La huella de Japón en Andalucía
Una aventura con más de 400 años de historia que dejó el rastro de la Embajada Keicho en parte de Andalucía
Coria del Río, el samurái que fue católico
Estos son los rincones más instagrameables (y no tan conocidos) de Andalucía
En 1614, una embajada japonesa, liderada por el samurái Hasekura Tsunenaga, llegó a España con el objetivo de establecer lazos comerciales y religiosos. Una huella que en el siglo XXI sigue trayendo las visitas de los diferentes embajadores japoneses a los puntos por donde la Embajada Keicho dejó su rastro.
Desde Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), primer lugar de Europa donde la embajada desembarcó antes de retomar el viaje río arriba, y donde hoy se pueden apreciar símbolos de las relaciones que se mantienen con el pueblo nipón, como el jardín japonés, inaugurado en presencia del Embajador Mizukami el 6 de septiembre de 2018.
Una vez retomado el viaje hacia Sevilla y acompañados de dos galeras que el duque de Medina Sidonia, Alonso Pérez de Guzmán y Sotomayor, a instancias del Cabildo de Sevilla, puso a disposición de la embajada y condujeron a la expedición desde Bajo de Guía hasta de Coria del Río (Sevilla).
Coria del Río, una parada obligada en la navegación del río Guadalquivir en 1614 dadas las diferentes cortas con que contaba y que dificultaban la llegada a Sevilla, razón por la que, como cuenta la historia, podemos encontrar en esta localidad sevillana a más de 600 vecinos con el apellido Japón, descendientes algunos de ellos, de la tripulación de esta expedición que decidieron no volver a Japón.
La continuación del viaje a partir de ahí se realizó en carruajes y, dejando como siguiente punto importante en el trayecto al Monasterio de Nuestra Señora de Loreto, en la localidad de Espartinas (Sevilla). Aquí llegaron a permanecer hasta 13 meses. Muy diferente es en la actualidad el Monasterio que podemos visitar con el que la Embajada Keicho descubrió en la época, llevados por Fray Luis Sotelo, miembro de la expedición.
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