Guarretes

El otro día preguntábamos si Santiago Segura es el concursante más eficaz que ha tenido Masterchef. Hoy añadimos: ¿ha sido Iván Massagué el concursante más decepcionante de todas estas ediciones? La podemos responder: sí.

El actor catalán llegaba a esta tercera edición con famosos con el respaldo de sus programas en Canal Cocina, con la vitola de experto, de conocedor de técnicas, de imaginación. Nada. Todo lo contrario. En los cuatro programas sólo ha mostrado ínfulas, una trastienda de mal rollo y un trabajo más bien torpe, sin creatividad y, lamentablemente, guarrete. Pepe Rodríguez le tuvo que recambiar el paño de cocina que utilizaba tanto para despejar la encimera como para quitarse el sudor de la frente. Un virguero del reciclaje cutrón.

Por culpa de él a María Castro también la llamaron guarra en su cara este domingo. "Sois medalla de oro de guarros", lamentó con cara de asco Samantha Vallejo-Nágera ante la pareja de Massagué y la actriz gallega en las recetas mexicanas. Para bronca, el timo de relleno de tacos que hicieron Antonia dell'Atte y Boris Izaguirre, sin salsas ni aliños. "Una falta de respeto", masculló entonces Samantha. Jordi Cruz incluso enfatizó que ahí los hubiera eliminado directamente. La afectación de Boris empieza a ser letal.

Pero este domingo había prioridades. Iván Massagué se va con toda la razón de Masterchef porque desde la primera prueba, en cuatro noches, nunca se le vio un mínimo de talento, pese a sus credenciales, e incluso ha destacado por malo. En la tercera noche lo salvaron los propios compañeros porque se puso a lloriquear.

Ha llegado a salvar al jugador de rugby Jaime Nava, un pulpo en el garaje desde el primer día, un superviviente sin querer.

Habrá que ver si existía otra estrategia de supervivencia para Iván, formando pareja sentimental con la desmayada Carmen Lomana. La empresaria, tal vez agradecida de alguna complicidad con el despeinado actor, se despidió compungida de este amor tan guarrote.