Joaquín

EL futbolista Joaquín, que no necesita de más apellidos ni especificaciones, tiene un sitio en el futuro en Masterchef Celebrity. Ya puede ir ensayando con las acedías deconstruidas. Y en Pasapalabra. En Tu cara me suena. En Bailando con las estrellas o Desconyuntándose con tu prima. Cualquier formato con famosos que salga del paritorio de las cadenas. Esperemos que no acuda a GH VIP y tenga que vérselas con un tipo como Omar, que a estas alturas no ve mal aprovecharse de una mujer vencida por el alcohol. En Zeppelin tienen que andarse con más cuidado. Ya ha habido situaciones que han rozado el abuso sexual. Se viene rondando desde aquel tocamiento a Dinio que llenó horas en abundancia cuando todavía no existían las redes zoociales.

Joaquín, rescatador de la figura del cuentachistes en la decadencia de los monólogos y la época de los retuits,

está por encima de trendig topics porque sabe que cualquier vídeo suyo se convierte en noticia lateral de los informativos y motivo de conversación. Donde tiene seguro un trabajo en el futuro es en El Hormiguero. Pablo Motos le abre las puertas de su plató de par en par. Todo el potencial del cardiobético se comprobó en el recordado programa con Bertín Osborne y esa madre sincera.

Si Joaquín militara en el Madrid o en el Barcelona ya habría regresado de vez en cuando a la selección, como ha bromeado con la percha y ha puesto en cuestión en los debates peloteros, pero haría tiempo que la prensa de una u otra ciudad lo tendría en la diana. Ya le habrían metido presión y le afearían sus ocurrencias con cualquier derrota. En el Betis puede ejercer de capitán y de sí mismo sin empañarse los galones y sin renunciar a su espíritu de El Puerto.