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Morante adelantará su reaparición a Olivenza

RETORNO ESPERADO

El diestro de La Puebla avanza positivamente en el proceso de recuperación del trastorno psiquiátrico que le obligó a cortar la pasada campaña y no aguardará a la Feria de Abril para iniciar su agenda de actuaciones

Morante: de idas y vueltas

Morante de la Puebla: "La tarde del rabo ya no estaba bien"

Morante alcanzó la cima de su carrera cortando un rabo en la Feria de Abril de 2023. / Juan Carlos Muñoz

Morante adelantará su reaparición a la feria de Olivenza, a principios de marzo, y estaría dispuesto a afrontar una temporada al uso según ha trascendido en la tarde de este viernes en distintos foros taurinos dando por hecha su presencia en el coso extremeño y los avances en la recuperación de los trastornos psiquiátricos que le obligaron a cortar la pasada campaña. El diestro de La Puebla, que ya prepara el encierro y la novillada de las fiestas de San Sebastián de su localidad natal -previsto para el 18 de enero- no esperará hasta la Feria de Abril, tal y como se había barajado, para comenzar una temporada en la que es pieza clave para ferias y empresas.

Los recurrentes problemas de salud mental que atormentan al diestro de La Puebla desde hace más de dos décadas se habían recrudecido en los últimos tiempos convirtiendo su agenda en un ir y venir en 2024, prácticamente idéntico al del año anterior. El propio torero había confesado a finales de julio en una entrevista exclusiva para los periódicos del grupo Joly que esos trastornos psiquiátricos ya le cercaban el 26 de abril del pasado año, día que paseó el rabo de Ligerito, el toro de Domingo Hernández que marcó la cima de su carrera sin que en ese momento feliz se pudiera atisbar que comenzaba una angustiosa cuesta abajo.

Desde aquella fecha Morante ya no pudo ser el mismo. El torero y su entorno justificaron con la recurrente y molesta lesión de muñeca las idas y venidas de la temporada anterior, truncada definitivamente tras un sinfín de eclipses parciales después de cumplir su primer compromiso de la feria de San Miguel. Un año después se reprodujo un panorama muy parecido, con la temporada interrumpida definitivamente después de la fugaz, feliz y lluviosa actuación de Palencia el pasado 31 de agosto. Desde entonces no ha vuelto a vestirse de luces; tampoco pudo hacerlo en Sevilla por otoño. En realidad no cabía otra decisión: el diestro cigarrero ya había comenzado el año envuelto en los peores augurios mientras arreciaban los rumores sobre el recrudecimiento de ese trastorno de personalidad a raíz de su comparecencia en los flamantes Premios Andalucía de Tauromaquia, el pasado mes de febrero. Morante no estaba e incluso se vería obligado a parar antes de levantar el telón de la temporada sevillana el pasado Domingo de Resurrección. Pero el rostro del torero y su rendimiento en el ruedo seguían delatando el sufrimiento interior, forzando un segundo y largo parón entre el primero de junio y el 23 de julio, fecha en la que reapareció en Santander mostrando una absoluta plenitud artística y profesional. 

Había vuelto el mejor Morante pero la procesión iba por dentro. Hubo un definitivo punto de inflexión a raíz de la sonora y polémica espantada de Linares por unos supuestos desencuentros con la autoridad gubernativa y los equipos veterinarios de la plaza. Fue el 28 de agosto pero estaba claro que había algo más. A raíz de ahí se sucedieron las caídas de los distintos carteles mientras se barruntaba lo inevitable. Ya lo hemos dicho: volvió fugazmente el 31 de agosto en Palencia y el 11 de septiembre anunció que cortaba. La luz empieza a vislumbrarse al fondo del túnel.

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