Premio Nacional de Tauromaquia: la cultura expresada en libertad

GALARDONES

La Real Casa de Correos de Madrid acogió la presentación de la nueva etapa del galardón suprimido por Ernest Urtasun que será fallado en Toledo el próximo 11 de febrero

Urtasun inicia su cruzada antitaurina suprimiendo el Premio Nacional de Tauromaquia

Victorino Martín: "El Premio Nacional de Tauromaquia va a seguir entregándose con normalidad"

La Real Casa de Correos acogió la presentación de esta etapa renovada del Premio Nacional de Tauromaquia.
La Real Casa de Correos acogió la presentación de esta etapa renovada del Premio Nacional de Tauromaquia. / FTL

Bajo el lema Cultura en libertad y ante un patio abarrotado. La Real Casa de Correos, sede del gobierno de la Comunidad de Madrid en la Puerta del Sol, acogió este jueves la presentación de la nueva etapa del Premio Nacional de Tauromaquia con rango de gran acontecimiento. Había sido suprimido el pasado mes de septiembre de la lista de los premios nacionales de Cultura por el ministro del ramo, Ernest Urtasun, que ya había anunciado esa cruzada antitaurina unos meses antes. Pero esa decisión arbitraria sólo ha conseguido provocar la reacción del sector, recabar la cobertura del Senado y lograr el apoyo de nueve comunidades autónomas que han sacado el premio de la papelera del ministerio para insuflarle nueva vida y una notoriedad social inesperada.

La presidenta del gobierno autónomo madrileño ofició de anfitriona en un acto que, más allá de las declaraciones institucionales y hasta del inevitable oportunismo político, se convirtió en un canto a la libertad. Seguramente fue la palabra más repetida por la propia Isabel Díaz Ayuso o por Pedro Rollán, presidente del Senado, cámara territorial que acogerá la entrega del premio. Antes, el 11 de febrero, será fallado en el Palacio de Fuensalida de Toledo, sede de la presidencia del gobierno autonómico de Castilla-La Mancha que como Andalucía, Cantabria, la Región de Murcia, la Comunidad Valenciana, Aragón, Castilla y León y Extremadura han seguido la bandera enarbolada por la Fundación del Toro de Lidia.

Victorino Martín: "Hay quien se empeña en tener un país oscuro y dividido donde el poder pueda imponer a sus ciudadanos de qué manera totalitaria que es cultura y que no es"

Su presidente, el prestigioso criador Victorino Martín, había sido en encargado de abrir fuego recordando que hay “quien se empeña en tener un país oscuro y dividido donde el poder pueda imponer a sus ciudadanos de manera totalitaria qué es cultura y qué no es; lo que sus ciudadanos pueden ver y no pueden ver”. Desde ese ángulo, el ganadero de Galapagar señaló que “frente a esa tristeza censora que algunos quieren imponer, hoy aquí celebramos que la cultura en libertad se impone; que la tauromaquia podrá celebrar con normalidad, como el resto de expresiones culturales la entrega de su Premio Nacional”.

La Fundación del Toro de Lidia, presidida por Victorino Martín, ha sido vital en la recuperación del premio.
La Fundación del Toro de Lidia, presidida por Victorino Martín, ha sido vital en la recuperación del premio. / Europa Press/Carlos Luján

Sangre, sudor y lágrimas

Era el turno de El Juli, último matador galardonado con el Premio Nacional de Tauromaquia en su etapa anterior, antes de que Urtasun lo suprimiera de un plumazo. Pero el ministro, muy a su pesar, tuvo que asistir a la entrega del galardón en presencia de los Reyes de España sin poder ocultar su desprecio. “La cultura no pertenece a ningún partido político –ni a ningún político-, la cultura es del pueblo y pertenece al pueblo y cualquier político en el cargo está en la obligación de gestionar, promover y difundir la cultura de nuestro país. ¡Basta ya de la politización de la tauromaquia!” exclamó el maestro madrileño que hizo un hermoso canto a la verdad del toro y el toreo en el patio de la Real Casa de Correos. “Es el espectáculo más íntegro y más auténtico que vivimos en una sociedad ayuna de valores y de ética” añadió El Juli recordando que “un torero se juega la vida en directo por amor a una profesión, por una vocación que está por encima de cualquier tipo de interés”.

La intervención de El Juli, último premiado en la etapa anterior, fue la más aclamada.
La intervención de El Juli, último premiado en la etapa anterior, fue la más aclamada. / Europa Press/Carlos Luján

Pero el veterano maestro, retirado de la profesión en 2023, fue más allá al invocar esa libertad, convertida en hilo conductor del propio acto. Julián iba a hablar de manera apasionada del oficio y la actividad del toreo. Recordó el desdén del ministro, que no tuvo más remedio que estrechar la mano que le ofrecía el matador después de abstenerse de aplaudir. “Por encima de él o de mí está el presente, el pasado y el futuro de un arte y una expresión cultural que enriquece a nuestro país por todo el mundo por la que he dado sangre, sudor y lágrimas por sentir, expresar y emocionar a quien se sienta en un tendido”, afirmó.

El Juli: "¡Basta ya de la politización de la tauromaquia!”

El sectarismo del ministro de Cultura iba a ser un tema recurrente en todas las intervenciones. Pedro Rollán, presidente del Senado llegó a agradecer a Urtasun “su cacicada” ya que está provocando que la tauromaquia esté registrando “un rejuvenecimiento como hace tiempo no tenía lugar”. Puestos a poner ejemplos Rollán se preguntó si el Gobierno sería capaz de “torpedear” una fiesta como los San Fermines y destacó el papel pionero del gobierno madrileño “elevando la voz para hacer una defensa a ultranza de algo que compartimos; de algo que es una seña de identidad; de algo que nos emociona…”

La intervención más esperada, en cualquier caso, era la de Isabel Díaz Ayuso que fue fiel a sí misma al hablar de “un ataque ideológico a la libertad, al arte y a la fiesta en España e Hispanoamérica”. “Si pudieran cancelarían a Picasso y a Goya, a Manolete y a Belmonte, a Ortega y a la Argentinita, a Lorca y a Hemingway, a Orson Welles y a Joaquín Sabina. De hecho, ya lleva muchos años censurando, persiguiendo y cancelando artistas vivos o muertos, y a la propia historia”, afirmó la presidenta de la Comunidad de Madrid en su alocución, vestida de fucsia capotero para la ocasión, antes de proclamar que “el Gobierno decidió por su cuenta y riesgo que la tauromaquia no era cultura, que no tenía cabida en su plan de ingeniería social impuesto a los españoles”.

El objetivo se ha cumplido, 146 días después de que Urtasun proclamara la supresión de un galardón que renace fortalecido por el espaldarazo del Senado, las nueve comunidades autónomas y el empeño firme y decidido de la Fundación Toro de Lidia. En doce días tendremos un nuevo premiado.

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