Un Alcázar de cine para celebrar los Goya en Sevilla
Vivir
Ha sido de todo, y curiosamente, muy pocas veces él mismo. El Real Alcázar ha aparecido en series y películas como el Vaticano (La monja guerrera), el Reino de Dorne en Juego de Tronos y, curiosamente, la Alhambra en la primera película que se rodó en su recinto, La Vida de Cristóbal Colón. Eso fue en 1916, casi un siglo después, cuando en la serie Isabel sale el Real Alcázar, por paradojas del destino, esas imágenes pertenecen en realidad a la Alhambra. Con Lawrence de Arabia fue el Reino de Damasco y el cuartel general de El Cairo y en El Reino de los Cielos, de Ridley Scott, fue parte del palacio del Rey Balduino de Jerusalén.
Con motivo de la celebración de la gala de los Premios Goya en Sevilla, se han organizado diez visitas de 20 personas cada una para conocer uno de los palacios más antiguos en uso de España desde otro punto de vista, con una mirada de cine. De la mano de los técnicos de actividades Natividad Colchón y Francisco José Hernández, que "han sufrido y disfrutado de muchos de estos rodajes" y ayudados por una tablet donde ver las escenas de cada estancia, historia y cine se dan la mano en las frías tardes de febrero.
La visita comienza en el patio de la Montería, donde estaba el mayor corral de comedias de España, inaugurado en 1626 y cerrado en 1679 por la prohibición de las representaciones en la diócesis , fue destruido por un incendio en 1691.
Desde allí, se pasa a la Sala de Audiencia. Aquí comienzan las anécdotas. Al parecer, mientras se rodaba La monja Guerrera algún visitante se llevó una pequeña sorpresa cuando de pronto se cruzaba con una monja armada. “Siempre se intenta que los rodajes no coincidan con los horarios de visita, pero en ese caso hubo algunas escenas que tenían que ser con el Alcázar abierto al público”, explica Francisco José Hernández.
Uno de los rodajes más complicados fue el de El Reino de los Cielos. Ridley Scott no se mostró nada partidario de que el recién recuperado jardín del Patio de las Doncellas apareciera en su película y lo mandó tapar con madera imitando al mármol (como estaba antes de su descubrimiento). Además, para evitar los problemas en la puerta con las admiradoras de Orlando Bloom, se les habilitó a los actores una entrada privada que no siempre usaban y que propició que un miembro del personal no dejara entrar a una comitiva diplomática de la embajada de Kenia al confundirles con intérpretes de la película al verlos vestido de manera similar.
Además de anécdotas, las serie y películas también han dejado atrezzo en el Real Alcázar. Por ejemplo, los limoneros que adornan la fachada de entrada al palacio del Rey Don Pedro son de Esmerald City. La productora llegó con la idea de teñir todo de verde con telas y cromatizándolo, algo que no permitió la conservadora. Como solución, pusieron maceteros con limoneros, que se quedaron cuando se marchó el equipo.
No es el único recuerdo que ha dejado el paso del cine por el edificio. Las grandes lámparas del salón de las Bóvedas no fueron testigos de la boda de Carlos V con Isabel de Portugal, sino que son de cartón piedra y fueron colgadas para el rodaje de Lawrence de Arabia.
Pero si hay una aparición en series o películas que haya sido más rentable para el Real Alcázar, y no solo económicamente, ha sido la de Juego de Tronos. "Vienen más visitantes preguntando por el Reino de Dorne que por la sala donde se casó Carlos V", comenta el técnico de actividades.
De hecho, aquí se grabaron la quinta y la sexta temporada (2015-2016) de la serie de HBO, Juego de Tronos. Los jardines exteriores, junto con la Galería del Grutesco, el Patio de las Doncellas, el Salón de los Embajadores o los Baños de María de Padilla han dado vida a uno de los siete reinos de Poniente, Dorne, con sus Jardines del Agua, el hogar de Doran Martell y las Serpientes de Arena.
Temas relacionados
No hay comentarios