La larga historia de amor del Bécquer con Triana
50 aniversario del IES G. A. Bécquer
El instituto celebra cincuenta años de su fundación con un acto este viernes, en el que se reúnen alumnos, ex alumnos, docentes y antiguos profesores, y actividades culturales durante el próximo curso
A medida que pasa el tiempo, los años de estudiante suelen convertirse en los mejores. Quizás la perspectiva con la que se mira la etapa formativa con el paso de los años coloca a esa época en un lugar privilegiado de la memoria. Las clases, los profesores, los novillos y hasta los castigos se convierten en algo completamente idealizado cuando uno se hace mayor y nada queda de aquel estudiante que sufría en clase de química y disfrutaba con los análisis morfosintácticos y los comentarios de texto. Por eso, muchos de los alumnos que pasaron esa idílica etapa en el Instituto Gustavo Adolfo Bécquer (C/ López de Gomara, 16) esperan ansiosos que llegue este viernes, fecha elegida para celebrar entre alumnos, ex alumnos, equipo docente y antiguos profesores el cincuenta aniversario del nacimiento del centro.
Sección Delegada de los institutos Murillo y San Isidoro
La mayoría de los que han pasado por el instituto lo recuerdan como un lugar en el que la formación y las relaciones humanas iban de la mano. "El centro tiene dos pilares sobre los que siempre se ha trabajado: la buena formación y las buenas relaciones humanas", asegura Consuelo G. Pradilla Gordillo, directora del instituto.
Pionero en cuestiones educativas (es centro bilingüe desde 2005, fue centro TIC en 2002 y resultó ganador de la Feria de la Ciencia en 2016, entre otros), el instituto abrió sus puertas por primera vez en el curso 67-68 como Sección Delegada de los institutos Murillo y San Isidoro, ambos de educación diferenciada. De este modo, por primera vez Triana cuenta con un centro de estas características, convirtiéndose el centro de Enseñanza Media El Tardón, como se denominó al principio, en el primer instituto del arrabal y sexto de Sevilla.
Pero no es hasta el año en el que el hombre pisa la Luna por primera vez cuando el instituto nace como un centro con entidad propia, de ahí que este año (1969-2019) se celebren las cinco décadas de la entidad. Con Tomás Labrador como primer director y Salvador Cutillas como primer jefe de estudios, el centro pasa de ser El Tardón a denominarse Gustavo Adolfo Bécquer. "El resto de institutos de la ciudad tenían el nombre de algún personaje ilustre, desde el centro, además, se quiso rendir homenaje al autor, que no tenía reconocimiento", afirma la directora, que llegó al centro con 22 años.
Alumnas de uniforme, Bueno Monreal y movimientos estudiantiles
Como primer instituto del arrabal, el centro congrega alumnos de Triana-Los Remedios y parte del Aljarafe, convirtiéndose en un espacio de confluencia entre distintas clases sociales y sexos. Resulta curioso observar que, en las primera promociones, las alumnas acuden al centro en uniforme, como hicieran en su instituto original, el Murillo.
También son significativas las imágenes del cardenal de Sevilla Jose Mª Bueno Monreal oficiando misa en la parroquia del Buen Aire, emplazada en sus comienzos en el teatro del Bécquer. En contraposición, el centro se convirtió en sus orígenes en un enclave de referencia para los movimientos estudiantiles, siendo punto de encuentro de los PNN (Profesores No Numerarios), que abogaban por la democratización de la enseñanza. Así, en un ambiente de libertad ideológica y de confluencia de todos los sectores y pensamientos de la sociedad, el Bécquer fue dando sus primeros pasos en el sistema educativo.
Enseñanza diurna, nocturna y ciclos formativos
Adaptándose a las reformas educativas (franquistas, de la Transición y actuales), el centro puede presumir de ir a la vanguardia en materia educativa. "Desde el equipo directivo siempre se ha trabajado por implantar nuevas metodologías, emplear métodos adaptados a los nuevos tiempos, fomentar un aprendizaje cooperativo y por crear un clima de cercanía entre alumnos y profesorado", argumenta Consuelo Pradilla.
En sus comienzos, el centro fue uno de los primeros en impartir enseñanza a adultos y, actualmente, es el único en el que conviven enseñanza diurna, nocturna y ciclos formativos. "Nuestros alumnos más jóvenes tienen 12 años, el más mayor 85", comenta la directora.
La educación como carrera de fondo
Con alumnos conocidos como Rafael Almarcha, fundador del grupo Siempre Así; Salva Ballesta, ex jugador del Sevilla; Joaquín Parra, ex jugador del Betis, Atlético de Madrid y Real Madrid; el periodista Paco Oliver, el profesor de la Facultad de Comunicación Ángel Acosta o la la ministra de Hacienda María Jesús Montero (que acudirá al acto del viernes), el centro continúa trabajando por ofrecer una educación diversificada en la que crear individuos capaces de razonar, de trabajar en equipo y en la que se hace mucho hincapié por reforzar la base académica. "La vida no es un sprint, es una carrera de fondo para la que el alumno debe estar preparado y esa es la filosofía del claustro; éste debe tratar de desarrollar al máximo sus capacidades y estar preparado para esa carrera. Eso es lo que tratamos de hacer en este centro", añade la directora.
Actividades culturales para el próximo curso
Como todo gran aniversario, las cinco décadas del centro se celebran con un gran encuentro este viernes 14 de junio en el que docentes, antiguos profesores, alumnos y ex alumnos vuelven a coincidir para revivir ese orgullo del Bécquer que todos los que han pasado por el centro llevan por bandera. Aunque este no es el único acto dentro del aniversario del instituto.
Durante el próximo curso, el último jueves de cada mes se celebrarán los Jueves del Bécquer, en los que personas ligadas al centro darán su visión sobre distintas ramas del conocimiento. Una tertulia sobre Chaves Nogales, una mesa redonda sobre los medios de comunicación o una exposición ligada a artistas del centro (José Luis Mauri, Patricio Cabrera, Javier Buzón o Enrique Ramos, autor del monumento de la fachada del centro), entre otras, serán las actividades programadas. A ellas se unen unas jornadas sobre Bécquer y un homenaje al desaparecido Pepe Romero, profesor de música del centro y reconocido pianista flamenco.
En definitiva, todo un año repleto de actividades que no hacen otra cosa que contribuir a acrecentar el espíritu con el que nació el centro y con el que se ha mantenido durante cincuenta años. Ahora toca ir a por otros cincuenta más.
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