Una gran estocada bien vale, al menos, una vuelta al ruedo
El Fandi, tras una labor voluntariosa, consigue el único premio de la tarde · Paquirri y El Cid escuchan sendas ovaciones
Para los aficionados, la combinación del cartel del domingo les resultaba bastante extraña. Rivera Ordóñez, que ahora lleva a gala el apodo que universalizó su inolvidable padre, abría un cartel con el líder estadístico El Fandi y, entre medias, El Cid. En la Maestranza, viento en calma y tarde soleada. El espectáculo transcurrió sin apenas impacto artístico; más bien el festejo navegó la mayoría del tiempo -por cierto, otra vez excesivo: unas dos horas y media- por la pesadez y el aburrimiento.
Sin lleno y con un público heterogéneo, en función de los partidarios, tan distintos en sus exigencias y preferencias, que aportaron los tres diestros, lo mejor llegó al final, en una gran estocada, contundente y soberana, en la que el toro le propinó un pitonazo en la clavícula derecha a El Fandi; quien, sólo por eso, mereció al menos la única vuelta al ruedo de la tarde. El Fandi, con ese pedazo de tío, con dos perchas enormes y astifinas, que llegó a echarse a final de faena por su carencia de casta, se lució en un quite por chicuelinas y, gracias a sus dotes atléticas, apabulló en banderillas, jugándose la barriga especialmente en un par, en el que aquellos cuchillos que eranespadas, casi le alcanzan el abdomen. Con la muleta en la mano, lo más destacable fue una tanda con la diestra y su porfía, hasta rendir al cornúpeta, que sacó bandera blanca, tumbándose en el dorado albero.
Con el pequeño y tardo tercero, El Fandi concretó una labor que no pasó de tesonera. Con una decisión irreprochable, lo recibió con una larga cambiada de rodillas junto a tablas. Se lució a la verónica y en una media. En banderillas estuvo a mejor altura que en el sexto, tanto en un par al violín –siempre más ovacionado por la galería– que en el más auténtico de todos los que puso, por los adentros e intentando cuadrar en la cara del astado. Consiguió labrar dos tandas con la diestra, con muletazos bien trazados.
Paquirri se las vio en primer lugar con un astado descarado y flojísimo. Tercio de banderillas, prendiendo con facilidad. Nada destacable en un trasteo con un animal que perdió en varias ocasiones las manos. Ante el cuarto, aceptablemente presentado, bajo, al que le costaba embestir, tampoco hubo nada significativo en la labor de Paquirri.
El Cid consiguió sus mejores momentos ante el quinto, un castaño de desarrollada y acucharada cuerna, que por contra a su flojedad, embistió con una gran nobleza, especialmente por el pitón derecho. El torero, que ganó terreno a la verónica, basó su faena por el pitón reseñado. Dio ventajas al citar desde los medios para que el toro galopara desde tablas. Cuando bajó la mano el torero, el toro perdió las suyas. El saltereño logró un par de series en las que hubo ritmo en los muletazos y brilló especialmente en los pases de pecho. Al matar, entró en la suerte contraria y pinchó. Cambió a la suerte natural para una estocada. Fue ovacionado. Con anterioridad, con un sobrero de Montealto, altote y pegajoso, que sustituyó a un inválido de la ganadería titular, El Cid no terminó de confiarse ante la incertidumbre de sus miradas en los cites. Sin embargo, el toro acometía tras la tela encarnada y el sevillano no llegó a centrarse.
Desde luego, el espectáculo, con altibajos –lo mejor una estocada y un tercio de banderillas de El Fandi, más algunos muletazos de buena factura con la diestra de El Cid–, no pasará a la historia.
Ficha del festejo:
Undécimo festejo del abono de La Maestranza
GANADERÍA: Corrida de Torrehandilla-Torreherberos, desigual en presentación y juego. Y un sobrero de Montealto, altote y pegajoso.
TOREROS: Francisco Rivera Ordóñez ‘Paquirri’, de azul y oro. Estocada (saludos tras aviso). En el cuarto, estocada corta y un descabello (silencio). Manuel Jesús ‘El Cid’, de azul y oro (pinchazo y estocada (silencio). En el quinto, pinchazo en lo alto y estocada (saludos tras ovación). David Fandila ‘El Fandi’, de corinto y oro. Entera y dos descabellos (saludos tras ovación y dos descabellos). En el sexto, estocada contundente (vuelta al ruedo).
Incidencias: Real Maestranza de Sevilla. Domingo 22 de abril de 2012. Tres cuartos de entrada en tarde soleada. Alcalareño saludó en banderillas en el segundo.
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