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Enrique Ponce: la última será en México

RETIRADA

El veterano diestro valenciano pondrá el definitivo punto y final a su extensa trayectoria profesional el próximo 5 de febrero en la tradicional Corrida del Aniversario de la Monumental de Insurgentes 

Enrique Ponce sale a hombros en su despedida de los ruedos españoles

Enrique Ponce y José Ribagorda: reflexiones en torno a una reaparición

Ponce, vestido de blanco y plata en la corrida de despedida en la plaza de Valencia. / EFE

La cita es el próximo 5 de febrero en el inmenso embudo de la avenida de Insurgentes de la ciudad de México. Enrique Ponce hará el paseíllo en la plaza de toros más grande del mundo para poner el definitivo punto y final a una profesión a la que ha dedicado casi cuatro décadas de los 53 años que cumplirá este mismo 8 de diciembre. El veterano maestro valenciano alternará con Diego Silveti y Alejandro Adame, que confirmará la alternativa, para lidiar un encierro de Los Encinos. 

Será el colofón a la gira de despedida iniciada en ruedos españoles, una tournee del adiós ha incluido las plazas de Nimes, Granada, Istres, Alicante, Algeciras, Burgos, Santander, El Puerto, Marbella, Huesca, Dax, Málaga, Gijón, Almería, Valladolid, Arlés, Salamanca, Zaragoza o la feria de Murcia en la que toreó, a modo de revival, un triunfal mano a mano goyesco junto a Pepín Liria, que reapareció exclusivamente para la ocasión.  

Tampoco hizo ascos a cosos exigentes como el de Bilbao, clave en la carrera del torero de Chiva aunque sí se echó de menos una despedida a modo en la plaza de la Maestranza, seguramente el escenario que más le ha pesado aunque cuente en su haber con una Puerta del Príncipe –la abrió en la Feria de San Miguel de 1999- pero sobre todo el reconocimiento de la afición sevillana en aquella tarde épica de los zalduendos en 2006. La cercanía con la última tarde de Madrid, en la que lucró una salida a hombros de sabor sentimental, acabaría frustrando cualquier componenda. 

Han sido entre 24 corridas con sabor a despedida que tuvieron un colofón inexcusable en ruedos españoles: la plaza de toros de Valencia en la que entonó el primer adiós el pasado 9 de octubre acompañado de Talavante y Nek Romero en una tarde llena de emociones. Prácticamente sin solución de continuidad comenzó la segunda fase de esa despedida en ruedos americanos peregrinando por las plazas de Acho en Lima, y los ruedos aztecas de Juriquilla, Pachuca, Monterrey, San Luis de Potosí y Aguascalientes. Hace escasos días, además, encabezó el cartel del festival organizado en la plaza de Vistalegre de Madrid a beneficio de las víctimas de la DANA. 

Un hasta luego inesperado 

Sea como sea, será el colofón de una inigualable carrera que, pese al inevitable desgaste de sus últimos años en activo, sigue siendo imbatible en la estadística. Esa trayectoria se había cortado con un inesperado punto y aparte en junio de 2021 justo después de torear en la plaza de León y cuando viajaba a la de Burgos donde le esperaba la cuadrilla para continuar con la agenda prevista. Enrique decidió parar sin que nadie lo esperase emitiendo un comunicado: “A quienes durante más de tres décadas me han seguido lo primero que quiero deciros es gracias por su cariño y apoyo incondicional, en especial durante este último año de pandemia en el que decidí defender la tauromaquia, tirar para adelante y devolverle al mundo del toro lo mucho que me ha dado. En este momento de mi temporada taurina 2021 he decidido hacer un alto en el camino y retirarme por tiempo indefinido”.  

En ese momento había alcanzado una notoriedad mediática ajena al toro por su separación de Paloma Cuevas –con la que estuvo casado casi 25 años- y especialmente por su relación con la joven estudiante almeriense Ana Soria, con la que permanece unido. La mala gestión de las redes sociales y la sobreexposición mediática de esa relación que le abría nuevas puertas vitales le acabó pasando factura a su propia imagen. Pero Ponce, que se abría a una vida más allá del toro y sus exigencias, no podía conformarse con ese retrato distorsionado de una carrera que se estaba cerrando en falso. Necesitaba este cierre formal que ahora ya tiene fecha y hora fija. 

Los números cantan 

Después de una arrolladora etapa como novillero tomó la alternativa el 16 de marzo de 1990 en la plaza de Valencia de manos de Joselito y en presencia de Litri. Pero su estrella empezaría a brillar a raíz de la improvisada encerrona de aquel mismo año, en la plaza de su tierra, en la que mostró sus credenciales de inminente figura. La maquinaria sólo había comenzado a echar a andar. 

Es el único matador de la historia que se ha mantenido a lo largo de 32 temporadas sin apearse de la primera fila, navegando al máximo nivel de exigencia y cubriendo campañas completas -de Olivenza a Jaén- con una altísima regularidad en el triunfo. El diestro de Chiva llegó a superar durante diez años la cifra de cien corridas toreadas en la temporada española. Pero el productivismo de aquel tiempo -la lista de compañeros de cartel o ganaderías lidiadas es apabullante- se solapa con la verdadera fortaleza del valenciano: su gran capacidad, especialmente con toros exigentes como aquel célebre Lironcito de Valdefresno que echó un galón más en su bocamanga en la feria de San Isidro de 1996. El maestro de Chiva puede presumir de ser el matador que más toros ha indultado en toda la historia o de haber rebasado el record de Lagartijo el Grande, al estoquear casi 5000 toros en su carrera.  

El valenciano, que fue viendo desfilar delante de sus barbas a los sucesivos rivales o figuras que le salieron al paso, quizá no fue consciente del inevitable desgaste de la vida y hasta de un concepto que ya le había hecho navegar a todo trapo en las ferias jubilosas de los años 90 y el inicio del siglo XXI antes que la crisis del ladrillo marcara una muesca en la historia del país que se vería reflejada en el devenir del propio mundo taurino, espejo inmediato de las cuitas patrias.  

En los últimos años -antes de la retirada de 2021- el torero se empeñó evolucionar hacia unos registros más estéticos –búsqueda del artista por encima del torero capaz que siempre fue- mientras se convertía, antes de su relación con la célebre Ana Soria, en un personaje de la alta sociedad española en compañía de su ex mujer. La temporada 2017 –en la que abrió la Puerta Grande de la plaza de Las Ventas- estuvo a la altura de su propia trayectoria y culminó con la concesión de ese Premio Nacional de Tauromaquia que se ha cargado el ministro Urtasun. En dos meses justos llegará el adiós definitivo.  

 

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