Toros y Universidad: un binomio infalible en la Real Maestranza

GALARDONES

Los grandes protagonistas de la Feria de Abril se fundieron con los mejores expedientes académicos en el ruedo de la plaza de toros en un acto que supone el mayor escaparate del cuerpo nobiliario a la ciudad de Sevilla

Daniel Luque, triunfador de la feria, y Juan Ortega, autor de la mejor faena,

Foto de familia de los premiados bajo la carpa instalada en el ruedo de la Maestranza.
Foto de familia de los premiados bajo la carpa instalada en el ruedo de la Maestranza. / Juan Carlos Muñoz

El eco de aquella faena diferencial, la que instrumentó Juan Ortega al toro Florentino de Domingo Hernández el 15 de abril de 2024, seguía resonando en el ruedo de la plaza de la Maestranza, cubierto por esa inmensa carpa transparente que posibilitó la celebración de la entrega de los premios taurinos y universitarios en una jornada especialmente inclemente, una más, que se unía a esta cuaresma fría y pasada por agua. Ortega compartía ese protagonismo con Daniel Luque, gran triunfador de un ciclo en el que abrió su segunda Puerta del Príncipe y volvió a evidenciar su supremacía profesional.

Los trofeos que concede cada año la corporación nobiliaria unen en un mismo acto la academia y la maestría taurina, tal y como destacaron el teniente de Hermano Mayor y el rector de la Universidad en dos discursos que tuvieron olor a despedida. Si Santiago León había hecho un cumplido repaso de la acción del cuerpo nobiliario -deteniéndose especialmente en el décimo aniversario del reinado de Felipe VI, Hermano Mayor de la corporación maestrante- Miguel Ángel Castro Arroyo partió de una vieja fotografía de Pepe Luis Vázquez y el añejo título de bachiller de su propio padre para hilvanar un sentido discurso que escondía una sorpresa: fruto de la colaboración entre la Hispalense y la Maestranza se ha creado una oferta de formación de Cultura Taurina con rango universitario que será presentada en la próxima Feria de San Miguel. Estos premios, que cumplían 60 ediciones, no dejan de ser el mejor y mayor escaparate de una institución dedicada a la beneficencia, la promoción y el mecenazgo cultural –con especial atención al arte ecuestre y la tauromaquia- además del servicio a la corona desde hace más de tres siglos y medio.

Pero había más protagonistas que el pasado año dieron sentido al ciclo abrileño. También subieron al estrado el matador Emilio de Justo, premiado como autor de la mejor estocada. El cacereño pisaba con elegante traje oscuro el mismo ruedo, bajo la carpa, que no podrá hollar este año recamado de luces. Cosas de la política taurina que, en el mismo lance, han alejado la corrida de La Quinta del elenco ganadero.

Pero la lista de lidiadores era más extensa. Pablo Aguado y el rejoneador Diego Ventura iban a recoger el correspondiente diploma que les acreditaba como autor del mejor toreo de capa y como mejor rejoneador de la feria respectivamente. En el estrato de las cuadrillas se reconoció la labor del subalterno Curro Javier durante toda la feria y del banderillero Iván García como autor de los mejores pares de banderillas del ciclo. Como mejor subalterno a caballo, finalmente, fue premiado Juan Francisco Peña. Dentro del apartado ganadero se entregaron las clásicas copas de plata –la pequeña y la grande- correspondiente al mejor toro lidiado y la corrida más sobresaliente de la Feria a un mismo ganadero, el criador Santiago Domecq que, dentro de aquel sobresaliente e inolvidable encierro de la preferia, echó aquel ejemplar memorable llamado Tabarro al que el diestro David de Miranda le cortó las orejas.

Tampoco hay que olvidar a los novilleros sin picadores del ciclo de promoción veraniego. Pepe Martínez, de Valencina de la Concepción, recogió el traje de luces que regala la Real Maestranza en calidad de triunfador de ese escaparate de la cantera. El coriano Jorge Hurtado, segundo clasificado, hizo las veces con el capote de paseo y Manuel Troncoso, que se había presentado en su momento por la escuela de Utrera, se llevó el capote de brega que le acreditaba como tercer finalista.

Los toreros de oro y plata y los criadores de bravo coincidían con los alumnos egresados que se distinguieron con los mejores expedientes académicos de la Universidad Hispalense de la promoción de 2024. La presidencia simbólica del retrato de Felipe VI, Hermano Mayor de la corporación nobiliaria, daba carácter a la sobria y elegante puesta en escena de un acto que se prolonga por esa larga lista de alumnos –con cumplida presencia femenina que no entiende de cuotas- que recogen sus respectivos galardones. El acto había contado con la presencia de distintas autoridades civiles, militares, religiosas y académicas, incluyendo el alcalde de la ciudad, José Luis Sanz, al consejero de Presidencia, Antonio Sanz o el obispo auxiliar de Sevilla, Ramón Valdivia.

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