Sueños esféricos
Juan Antonio Solís
Nadie en el mundo más afortunado que Víctor Orta
Málaga es una de las tres mejores ciudades del mundo para vivir después de los sesenta años. No lo decimos nosotros, que también, sino el fundador de la empresa Live And Invest Overseas, referencia de información para la inversión durante la jubilación. Comparte este mérito junto a otras dos ciudades: Boquete, en Panamá y Hua Hin en Tailandia.
Varios son los factores que se han tenido en cuenta para elegir, precisamente, Málaga como una de las tres mejores ciudades del mundo para vivir después de los sesenta años. Una de ellas es, por supuesto el clima: ofrece unos 300 días de sol al año y la temperatura media anual que ofrece es de 23°, un auténtico paraíso para quien no disfrute del frío, pero tampoco del calor y que hermana esta ciudad, climáticamente hablando, con las islas Canarias, con temperaturas anuales que oscilan entre los 18 y los 25 grados.
Por supuesto, el clima no lo es todo para que una ciudad alcance la excelencia, sobre todo para las personas de la tercera edad, que tienen necesidades propias de su edad. El fundador de la prestigiosa consultora destaca lo fácil y asequible que es moverse en una ciudad tan bien conectada. Se trata de una ciudad, tal y como recoge el medio Forbes, “compacta y casi en plana en su totalidad”, esto facilita el paseo y el acceso a múltiples lugares de la ciudad, simplemente a pie. Asimismo, dispone de numerosas calles peatonales, entre las que se incluye la calle más famosa de Málaga, Larios. La capital malagueña también cuenta con un buen sistema de transporte, con aproximadamente 50 líneas de bus en funcionamiento.
Y no solo hablamos de bus: la bicicleta es un transporte que encuentra en Málaga un buen hogar, con carriles bici que recorren toda la ciudad. Asimismo, el visitante o residente malagueño cuenta con opciones de alquiler de bicicletas eléctricas a través del móvil, y los trenes ofrecen un trayecto directo desde el aeropuerto hasta el mismo centro de la ciudad.
El arte también es protagonista en Málaga: no solo vio nacer a Pablo Picasso (su museo es un punto de obligada visita, con una exposición permanente de más de 200 obras y ahora, en octubre, se cumplen 20 años de su inauguración) sino que cuenta con una red de museos envidiable (Museo Carmen Thyssen, Centre Pompidou, Jorge Rando, Museo Ruso San Petersburgo) y, desde hace 25 años, es sede de uno de los festivales de cine más importantes del país. La vida cultural malagueña es integradora, responde a todos los gustos y es perfecta para ocupar el tiempo de ocio de una persona jubilada.
Sin duda, Málaga es una ciudad paraíso. Lo tiene todo no solo para quien se acerca a los sesenta años, sino para cualquier persona de cualquier edad, y no solo en verano. Viajar a Málaga es una apuesta segura.
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