Paco Camino ya reina en el corazón de la Sevilla taurina

Paco Camino ya reina en el corazón de la Sevilla taurina. Si en vida no había llegado todo el entendimiento, su rango de máxima figura sí le ha hecho merecedor a título póstumo de ese IX Premio Taurino Ayuntamiento de Sevilla –concedido por unanimidad del jurado nombrado al efecto- que el alcalde José Luis Sanz entregó ayer en el transcurso del acto organizado en la casa consistorial. Su viuda, Isabel Sánchez-Flor fue la encargada de recoger la rotunda estatuilla de May Perea sin que hubiera rastro de los hijos del maestro. Sus palabras fueron de agradecimiento, de amor a su marido y hasta de reinvidicación de su patria chica. “Se sentía camero, sevillano, andaluz”, relató Isabel, compañera de Francisco Camino Sánchez durante 37 años.

La memoria del llamado Niño Sabio de Camas sí iba a estar realzada con la presencia de toreros como Juan Antonio Ruiz Espartaco y Eduardo Dávila Miura, miembros del jurado que concede el trofeo, además de Emilio Muñoz, Tomás Campuzano, el banderillero Gabriel Puerta, el picador Lolo de Camas y un largo etcétera de taurinos y personalidades de la ciudad entre los que sobresalían el empresario Ramón Valencia o el prestigioso y veterano apoderado Pepe Luis Segura además de una extensa colección de fuerzas vivas, con el infatigable delegado del Gobierno Ricardo Sánchez a la cabeza. No faltaron los portavoces de los grupos popular, socialista y de VOX en un acto que contó con la presencia del presidente del Parlamento de Andalucía, Jesús Aguirre.

La entrega del trofeo había sido presentada por el teniente de alcalde y delegado de Fiestas Mayores Manuel Alés que expresó “el compromiso rotundo e inexcusable de la ciudad con la fiesta de los toros”. No faltó la lectura del acta oficial de boca de Javier Hernández, director del Area de Fiestas Mayores pero el público que llenaba el Salón Colón había escuchado antes la glosa del premiado, escrita y leída por el veterano aficionado e informador taurino José Luis López. Sólo tuvo que tirar de su propia memoria para trazar un hermoso retrato humano y taurino del maestro partiendo de sus propios recuerdos infantiles en aquella remota tarde de Cumbres Mayores en la que, siendo sólo un niño, contempló a un muchacho de Camas estoquear uno de los primeros becerros de su fecunda vida artística y profesional. Pero hubo otras notas de buen gusto, como los pasodobles escogidos por la Banda del Maestro Tejera que abrió con Plaza de la Maestranza, continuó con Valencia en homenaje a las víctimas de la DANA y prosiguió con Paco Camino antes de cerrar con Suspiros de España, que realzó la atmósfera evocadora de un acto medido en los tiempos y destinado a realzar la figura de uno de los toreros más determinantes del siglo XX.

Cantar la trayectoria del diestro camero servía, de paso, para reivindicar el toro, el toreo y la tauromaquia como patrimonio cultural de la ciudad. “Hoy el Salón Colón abre sus puertas para recibir al mundo del toro, o lo que es lo mismo al mundo de la cultura”, señaló el alcalde invocando nombres recurrentes como los de Picasso, Dalí, Alberti o Lorca. “Vamos a seguir con el firme compromiso de defender a nuestra tauromaquia” añadió el alcalde recordando que la tauromaquia figura en la lista de Fiestas Mayores de la ciudad. “El Ayuntamiento de Sevilla quiere hacer visible la defensa de nuestra fiesta porque el toreo nos ha cedido un valioso regalo que trasciende lo material y tenemos el compromiso de cuidarlo, protegerlo y respetarlo” añadió Sanz en el cierre de este acto que renovó esa alianza entre el mundo del toro y una ciudad que ha marcado la historia y el presente de la tauromaquia.

El actual gobierno municipal había recuperado este trofeo taurino el pasado año con su concesión a Espartaco. Antes había vivido distintas etapas y orientaciones desde su creación en la alcaldía de Juan Ignacio Zoido. La lista de premiados, unificada por Sanz, se abrió en 2013 con su concesión a Pepe Luis Vázquez, también a título póstumo. Le seguiría Curro Romero antes de entrar en otra etapa, con gobierno socialista, en la que fueron premiados sucesivamente el pintor Miquel Barceló, la Fundación de Estudios Taurinos, la ciudad de Arlés, la ganadería de Miura y el filósofo Fernando Savater, que nunca llegaría a ser citado para recoger un galardón eclipsado en el bienio del covid y felizmente reflotado con su filosofía inicial.