Lo que se sabe de Sevilla... y lo que no
EL REPASO
La confección de los carteles del abono de la temporada taurina en la plaza de la Maestranza sigue su curso mientras se enreda la política taurina y se rescata el Premio Nacional de Tauromaquia
Victorino Martín: "El Premio Nacional de Tauromaquia va a seguir entregándose con normalidad"
El Repaso: La confección de la Feria sigue... sin noticias de Juan Ortega
El calendario litúrgico permite este año cierta laxitud en los plazos de confección de la cartelería maestrante. La empresa Pagés, que el pasado año tuvo que apurar los plazos para presentar las combinaciones de toros y toreros en un temprano 12 de febrero, dispone en 2025 de un colchón temporal para atar los muchos cabos que aún hay que amarrar para poner en pie esos casilleros que empezaron a tomar forma con el paso de los Magos de Oriente. Los plazos de renovación de abonos y de ventas de entradas coinciden prácticamente con la cuaresma litúrgica marcando el Miércoles de Ceniza –que este año cae en un tardío cinco de marzo- el punto de no retorno para presentar unos carteles que, eso sí, deben estar antes.
Mientras tanto no es mucho lo que se sabe, trasciende o se intuye en la gestación de esa amalgama de toreros y ganaderías. Recapitulando lo más sabroso: Morante tiene amarradas cinco tardes que incluyen el Domingo de Resurrección –alternando con Talavante y Luque-, los tres pases del ciclo continuado y el bolo de San Miguel que podría incluir el padrinazgo de la alternativa del novillero sevillano Javier Zulueta –apoderado por la propia empresa Pagés- en el confín de su segunda temporada como novillero con picadores.
Del comisionismo a un gesto necesario
El diestro de La Puebla, que había apalabrado inicialmente el hierro de Victoriano del Río –era la apuesta de Ramón Valencia para Resurrección- estoquearía finalmente las dos corridas de Cuvillo además de las de Garcigrande, Domingo Hernández y Matilla. A partir de ahí se ha trabajado en el encaje de Roca Rey, que pedía dos tardes aunque la empresa lo convencerá para estar en tres. Manzanares o Talavante –perejiles de todas las salsas en las ferias de 2025- ya tienen acomodo en la apoteosis del comisionismo que campea en la gestación de la temporada global que vendrá.
No tardará en tener ese mismo acomodo el francés Castella, otro torero instalado en el sistema, pero en los corrillos hispalenses sólo se habla del ajuste de Juan Ortega; también del de Pablo Aguado. El primero está en México atendiendo los últimos compromisos de su agenda americana. Su apoderado, José María Garzón, también ha cruzado el charco mientras esperan una llamada y una cita que se antoja cada vez más tardía.
Pero en estas componendas hay que añadir un gesto que animaría una Feria con un guión demasiado previsible. El compañero Jesús Bayort adelantaba días atrás que Daniel Luque, que actuará un mínimo de tres tardes en el abono, ha dado un paso al frente para estoquear la corrida de Victorino Martín que tiene otros dos actores naturales: Manuel Escribano y Borja Jiménez. El cartel, que ya es un clásico en el sábado de preferia –ya no sería de farolillos- quedaría redondo en medio de tantas ideas preconcebidas.
Duelos a garrotazos
Pero habíamos hablado de Garzón, confirmado por el Ayuntamiento de Santander como empresario de la plaza de Cuatro Caminos cuatro años más después de desestimar la reclamación de la UTE formada por el propio Valencia y la casa Matilla que ya ha sido explicada hasta la saciedad. Disputaban al empresario sevillano la gestión del coso montañés. La denuncia sí ha prosperado en la Fiscalía correspondiente –se invoca la falsedad de una firma por poderes- enredando aún más un asunto que enfanga la política taurina con un telón de fondo muy definido que no tardará en dictar muchos titulares. Todo se andará…
Una cosa nos lleva a la otra, en estos tiempos de pleitos, fías y porfías. ¿Recuerdan la denuncia de Pagés por el incumplimiento de contrato en la retransmisión de la Feria de San Miguel? Fue el punto de no retorno de la debacle de la plataforma que, a su vez, había denunciado a RTVE por la emisión en Tendido Cero de imágenes de las ferias en las que tenían exclusiva. Les pedían 200.000 euros y hasta unas medidas cautelares para cesar la emisión del veterano programa taurino de Televisión Española que fueron rechazadas. El recordatorio sirve para dibujar el panorama en el que se mueve el negocio taurino –todos a garrotazos- en uno de los momentos más delicados de su historia. ¿Quién da más?
Es mejor hablar de asuntos un poco más agradables. El jueves se presenta el renovado Premio Nacional de Tauromaquia, rescatado de la papelera del Ministerio de Cultura que pastorea Ernest Urtasun. Será gracias al empeño de la Fundación del Toro de Lidia y el apoyo del Senado y nueve comunidades autónomas entre las que se encuentra la de Castilla la Mancha, gobernada por el socialista Emiliano García-Page. La puesta de largo del galardón será en la Real Casa de Correos –sede del gobierno autonómico de Madrid- y contará con la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso, el presidente de la FTL Victorino Martín y el diestro Julián López El Juli, último premiado con el galardón rescatado que tuvo que soportar la displicencia y la mala educación de un ministro sectario que, tal y como profetizó el propio Victorino, no tardará en pasar…
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