Morante de la Puebla: 210 días después
REAPARICIÓN
El genio de La Puebla volverá a vestirse de luces este sábado en la plaza de Almendralejo después del aplazamiento y la suspensión definitiva de la cita de Olivenza
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Las inclemencias meteorológicas quisieron que Morante no hiciera el paseíllo en Olivenza para escenificar su reaparición. Primero fue el aplazamiento –el día 8 de marzo- y después la suspensión definitiva de un festejo que había quedado aplazado para el pasado día 22. El lance dejó en bandeja al empresario Alberto García, al frente de Tauroemoción, la exclusividad de esta esperada vuelta -210 días después de la última vez que se vistió de luces- que sigue envuelta en demasiadas incógnitas.
No es la única carambola. La recuperación incompleta de Manzanares, que resultó herido en la pasada feria de Fallas, ha propiciado la entrada en la terna de Borja Jiménez en la que será su primera corrida tras la tremenda cogida del día de San José, también en el ciclo fallero. Las circunstancias han querido que el cartel, finalmente, sea idéntico al que se planeó para Olivenza cambiando el encierro de Victoriano del Río por los toros de Juan Pedro Domecq que se han embarcado para Almendralejo. En la terna sí estaba fijo Emilio de Justo, principal y más polémico ausente en la cercana Feria de Sevilla.
¿Qué pasará en 2025 por la cabeza de Morante? La de Almendralejo, finalmente, será la primera cita de un amplio calendario de actuaciones con responsabilidad de primera figura que incluye esas cinco tardes apalabradas en la plaza de la Maestranza, en la que actuó por última vez el 19 de abril del pasado año sin poder cumplir con el compromiso de San Miguel cuando el corte de temporada era una certeza irremediable.
Pero ese futuro inmediato entra en el terreno de la duda aunque los propósitos del torero, que poco a poco sale de su propio calvario, son ir a por todas. El diestro cigarrero no se viste de luces desde el 31 de agosto, fecha en la que hizo el paseíllo en Palencia bajo un aguacero en aparente plenitud artística. En ese momento no se sabía pero había llegado un eclipse prolongado en el tiempo en el que el genio cigarrero se ha recluido en Portugal, bregando con ese trastorno disociativo que afecta a todos los resortes de su vida personal y profesional. Es un proceso de despersonalización y agorafobia que le provoca mialgias, dolores de cabeza y ataques de llanto, además de confusión y desorientación. Había sido diagnosticado hace 20 años, en 2004, cuando se vio obligado a retirarse temporalmente llegando a sufrir sesiones de electroshock en Miami.
Morante, seguramente, busca en el toreo su propia redención personal. El compromiso de este sábado sólo es la puerta a una temporada que, por incierta, no deja de ser menos ilusionante. Su presencia es necesaria en la zona noble de un escalafón necesitado de atractivos. El apoderado del matador, el portugués Pedro Marques, se ha implicado de una forma directa y personal, más allá de cualquier vínculo profesional, en la recuperación del hombre y del torero. Marques sigue firmando contratos y aceptando sustituciones, armando una temporada de alta exigencia en la que no faltaran incursiones en plazas de menor categoría. La consigna, eso parece, es torear. Se lo contaremos.
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