eso siempre es algo relativo porque depende de la tapa, es de 15 a 20 euros. El bar está abierto de martes a sábado de 12:00 a 00:00. “Es importante descansar. Por eso, los domingos y los lunes son para nosotros". Es mejor reservar siempre, sobre todo para la hora de comer.

La cuenta

El crujiente de bacalao o el guiso de cola de toro son los imprescindibles del bar Casildo. Eso sí, acompañados por una cerveza de barril o una copa de manzanilla.

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