Por fin le embiste un toro a Morante de la Puebla y le corta las dos orejas

El sevillano, a hombros en Vitoria junto a Hermoso; Talavante suma dos trofeos

Morante de la Puebla, descalzo, ayer en el ruedo de Vitoria.
Morante de la Puebla, descalzo, ayer en el ruedo de Vitoria.
Agencias / Vitoria

26 de julio 2011 - 01:00

Ganadería. Toros de Fermín Bohórquez para rejones destacando el corrido como cuarto y Román Sorando (devuelto el segundo, salió al ruedo un toro de la ganadería titular, Román Sorando) para la lidia de a pie. Manejables. REJONEADOR: Pablo Hermoso de Mendoza, palmas y dos orejas. MATADORES: Morante de la Puebla, palmas y dos orejas. Alejandro Talavante, oreja y oreja. Incidencias. Casi tres cuartos de entrada. Morante y Hermoso salieron a hombros y Talavante a pie porque el reglamento taurino vascongado únicamente permite la salida a hombros si se cortan dos orejas del mismo toro.

Tarde triunfal en Vitoria en la corrida mixta de figuras con el triunfo de la terna en la tradicional "corrida del blusa", en la que por fin Morante de la Puebla ha contado con un toro propicio para mostrar sus calidades.

Abrió plaza Hermoso de Mendoza con mucho eco en los tendidos y muy técnico en su rajado primero en el que el jinete puso lo que no aportaba el toro.

Ante el encastado cuarto el navarro expuso a mucho nivel, dejando llegar mucho al astado murubeño, al que le cortó las dos orejas tras una enfibrada faena.

El delirio morantista no sucedió en su primero, aunque con el capote hubo brillo, pero fue devuelto por inválido. Fue de sensación el templado inicio de faena con el sobrero pero el toro duró muy poco despenándolo el matador de pinchazo y media.

Con el quinto Morante estuvo a punto de ser cogido al caer al suelo en los lances de recibo. De nuevo abrió faena con sentimiento y desmayo para hilvanar las acometidas de un toro que tuvo nobleza y se entregó en la muleta por los dos pitones. Hubo emoción, entrega y sobre todo conexión con el público que premió la labor de Morante de la Puebla con las dos orejas del toro. El de La Puebla contó con un lote de mayor transmisión que su oponente, cuyo lote tuvo un punto más soso, sobre todo el último.

Estuvo muy bien Talavante con el primero de su lote un toro que se rajó pronto y que pese a que se cerraba, ligó sobre la mano izquierda, tirando mucho de la embestida. Mató de estocada y cortó una oreja a ley.

Sumó Talavante la oreja del toro que cerraba plaza, un ejemplar colaborador aunque había que dejarlo respirar, cuidados que el extremeño prodigó en una labor que tuvo planteamiento, un nudo de muletazos tanto sobre la derecha como con la zurda y el desenlace de la estocada con el torero moviéndose con soltura e importancia sobre la escena.

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