Los toros fundidos a negro: el cataclismo que viene
EL REPASO
La ruptura de One Toro con las empresas de Sevilla y Madrid –que habían aupado su puesta en marcha sin preguntar demasiado- es una condena de muerte aplazada para la plataforma televisiva y una amenaza para todo el sector
One Toro rompe con Pagés y no retransmitirá la Feria de San Miguel
San Miguel: un ciclo marcado por la ausencia de Morante y la ruptura con One Toro
El desarrollo de la Feria de San Miguel, cierre del abono de la temporada 2024 en la plaza de la Maestranza, había aplazado los dimes y diretes en torno a la ruptura de la empresa Pagés y One Toro que ya no ha podido televisar el ciclo sevillano tal y como estaba previsto. El divorcio se despachó con un largo comunicado en el que, entre otras consideraciones, la plataforma acusaba a los sectores profesionales del planeta taurino de andar lejos de la auténtica realidad económica del negocio y su repercusión en la clientela televisiva. Resumiendo: que los que se retrataban mensual o anualmente para seguir el completísimo –y truncado- calendario de retransmisiones previstas no daban para el reparto acordado con las empresas mientras se engordaba la cuenta de pérdidas…
Pero convendría volver al principio, secuenciar el proceso que ha llevado a este precipicio de consecuencias insospechadas para un negocio en el que cuesta cuadrar las cuentas. Hay que partir de una premisa: la producción del espectáculo difícilmente se sufraga atendiendo a lo que se genera en la taquilla y desde ahí, la aportación de la tele era fundamental para satisfacer las altísimas aspiraciones dinerarias de algunas figuras. Pero la pasta no daba para más...
Recapitulando...
Todo empezó a finales del invierno de 2023 con el órdago de Mundotoro TV, una iniciativa con todo por demostrar que contaba con un punto de arranque fundamental: las malas relaciones del empresario Rafael García Garrido, gerente de Plaza 1 al frente de Las Ventas, con los responsables de Movistar. El veterano canal acabó siendo apeado de la partida a la vez que el nuevo tinglado, auspiciado por el alemán Moritz Roever y un oscuro fondo de inversión norteamericano, se hacía con los derechos de emisión de las temporadas de Sevilla y Madrid rompiendo el mercado.
En la presentación de los carteles de la Feria de Abril de 2023 apareció en escena un personaje conocido en los cenáculos hispalenses: Ignacio Díez de la Cortina, más conocido en las esquinas del tonteo sevillano como Piticlín. Había sido el encargado de regalar los oídos de los empresarios de Madrid y Sevilla pero no tardaría en ser laminado mientras llegaban los primeros escollos. El ponedor bávaro, forjado como aficionado en los cursos de Dávila Miura, no tardaría de salir de la primera línea a la vez que trascendían algunos desencuentros por el uso de la marca Mundotoro que sacaron del núcleo duro al periodista Carlos Ruiz Villasuso, pieza señalada en el equipo del empresario de Las Ventas que, en el fragor de esta batalla, acaricia la idea de montar su propia plataforma de emisión con la pretensión de atraer al nuevo eje a su colega Ramón Valencia.
Nuevas caras
En el estreno del verano de 2023 aparecieron nuevos nombres y hasta cambio de domicilio social. Matías de la Puerta y Luis Garzón, con la colaboración de Ignacio Moreno de Terry, tomaban las riendas del asunto llevando el domicilio social desde Algete a Mairena del Aljarafe. Se reforzaba así la primacía hispalense y el desembarco definitivo del universo del Club de los Aficionados Prácticos. De cara al exterior el canal parecía consolidado y, sobre todo, se ofrecía un atractivo y continuado calendario de retransmisiones que fue su mejor arma a la hora de presentar la temporada 2024: un centenar más que largo de corridas de toros, con Sevilla y Madrid como estrellas indiscutibles de la parrilla.
Desgraciadamente los acontecimientos han caminado por otro rumbo. No había pasta para satisfacer los derechos de emisión de la Feria de San Miguel, se filtraban problemas para liquidar en Madrid y ahí se rompió la cuerda. Pero es que ya se había perdido un yescal, hasta 12 millones de euros si atendemos al comunicado de One Toro. A partir de ahí, sin Sevilla y Madrid en la cartera, la cascada de peticiones de baja podría ser abrumadora por más que la plataforma asegure a los abonados que el proyecto continúa. Pero la supervivencia será compleja si no se recupera el brillo de esas estrellas…
Bautizo y responso
Llegados a este punto habría que reflexionar en torno al papel jugado por las empresas de Sevilla y Madrid. Garrido ya había mareado la perdiz en el invierno de 2023 hasta sacar del tablero de juego a Movistar y dar con un palmo de narices a Ignacio Frauca, director del Canal Toros de Movistar que llegó a pugnar por igualar la oferta de los nuevos. Pagés se sumó al órdago permitiendo la entrada de los flamantes actores que afrontaban un empeño con escasos avales: una mera declaración de principios contra la fortaleza de un peso pesado.
Se dejaba atrás un canal sólido que también tenía sus taras: la suscripción era cada vez más cara e inasumible para el aficionado y el calendario de emisiones, una incógnita hasta el último segundo. En ese panorama, los de One Toro jugaron las cartas de una atractiva cuota de suscripción, un calendario asegurado y, sobre todo, elevaron la oferta que Garrido no dejó igualar a Movistar; Sevilla se unía a esa estela.
Pero fallaba la trastienda y el cálculo de las verdaderas posibilidades; también esa modalidad de streaming que, en la práctica, excluía a ciertos segmentos de aficionados, especialmente de cierta edad. También la lacra del pirateo... One Toro denuncia ahora que el toro no da para repartir lo que no tiene. Tienen razón pero esas circunstancias ya existían cuando salieron a la palestra -con otro nombre y otros hombres- en febrero de 2023.
En cualquier caso llama la atención que las mismas empresas que los pusieron en pie sean ahora las que precipiten su ocaso sin medir sus consecuencias. La cancelación de las emisiones de San Miguel y Otoño ha sido una pésima imagen para el sector y una afrenta para el aficionado. ¿No habría convenido ganar tiempo y dejar la negociación para octubre? ¿No correspondería a las grandes empresas y las primeras figuras velar por esta ventana abierta a un mundo y un panorama sociopolítico cada vez más hostil ? El canal toros, con el nombre que sea, sea quien sea el que está o esté al frente debería continuar con el apoyo de los grandes, verdaderos perdedores de este entuerto mientras se tiran los trastos a la cabeza por el reparto de una tarta que no era tan gorda como la pintaban. Sólo avanzamos kilómetros hacia el precipicio pero la culpa la tiene Urtasun.
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