Unos toreros de 'Puerta del Príncipe'
Premios taurinos de El Corte Inglés
El Patio de la Montería del Alcázar volvió a acoger la entrega de los trofeos taurinos de El Corte Inglés
Las imágenes de la entrega de los premios 'Puerta del Príncipe' del Corte Inglés
Borja y Javier Jiménez llevan los valores del toreo al colegio Tabladilla
La crema del toreo y la sociedad sevillana volvió a darse cita en el patio de la Montería del Alcázar de Sevilla para arropar la entrega de los trofeos Puerta del Príncipe que patrocina El Corte Inglés y distinguen a los mejores de la Feria de Abril. El cuidado acto sólo podía empezar a los sones del pasodoble Maestranza interpretado por la banda de música Maestro Tejera. La introducción del presentador, el periodista José Antonio Rodríguez, precedió a las palabras de Enrique Guevara, director regional de Andalucía Occidental y Extremadura de la firma, que se estrenaba ante las huestes del toreo muñidas por Francisco Mendoza, relaciones públicas de la misma casa, que fue el encargado de dar lectura al acta oficial del fallo de un jurado en el que no faltan ganaderos, aficionados de reconocido prestigio y hasta algunos plumillas especializados del ramo.
Ese jurado había acordado entregar una mención especial al capítulo más emocionante de la Feria. Lo protagonizó Manuel Escribano en aquella tarde de los victorinos en la que, recién operado y ataviado con un vaquero recortado, volvió a la plaza para ponerse a portagayola. La banda de Tejera tuvo en aquel momento el acierto y la sensibilidad de tocar y prolongar el clásico pasodoble Amparito Roca mientras el bravo matador de Gerena aguardaba la salida de un toro al que acabaría cortando las dos orejas en un momento de impresionante comunión con el público. Era el mismo pasodoble que acompañó la entrega de la distinción a Escribano por parte del alcalde de su localidad, Gerena.
Comenzaba, ahora sí, la entrega de los trofeos Puerta del Príncipe, comenzando con un reincidente como Curro Javier, que recibió de manos del dúo Los del Río el premio que le acreditaba como mejor subalterno del ciclo. Luis Manuel Halcón, diputado de plaza de la Real Maestranza, hizo las veces con el picador Juan Francisco Peña antes de que llegara el turno del criador Santiago Domecq, triunfador absoluto e indiscutible en el apartado ganadero gracias a la lidia de un grandioso encierro que incluyó la lidia del excelente Tabarro.
El teniente general Carlos Melero iba a entregar el suyo al diestro Emilio de Justo, autor de la mejor estocada; el consejero Antonio Sanz, al centauro Diego Ventura, mejor intérprete en la especialidad ecuestre.
Pero aún quedaban algunos platos fuertes. El mismísimo Curro Romero, haciendo caso omiso a sus achaques, iba a ser el encargado de entregar el trofeo que lleva su nombre -premia el mejor toreo de capote- a Pablo Aguado. Llegaba el momento de premiar el grandioso y trascedente trasteo de Juan Ortega, señalado de forma unánime como el mejor de una Feria que ha marcado un antes y un después en su trayectoria. El diestro sevillano recogió la estatuilla de manos del propio director de El Corte Inglés precediendo al alcalde de la ciudad, José Luis Sanz, que entregó a Daniel Luque el trofeo que, más allá de subrayar su condición de triunfador de la Feria, consagra su intratable primacía actual.
Sanz iba a cerrar el acto defendiendo la tauromaquia sin abstraerse de las recientes hostilidades del mismísimo ministro de Cultura. No hay que olvidar que este complejo y maravilloso universo está declarado Patrimonio inmaterial de la ciudad y forma parte de sus Fiestas Mayores. Aún quedaban las felicitaciones, las fotos y ese cóctel privilegiado en unos jardines que se hicieron para el disfrute de reyes. El pasodoble Juncal, como un himno a la nostalgia, ponía la firma al acto.
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