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13ª de abono de la Maestranza | La Crónica

Los toros de Alcurrucén destrozaron la tarde y sólo Sebastián Castella logró cierto brillo en su lote

Rufo puso voluntad y Morante se va de la Feria sin que le embistiese un toro

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Gesto triste de Morante de La Puebla tras haber saldado su Feria con ocho toros matados sin ningún motivo para recordarse. / Juan Carlos Muñoz

Ficha del festejo

Plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla. GANADERÍA: Seis toros de Alcurrucén, bien presentados y mansos de solemnidad . TOREROS: Morante de La Puebla, de tabaco y oro, Silencio en ambos. Sebastián Castella, de coral y plata, petición de oreja y un aviso con saludos. Tomás Rufo, de malva y oro, silencio en ambos. CUADRILLAS: Saludó en banderillas José Chacón y destacaron a pie Curro Javier, Joao Ferreira y Rafael Viotti. A caballo, Manuel Jesús Ruiz, Manuel José Bernal y Aurelio Cruz. INCIDENCIAS: Decimotercera corrida de abono en tarde entoldada. La plaza se cubrió en su totalidad, colgándose el cartel de ‘no hay billetes’.

OTRA tarde más, el gran triunfador de la tarde fue la Empresa Pagés, que con su buena organización a la hora de confeccionar las combinaciones de toros y toreros dio como resultado el anhelado no hay billetes, uno más. Se lidiaban toros de Alcurrucén, ganadería considerada como la auténtica depositaria del encaste Núñez. Y llegaban precisamente cuando se cumplen los sesenta años de aquel Bancalero que universalizó la figura de Manuel Benítez tras cortarle el rabo. Fue en este mismo sitio de la Maestranza de Sevilla, justo donde seis descendientes de aquella máquina de embestir se anunciaban para sembrar la expectación que precedería al fracaso más estrepitoso.

Morante, en un natural a ‘Carasucia’, su último toro de la Feria. / Juan Carlos Muñoz

Muy bien presentada y con el atractivo de la diversidad de capas, estos descendientes lograron que los tres matadores se estrellaran en sus pésimas condiciones. Bueno, no todos, ya que Sebastián Castella, que atraviesa un momento dulce, sí fue capaz de sacar algo de provecho. Fue en su primero, de nombre Alcalá y de pelo negro, donde el francés estuvo a punto de tocar pelo. Fue este toro el único que se dejó torear con el capote y Castella lo cuajó a la verónica en la serie por este palo que mejor le hemos visto y que hizo que Rufo entrase en quites para dar unas apretadas chicuelinas. Brindis a la plaza, unas muy toreras dobladas genuflexo, la banda que rompe a tocar Juncal y Castella que logra una tanda muy redonda al natural. Una estocada arriba, el toro tarda en doblar y el premio se queda en una fuerte petición de oreja que el usía acertó en no atender.

Pase cambiado de Sebastián Castella a ‘Alcalá’, su primer toro y al que estuvo a punto de cortarle una oreja. / Juan Carlos Muñoz

Le correspondió en quinto lugar un toro que huía de su sombra, manso pregonado este colorado de nombre Atrevido, levanta las protestas de un público que ignora que la mansedumbre no es motivo de pañuelo verde y quizá sí hubiese merecido banderillas negras, pero el morlaco se guardaba veinte arrancadas en su barriga y Castella va a aprovecharlas tras adivinarlas en la buena brega de José Chacón. Una tanda de naturales levanta el ánimo de la plaza, seguidos de unos redondos muy ligados, ponen aquello al borde del éxito, mata de media estocada, el toro tarda en echarse, suena un aviso y todo queda en los saludos del diestro que corresponde a los aplausos del público. Sebastián Castella sale de la Feria cotizando al alza y con buenas perspectivas de cara a San Miguel.

Ocho toros ha matado Morante y sólo logró que le aplaudiesen en uno de Juan Pedro

Tremendo lo de José Antonio Morante Camacho en esta Feria del bisiesto 2024. Base de la temporada hispalense y uno de los ejes de la Feria, ha matado ocho toros y se ha ido entre espesos silencios. No le ha servido ninguno desde aquel Domingo de Resurrección con dos toros de Matilla llamados Esaborío, que siguió con lo mejor de todo, petición de oreja con el juampedro Mágico y pitado con su hermano Ajerezado; seguidamente le tocó tirar líneas con Brazalete de Domingo Hernández para abreviar y ser pitado con el garcigrande Acedado y así hasta la catástrofe de este viernes con el colorado Incordioso, un sosias de los muy pegados al piso toros de Guisando, y Carasucia. Este toro era el último cartucho del orfebre cigarrero en la Feria y bien que intentó aprovecharlo, pero cuando se juega por necesidad, se pierde por obligación. Ah, que no se quede en el tintero, a Incordioso le pegó media verónica de aquí te espero. En fin, que Morante se va con los cuatro no hay billetes y a la espera de volver a vernos por San Miguel.

Buen muletazo de Tomás Rufo con la diestra a ‘Bullanguero’, el toro que cerró el festejo. / Juan Carlos Muñoz

Tomás Rufo también se estrelló con un lote negativo. Su primero era un hermoso berrendo en negro que acabó pareciendo una vaca de leche. Se llamaba Afectivo, salió abanto y sin querer pelearse con nadie, huye del caballo y apura a José María Soler en banderillas. Rufo lo intentó con ambas manos, pero el toro estaba adherido al albero y tan poco beligerante era que se echó con un simple pinchazo. El sexto atendía por Bullanguero y salió distraído, como una copia idéntica de sus hermanos. Rufo le vería algo cuando brindó a la plaza, pero que si quieres arroz... Intento de redondos y de naturales, prueba cambiando las distancias, se le aplaude la voluntad, mata de una estocada, aquí paz y después gloria. Y atención, mucha atención, hoy vuelve el deslumbrante Juan Ortega con Pablo Aguado y espera Roca Rey, ese cóndor, casi nada.

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