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Morante de la Puebla corta la temporada definitivamente aunque aún baraja estar en Sevilla por San Miguel

Los peores presagios se han cumplido y el diestro cigarrero se ha visto obligado a interrumpir definitivamente sus actuaciones aquejado de los problemas psiquiátricos que han rebrotado en la presente temporada

Morante de la Puebla: otro fin de semana en blanco

"Llevo sufriendo esto desde los 20 años, ahora me ha dado más fuerte"

Morante y su apoderado, Pedro Marques, que ha sido la sombra del torero en este período de recuperación. / EFE/Kiko Huesca

Morante de la Puebla ha decidido cortar por lo sano y no cumplirá los próximos contratos que figuraban en su agenda aunque, según ha trascendido desde su entorno, aún tiene la esperanza de poder estar en Sevilla en la tercera corrida de la Feria de San Miguel. Los problemas psiquiátricos que han convertido la campaña en un ir y venir han pesado finalmente en esta decisión que se ha conocido este miércoles después de que el torero esté cancelando sus inminentes compromisos profesionales.

Morante perderá la cita del próximo viernes, día 13 de septiembre, en la plaza de Guadalajara. Después de la capital alcarreña tenía que pasar por Utiel, Almodóvar del Campo, Murcia, Salamanca y Logroño antes de concluir el calendario previsto el próximo 29 de septiembre en la plaza de la Maestranza de Sevilla amparando la despedida sevillana de Pablo Hermoso de Mendoza en unión de Juan Ortega. Ése sería ahora su objetivo, pero será muy difícil de cumplir.

Todo empezó a torcerse el pasado 28 de agosto en Linares, el mismo día que se conmemoraba el aniversario de la cogida mortal de Manolete, a raíz de caerse del cartel en unión de Manzanares por unas supuestas desavenencias con la presidencia del festejo y el equipo veterinario para lidiar completa la corrida prevista, del hierro de Álvaro Núñez. El diestro Curro Díaz acabaría asumiendo el compromiso en solitario mientras que la autoridad gubernativa de la Junta de Andalucía abría expediente a Morante y Manzanares, que habían enviado sendos partes facultativos después de intentar ser localizados sin éxito por la presidencia, que ya había repescado un toro rechazado para completar la corrida de Núñez. 

Pero aquella ausencia de Linares escondía otros condicionantes. A partir de ahí, con las alarmas al rojo, Morante dejó de actuar en las plazas de Tomelloso, y Tarazona –en esta ocasión por las inclemencias meteorológicas- reapareciendo fugazmente en Palencia, aparentemente en plenitud y bajo un fuerte aguacero. Desde entonces se han sucedido las incomparecencias –aduciendo vagos problemas de salud- en las plazas de Valladolid, Aranjuez, Villanueva del Arzobispo y en el ruedo portugués de Moita, donde estaba anunciado el pasado martes espoleando cada vez más la incertidumbre.

Esos "problemas de salud" mencionados apuntaban directamente a los recurrentes trastornos psiquiátricos que le atenazan desde su juventud. Después se supo que el parte médico enviado a Valladolid –tenía que haber toreado en la capital pucelana el pasado jueves- aludía a “una modificación sustancial de la medicación que sigue para el tratamiento del trastorno que padece” y prescribía una monitorización durante los siguientes cuatro días que dejaban el pasado fin de semana en barbecho alimentando las dudas para la recta final de la campaña. Los efectos secundarios de ese nuevo tratamiento, según ha trascendido también , impedirían al artista cigarrero ejercer su profesión con la mínima seguridad. Ésa es la certeza: Morante no está bien ni por fuera ni por dentro.

Es importante subrayar que estas dolencias –las mismas que le obligaron a retirarse hace veinte años- ya habían amenazado el comienzo de la presente temporada y le obligaron a cortar casi dos meses, entre primeros de junio y el 23 de julio, fecha en la que reapareció en la plaza de Santander. Iniciaba así una serie de actuaciones pletóricas que le llevaron a los ruedos de Azpeitia, Huelva, El Puerto, Marbella, Pontevedra, Huesca, San Sebastián, Málaga, Gijón, Almeria, Antequera y Cuenca antes de que todo se torciera a raíz de la espantada de Linares. Algunas faenas, casi secretas, recordaban al gran Morante del trienio prodigioso que se inició con la pandemia y concluyó cortando el rabo de un toro de Domingo Hernández en la pasada Feria de Abril de Sevilla. 

Esa fecha, la del 26 de abril de 2023, sigue marcando a fuego el antes y el después del genio de La Puebla que reconoció en una entrevista concedida a Paco Guerrero que ese día ya le rondaban los fantasmas –unidos a la traída y llevada lesión de muñeca- que convirtieron la pasada campaña en un infernal ir y venir muy parecido al que ha marcado la presente temporada. La meta está en Sevilla y por San Miguel. Es una hermosa incógnita.

 

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