Final del ciclo de promoción: el duelo es a tres

LA CANTERA

Pepe Martínez, Manuel Troncoso y Jorge Hurtado disputarán la victoria del XXXVII ciclo de promoción de nuevos valores en la plaza de la Maestranza 

Martínez, Troncoso y Hurtado, a la final

Primer festejo clasificatorio: Pepe Martínez, con un pie en la final

La actuación del coriano Jorge Hurtado impactó en la tercera novillada clasificatoria-
La actuación del coriano Jorge Hurtado impactó en la tercera novillada clasificatoria- / José Luis Montero

Sevilla/Al filo de la medianoche de este jueves se conocerá el veredicto: el jurado de asesores artísticos de la presidencia proclamará el nombre del ganador de este XXXVII ciclo de promoción de nuevos valores de la torería. El certamen ha llenado las noches de los jueves de julio de esa ecuación de ilusión, miedo y ganas de ser que no se puede entender sin el concurso de un público juvenil y familiar que le otorga su ambiente más genuino. Eso sí: este año ha habido alguna mudanza de costumbres –las cenas pantagruélicas parecen ir en regresión- y se observa una presencia cada vez más patente del gremio turístico, que no suele aguantar el espectáculo entero. Atrás han quedado los tres festejos clasificatorios, la elección de la terna de finalistas y hasta dieciocho reses de tres hierros distintos que han dado la medida de las posibilidades de los chavales anunciados. 

¿Están todos los que son? ¿Son todos los que están? Pepe Martínez, Manuel Troncoso y Jorge Hurtado –por el camino quedó algún nombre que mereció estar incluido en esta final- son los aspirantes escogidos por el jurado para enfrentarse en la noche de este jueves al encierro de Gabriel Rojas que se ha reseñado para la ocasión. Tienen ante sí una valiosa oportunidad para dar un salto cualitativo y cuantitativo en sus respectivas carreras además de asegurarse, al menos en el caso del ganador, la vuelta al coso del Baratillo en calidad de novillero con picadores. Además está en juego el codiciado vestido de torear que regala al ganador la Real Maestranza, que también entregará –en la tradicional ceremonia de los premios taurinos y universitarios que concede el cuerpo nobiliario- un capote de paseo al segundo clasificado y otro de brega al tercero.  

Pepe Martínez toreó así en el primer festejo clasificatorio.
Pepe Martínez toreó así en el primer festejo clasificatorio. / Arjona-Pagés

Una oreja por coleta

Los tres finalistas lograron pasear un trofeo –se han cortado seis orejas en total en la fase de clasificación- y lograron buenas calificaciones en las libretas de Luis Arenas, Antonio Ramón Jiménez y Gabriel Puerta, los toreros de plata retirados que asesoran en el palco, que también tendrán la misión de escoger al ganador al borde del repique de campanas que anuncia los gozos de Santa Ana en la otra orilla. Llama la atención que en esta ocasión han tenido mayor predicamento en la terna final dos novilleros que se han presentado por libre, sin representar a ninguna escuela. No dejan de ser meras casualidades. 

Es el caso de Pepe Martínez (2001), de Valencina de la Concepción, que acudía por su cuenta a este ciclo promocional avalado por algunos éxitos anteriores como su condición de finalista de Ciclo de Becerradas de Andalucía en su edición de 2021. Tuvo la suerte y el acierto de aprovechar la bondad de un excelente novillo de Hermanos Expósito que habría merecido la vuelta al ruedo con el que redondeó una faena compacta, rítmica y extensa que caló en el público. Martínez se hartó de torear en una labor reunida, dicha con un peculiar codilleo que tuvo la virtud de ir a más. Se le pidieron dos orejas con muchísima fuerza que el palco, que ordenó un aviso, dejó en un único trofeo. Desde ese momento se barruntaba que tenía plaza fija en la final. 

Manuel Troncoso, palaciego presentado por la escuela de Utrera, se ganó el pase a la final.
Manuel Troncoso, palaciego presentado por la escuela de Utrera, se ganó el pase a la final. / José Luis Montero

En la segunda novillada, de Dolores Rufino, se alcanzaría el mejor nivel global de todo el ciclo aunque, más allá de los trofeos que cortaran o se quedaran por cortar, sorprende que ninguno de sus integrantes figure en la final. Hubo que esperar al tercer festejo clasificatorio del pasado jueves para encontrar los otros dos finalistas, empezando por el novillero palaciego Manuel Troncoso (2005), presentado por la escuela Curro Guillén de Utrera. Cortó una oreja después de torear con ritmo y ligado, solventando a base de firmeza los defectos de una embestida informal, desordenada y rebrincada. Troncoso toreó mejor de lo que merecía el eral de Villamarta y hasta se gustó en los naturales finales, dichos de frente, antes de matarlo pronto y bien. 

Pero ese día hay que subrayar especialmente el impacto de la actuación de Jorge Hurtado (2007), jovencísimo extremeño de Coria, que también aterrizaba en la plaza de la Maestranza por libre y avalado por su condición de ganador del preciado trofeo Alfarero de Plata de la feria de novilladas de Villaseca de la Sagra. Hurtado enseñó su frescura, presumió de claridad de ideas e impuso su sentido del ritmo en una faena cosida en excelentes muletazos sobre ambas manos. Fue una labor a más, de trazo rotundo y empaque natural: mandando cuando hacía falta; templando siempre, desmayándose en los remates… La suerte está echada pero será para el que sepa aprovecharla.  

 

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