Toros y televisión: el último que apague la luz
EL REPASO
El culebrón catódico ha añadido varios capítulos más en una semana trepidante en la que ha trascendido la denuncia de Pagés, las cuitas de One Toro con RTVE y la salida de pata de banco de Castella
La empresa Pagés demanda a One Toro por incumplimiento de contrato
One Toro rompe con Pagés y no retransmitirá la Feria de San Miguel
Está siendo la comidilla de los últimos tiempos y promete serlo de ese invierno que está a las puertas mientras se empiezan a poner en pie las primeras ferias. La de Madrid volverá a ser madrugadora y en Sevilla se sigue esperando como agua de mayo cualquier gesto de Morante que, a tenor de lo dicho, oído y publicado, está por torear. Eso sí: Zabala de la Serna ya adelantó en El Mundo que el diestro de La Puebla aguardaría hasta Sevilla para comenzar una campaña escogida en contratos y escenarios, renunciando a la corrida del Domingo de Resurrección si llegara el caso. Eso le permitiría volver a enfundarse el traje de luces bien entrado mayo, con una Semana Santa tardía que también demora una Feria que tendrá poco de abrileña. Al final se trata de ganar tiempo…
El mismo tiempo que pretende ganar el propio Ramón Valencia entendiendo que la temporada nefasta del covid implica un año automático de prórroga en el contrato con la Real Maestranza que debe ser revisado en el inminente 2025. Ya hablamos de ello y habrá tiempo para seguir comentándolo; también de los grupos o empresas que esperan el desenlace, describiendo sus propias órbitas por el Paseo de Colón… Y hablando de empresas hay que hacer eco del tándem montado entre Valencia y los Matilla para optar a la gestión de Santander, coso más que apetitoso y feudo hasta ahora del sevillano José María Garzón que pretende seguir al frente de la que es, hoy por hoy, la joya de su corona. Los sables están en alto…
Judicialización
Pero habíamos venido a hablar de la televisión, tratando de poner orden en ese culebrón que estalló a raíz de la incomparecencia de las cámaras de One Toro en la pasada Feria de San Miguel de Sevilla. Había un contrato firmado pero el canal esgrimió sus propias cuentas del Gran Capitán –los famosos 12 millones de euros de pérdidas- para dejar sin señal a sus abonados. En la difundida entrevista que Ramón Valencia concedió a este medio hace algunos días hablaba de las “consecuencias lógicas” de esa decisión. No han tardado en ser conocidas. El pasado miércoles, sin ir más lejos, trascendía que Pagés había denunciado a la plataforma que dirige Matías de la Puerta por incumplimiento de contrato reclamándole el mismo importe que dejó de abonar por la retransmisión siguiendo la penalización que fijan las cláusulas del propio contrato, tal y como explicó a este medio el letrado de la empresa, Joaquín Moeckel.
Pero los vaivenes o descalabros judiciales de One Toro no se han detenido ahí. También ha trascendido –se publicaba en El Independiente el pasado viernes- que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia había rechazado las medidas cautelares que había solicitado la plataforma para que RTVE Play eliminara varios capítulos del programa semanal Tendido Cero con imágenes de One Toro, que tiene la exclusividad de las mismas aunque también la obligación por ley de ceder imágenes al resto de operadores con fines informativos. One Toro considera que la duración se ha extralimitado y que Tendido Cero no es un programa informativo, que sí lo es. El asunto está por resolver pero la medida cautelar ha sido rechazada… ¿Merecía la pena este berenjenal?
Y entre unos y otros, la casa sin barrer… ¿Afectará la demanda de Pagés a una hipotética conciliación con las huestes de One Toro? Lo de Madrid se da por perdido. El propio Rafael García Garrido, empresario de Plaza 1 al frente de Las Ventas, avanzó en el Curso de Periodismo y Comunicación Taurina de Madrid que la plataforma propia que quiere poner en marcha no estaría disponible hasta 2026 y que la única televisión que se asomará a San Isidro será Telemadrid buscando que se sumen otras emisoras autonómicas.
Y por si no fuera poco…
Con todo ese fondo de armario sólo quedaba que Castella saltara a la palestra usando los propios micrófonos de One Toro durante la retransmisión del festival a beneficio de las víctimas de la DANA de Valencia celebrado el pasado domingo en la plaza de Vistalegre. Realmente no era el momento ni el lugar pero las declaraciones del diestro francés sólo sirven para evidenciar que la marejada televisiva tiene otros fondos pero, sobre todo, la imposibilidad de entendimiento entre los sectores profesionales, con lo cascos calentados después de que Matías de la Puerta, CEO de la plataforma televisiva, denunciara las goteras de la economía taurina. Eso sí, esas vías de agua ya existían cuando los primeros directivos prometieron el oro y el moro para ganar la mano a Movistar. “Vergüenza les debería dar a los directivos de One Toro de estar aquí televisando cuando deben mucho dinero a gente del toro, profesionales y empresarios… lo siento pero es así; espero que el dinero de hoy, de la televisión, de One Toro, sí llegue a la gente que lo necesita de verdad…”, fueron las palabras del francés.
La locuacidad de Castella no tardó en tener respuesta de One Toro, mencionando la inversión de 20 millones de euros en la retransmisión de casi dos centenares de festejos. “Estamos pendientes de liquidar una parte del dinero de los últimos 20 festejos de la temporada 2024 y hay un plan de pago con las respectivas empresas que se está cumpliendo a rajatabla” fueron sus explicaciones. Así está el patio.
Sea como sea hay algo que sigue siendo difícil de digerir: las empresas de Sevilla y Madrid fueron clave para poner en marcha un canal que, en su génesis, sólo era un pomposo puñado de folios tremolados por el célebre y efímero Piticlín, que no tardaría en ser laminado. Ahora son la llave de un precipicio en el que One Toro también ha puesto su parte. El incumplimiento del contrato con Pagés es evidente pero también lo era la necesidad de parar el balón y reconducir una situación que cada vez tiene menos retorno. Sevilla y Madrid, hay que recalcarlo, insuflaron vida a una plataforma de la que nadie sabía una palabra en detrimento de la solidez –con todas las taras que se le puedan achacar- de Movistar Plus. El canal se enfrenta ahora a la tesitura de sobrevivir apoyado en las plazas de Alberto García o José María Garzón como principal bastión. Será complejo sin contar con Las Ventas y el coso maestrante. Lo dicho: el último que apague la luz…
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