La casa de Claude Monet en Giverny, un lugar que queremos visitar gracias a 'Emily in Paris'
La casa y los jardines donde Monet pasó los últimos años de su vida son visitables desde 1980 y conforman un punto de referencia en el Impresionismo
Un lugar muy visitado y ampliamente conocido por los seguidores del artista francés que con la cuarta temporada de Emily in Paris se ha viralizado entre quienes desconocían su existencia
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La casa-museo de Claude Monet es uno de los escenarios más llamativos de la cuarta temporada de 'Emily in Paris'. - Alerta, spoiler, si es que aún no has visto la primera parte -. Cuando la protagonista está en búsqueda de su "amiga" Camille y la encuentra en la residencia del famoso impresionista en Giverny limpiando nenúfares para desconectar de la realidad.
Los colores vibrantes de las paredes que cambian según las estancias y un jardín que ya conocemos por las representaciones del mismo en las obras de Monet nos dan motivos suficientes para querer visitar esta joya que se encuentra a hora y media del centro de París.
Giverny, cuna del impresionismo
Este pequeño pueblo normando dedicado casi en su plenitud al cultivo de la vid llamó la atención de Claude Monet en 1883. Allí se instaló y creó algunas de sus obras más famosas con sus jardines como inspiración, de hecho, son más de 250 pinturas las que forman parte de la serie Les nymphéas o Los nenúfares y que representan el famoso estanque o 'jardín del agua' de Giverny.
El impresionista vivió allí la segunda mitad de su vida, hasta su muerte en 1926, en una casa colorida y ecléctica con un exterior lleno de plantas asiáticas como el bambú o las peonías japonesas, además de arces y sauces llorones, un entorno que se plasma con asiduidad en sus últimas obras.
Se puede decir que Monet no solo transfornó su casa si no también a Giverny, una localidad que fue captando cada vez más la atención de otros artistas, que la tuvieron, y terminaron de culminar, como punto de referencia en el Impresionismo. Normandía se considera la cuna de este movimiento y cuenta con un festival que se celebra anualmente en Ruán, la capital de la región.
A Monet siempre le fascinó el agua y su reflejo, por eso construyó un puente japonés sobre el estanque lleno de nenúfares que permanecía cuidado e impecable, allí pasaba horas contemplando los colores y la luz y plasmándolos en sus obras.
En 1980 la casa y los jardines se restauraron para abrirlos al público, desde entonces Giverny no deja de recibir visitantes, especialmente en la época estival para contemplar el florecimiento del jardín en su punto álgido, aunque en todas las estaciones tiene un encanto especial.
Cómo ir a Giverny
Puedes visitar la casa-museo por libre, comprando la entrada previamente en la web, o contratar una visita cerrada y guiada que te recogerá en el centro de París y te llevará hasta allí en autobús. Si no cuentas con coche de alquiler con el que moverte esta será una muy buena opción ya que la combinación en transporte público hasta Giverny puede ser enrevesada, con transbordos de tren y autobuses que harán que pierdas tiempo, y también energía.
Hay diferentes excursiones que puedes contratar y en diferentes webs, esta visita desde París a la casa de Monet tiene una duración total de 5 horas, incluyendo la recogida, ida y vuelta, un recorrido guiado y tiempo libre para paseando por los jardines.
Esta actividad será un planazo si pasas varios días en París, o la has visitado varias veces y quieres conocer algo nuevo, además de ser un imprescindible si estás de viaje por la región de Normandía.
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