Jesulín de Ubrique y Martín Morilla se desvinculan profesionalmente

El brevísimo apoderamiento, sellado el pasado mes de enero, se ha dado por finalizado después de la actuación del joven novillero en la plaza de la Maestranza el pasado 13 de junio que se saldó con el corte de una oreja

Martín Morilla: la sorpresa llegó al final

Martín Morilla se impone a la mansedumbre

 

Martín Morilla cortó la oreja del sexto, único novillo potable del envío de Chamaco.
Martín Morilla cortó la oreja del sexto, único novillo potable del envío de Chamaco. / José Ángel García

Un suspiro, apenas seis meses. Es lo que ha durado la relación profesional que ha vinculado al novillero Martín Morilla y al veterano diestro Jesulín de Ubrique. Todo se ha precipitado, sin que ninguna de las partes cite una causa concreta, después de la actuación del joven novillero de Morón en la penúltima novillada de abono celebrada en la plaza de la Maestranza. Martín Morilla cortó una oreja al sexto ejemplar de Chamaco después de haber brindado, precisamente, al propio Jesulín que había sido apoderado en la explosión de su carrera por el abuelo del novillero, el taurino, empresario y político Manolo Morilla, fallecido el pasado año. 

Martín Morilla ha logrado en estos meses debutar con picadores en Sanlúcar de Barrameda dentro de la fase clasificatoria del V Ciclo de Novilladas de Andalucía además de ver su nombre incluido dentro de los carteles del abono sevillano. “Sin embargo, se ha llegado a la conclusión de que, para seguir evolucionando y creciendo en su carrera, es mejor tomar caminos separados” ha explicado el propio novillero a través de su servicio de comunicación en una nota que advierte que el joven lidiador, hijo del escultor e imaginero Manuel Martín Nieto, “continuara con su intensa preparación y la búsqueda de un profesional que gestione su carrera, tras el éxito conseguido el pasado 13 de junio en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla”.  En la misma nota de prensa se incluye el reconocimiento y agradecimiento a Jesulín de Ubrique “por estos meses de ayuda, colaboración y acompañamiento” que han concluido de forma tan prematura como inesperada. 

Los años locos… 

Este extinto vínculo profesional, inexcusablemente, refresca la memoria de la eclosión y apogeo del propio Jesulín de Ubrique al que Manolo Morilla, el abuelo del novillero, apoderó desde sus inicios profesionales cuando aún era un niño que despuntaba en los festejos económicos del entorno de la serranía gaditana. De la mano del taurino de Morón, Jesulín se convirtió en el novillero de moda en unión de otros futuros matadores como Finito de Córdoba o Antonio Borrero Chamaco y llegó a su alternativa en Nimes en la feria de la Vendimia de 1990.  

Jesulín viviría junto a Morilla aquellos años locos en la yema de la década de los 90 en la que no faltaron las corridas exclusivamente para mujeres, los records más disparatados y hasta la salida de tono del propio Morilla cuando requirió espada y muleta en la plaza de Sanlúcar de Barrameda –en corrida televisada- para esbozar unos muletazos que se resolvieron con una voltereta que afortunadamente no fue a más y una sustanciosa multa. 

Tampoco le faltaron reveses judiciales en su paso por la política, culminado con su llegada a la alcaldía de Morón de la Frontera, su pueblo natal, entre 2003 y 2011 bajo las siglas del Partido Popular. Antes había promovido la actual plaza de toros, inaugurada por todo lo alto el 10 de marzo de 2001 por el mismísimo Manuel Benítez El Cordobés en la cabecera de un cartel que completaban Enrique Ponce y Julián López El Juli

En los últimos tiempos, precisamente, estaba ilusionado con los inicios taurinos de su nieto Manuel Martín Morilla que se presentó en la plaza de la Maestranza en el ciclo de promoción de nuevos valores del verano de 2022. Casi dos años después había vuelto en calidad de novillero con picadores cortando una oreja y dejando un buen sabor de boca. Ahora toca volver a buscar apoderado. 

 

 

 

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