AMÉRICA TAURINA
Borja Jiménez confirma este domingo en la México
ADIOS A UN TORERO DE SEVILLA
Pepe Luis Vázquez Silva ya está en la historia. Los suyos lo han despedido en la mañana de este último domingo de julio en un concurrido funeral celebrado en la capilla del tanatorio de la SE-30 de Sevilla celebrado por el sacerdote diocesano Antonio Romero Padilla. Esta eucaristía ha contado con una impresionante representación de amigos, familiares, allegados, aficionados pero, sobre todo, de esa amplia familia del toro de Sevilla en la que era, más allá de su riquísima herencia taurina, un personaje querido por sus extraordinarios valores humanos. Sus restos han sido incinerados después en el crematorio de Alcalá de Guadaíra antes de ser inhumados en la estricta intimidad familiar.
La lista de asistentes la encabezaba Curro Romero, actual decano de los matadores de toros de Sevilla, que acudió al tanatorio acompañado de su mujer, Carmen Tello. El Faraón de Camas puede presumir del padrinazgo de Pepe Luis Vázquez padre, que le entregó muleta y espada en su confirmación de alternativa en 1959. Pero la lista de matadores de toros era mucho más amplia: Paco Ojeda, Espartaco, Miguel Báez Litri, Raúl Gracia El Tato, Víctor Puerto, Oliva Soto, los hermanos Javier y Borja Jiménez, Pablo Aguado, Juan Ortega, Eduardo Dávila Miura, Rafael Torres, Pepe Luis Vargas, Martín Pareja Obregón, Enrique Peña… hasta Máximo Valverde y otros rostros conocidos de la vida social y taurina de la ciudad como el empresario Jesús Rodríguez de Moya, el letrado Joaquín Moeckel, Alfonso Rodríguez, José Luis Cazalla, Andrés y José Luque Teruel, el delegado del Gobierno Ricardo Sánchez… También estaba su primo Manuel Vázquez Gago y su hijo -sobrino segundo de Pepe Luis- Manuel Vázquez Rodríguez-Toajas, que tiene anunciada su alternativa en Cortegana el próximo 7 de septiembre.
Los restos mortales de Pepe Luis habían sido velados el día antes después de haber sido encontrado sin vida a mediodía del viernes por el casero de la finca familiar de El Canto, escamado por su silencio y su ausencia. El final había sido irremediable. En la mañana del sábado se le había practicado la autopsia en el Instituto de Medicina Legal de Sevilla certificando que las causas de la muerte obedecían a un infarto cerebral fulminante. De alguna forma era una espada de Damocles que se cernía sobre el veterano diestro sevillano que en el verano de 2019 ya sufrió un accidente cerebrovascular que le afectó a la movilidad de la mitad derecha del cuerpo.
El desfile de familiares, allegados y aficionados ya había comenzado la tarde anterior, comenzando por su íntimo amigo Morante de la Puebla que fue, de alguna forma, la espoleta de su reaparición en 2017. Compartieron muchas vivencias juntos preparando aquella vuelta que incluyó la gran faena del Corpus granadino y también el tremendo susto sufrido en la corrida mixta de Osuna, organizada para el debut con picadores de su sobrino Manolo Vázquez en octubre de 2018. Repuesto, pudo hacer el paseíllo unos días después en el festival organizado en la plaza de la Maestranza de Sevilla a beneficio de las obras sociales y asistenciales de la Hermandad de la Macarena. Entonces no podía saberse pero iba a ser su definitiva despedida del público.
La presencia de la familia Miura –Antonio y su mujer, además de su sobrino Eduardo Dávila Miura- cobraba un acento especial. Son dos sagas familiares que han caminado de la mano, cosidas en torno a la estrella amistad cultivada entre Eduardo Miura, padre de los actuales criadores de la mítica divisa de Zahariche, y Pepe Luis Vázquez Garcés, el gran Sócrates de San Bernardo. De su matrimonio con Mercedes Silva, fallecida en enero de 2020, nacieron Ignacio, Rafael, Álvaro, Juan, Manolo y Mercedes Vázquez Silva que, con serena y elegante calma, han despedido a su hermano Pepe Luis recibiendo el cariño que sembró en vida.
Pero en la tarde del sábado hubo una ausencia obligada que iba a adquirir luego un acento especial: fue la de Pablo Aguado que actuaba en la apertura de la temporada de verano del Puerto de Santa María. El matador sevillano, vía Instagram, ya había expresado su dolor. “Todo lo que debería expresar aquí sobre la pena que me invade ya lo sabe él allá donde esté que será el sitio privilegiado que Dios le tiene a los que han dejado un legado de bondad en la vida…” Pero su mejor homenaje llegaría después, delante del toro, haciendo de la naturalidad el hilo argumental de una actuación que escribía un epitafio. El cartucho de pescao con el que inició su faena era el mejor resumen de la herencia de toda una dinastía.
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