La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Más allá de la voz de la Laura Gallego
El callejero andaluz esconde en su enorme variedad nombres raros, curiosos, extravagantes y divertidos. Nuestra misión de hoy es dar a conocer cuáles nos han parecido más variopintas e intentar, en la medida de lo posible, dar con su significado.
Una estampa que no querríamos ver en la vida real da nombre a una calle granadina que se encuentra paralela a las de San Jerónimo y Trabuco. Niños Luchando, un curioso nombre que, al parecer, rastrea su origen en una leyenda aparecida en el libro ‘Las calles de Granada’ de Ruiz de la Fuente y Julio Beza: dos niños, en el fragor de una pelea sin mala intención, chocaron contra un tabique que cedió, dando paso a un buen puñado de monedas que, hasta ese momento, habían permanecido escondidas.
Una arenga convertida en nombre de calle: efectivamente, podemos visitar la calle Gibraltar Español en uno de los pueblos más bonitos de España y un destino predilecto este verano, Setenil de las Bodegas. El nombre de esta calle data de la década de los sesenta y es el punto de encuentro de muchos curiosos que no dejan de hacerse fotos con el rótulo. Creemos que no es necesario explicar su significado.
Esta no va a ser la primera calle del artículo con referencias melómanas, pero sí la única que homenajea a una de las bandas más legendarias del pop universal. John Lennon visitó Almería para rodar ‘Cómo gané la guerra’, una sátira dirigida por Richard Lester. El Ayuntamiento almeriense quiso recordar su paso dándole el nombre del grupo que lo hizo inmortal a una de sus calles.
Aunque ya no tenga este nombre (ahora responde al más convencional de Alonso Sánchez), los onubenses siguen llamándola Calle de los Tumbaos. Su nombre se debe a que los pescadores de la zona solían arreglar sus redes tirándose directamente en el suelo.
Una calle que rinde homenaje a una figura esencial, ya no solo del rock andaluz, sino de la idiosincrasia misma del pueblo sureño. Situada en el barrio de Los Remedios, fue creada en 2006 y queda como recuerdo del creador de uno de los himnos no oficiales de la ciudad, ‘Rezaré’.
Una callejuela anexa a la calle Beatas en Málaga tiene este nombre tan curioso como sonoro, uno que le viene, al parecer, del periódico semanal del mismo nombre. Otras teorías más escatológicas aseguran que su nombre viene dado por la costumbre de algunos viandantes, con poco conocimiento sobre normas básicas de higiene y civismo, tenían por costumbre hacer aguas menores en ella, dado su escondido emplazamiento.
Por más que hemos buscado y rebuscado por todo Internet, hemos sido incapaces de encontrar el significado de esta calle, que más que nombre se trata de toda una amenaza en toda regla. Lo que sí hemos sabido, y nos ha sorprendido, es que esta calle también aparece en los callejeros de Chiclana (Cádiz), Madrid y Pamplona.
Muy cerca de la Alameda de Hércules nos encontramos con un auténtico Hombre de piedra, calle sevillana cuyo nombre responde a una figura de piedra antropomórfica e incrustada en la pared que podemos visitar a día de hoy y que data del siglo XV. Cuenta la leyenda que se trata de un pobre hombre convertido en piedra por el golpe de un rayo.
En esta calle cordobesa, antiguamente, se encontraba un convento en el que era habitual encontrar a niños depositados por sus familias, o, sencillamente, que se habían perdido. All se les daba cobijo hasta que sus padres iban a por ellos. Curiosamente, en Sevilla también existe una calle con este mismo nombre.
Por favor, silencio. O, al menos, esto es lo que podemos entender al leer el nombre de esta peculiar calle de Chiclana, en Cádiz. Sin embargo, al parecer, todo es fruto del azar y el nombre de la calle no es otro que, efectivamente, La Boca. A nosotros nos gusta más, sin duda, la primera teoría.
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