"El conocimiento del toro me ha dado más capacidad"
Morante de la Puebla. Matador de toros
El diestro sevillano desgrana en la entrevista su nuevo salto como torero dominador y considera que tras la pasada Feria de Abril, en la que estuvo más "afianzado", su idilio con la Maestranza se ha "reforzado"
José Antonio Morante de la Puebla, como un sherpa que abrirá camino en la temporada 2010, asciende por el tendido de la Maestranza hacia las alturas. Allí, en la cumbre, desde la cima que ocupa en el toreo, divisa el albero donde ha ganado triunfos y donde también y lamentablemente su sangre se ha precipitado en algunas ocasiones. El diestro se recrea en una entrevista en la que no se separa de un enorme puro, que saborea con los ojos entornados. El genio de La Puebla envuelve sus brillantes contestaciones con el humo del tabaco. Comienza su charla de manera muy templada, como si esbozase una de sus interminables verónicas, mientras fija su mirada en el portón de los sustos, ese gigantesco toril por donde saldrá el primer toro de la temporada que el maestro sevillano toreará. Como en sus momentos de inspiración, tampoco faltan las sorpresas en la conversación, mientras se encoge al mirar de soslayo el palco presidencial. Otras contestaciones son ramalazos deslumbrantes, como esos kikirikíes con los que se adorna en sus faenas. Morante sonríe unas veces, otras fija sus palabras de manera muy seria. Hay palabras que por su valor, como dijo el filósofo, ascienden como el humo. Palabras como las de Morante, en estado puro.
-José Antonio, ¿está satisfecho de los carteles que ocupa en esta Feria de Abril?
-Estoy bastante contento. Más o menos es lo que prevíamos según nuestra circunstancia.
-¿Hay alguno que le motive más?
-Bueno, pues el del Domingo de Resurrección. Porque comienza la temporada en Sevilla y además une más condiciones, como el de los compañeros, para estar motivado de una forma especial.
-Hubo un tiempo en el que le echó un pulso a la empresa para entrar en este cartel. ¿Ya no le importa tanto?
-Ahora no me obsesiona. Pero sí que es verdad que es muy apetecible y más si eres de aquí, de la tierra. Es un día que se vive de manera muy especial por todos los paisanos.
-En cuanto a la posible gesta, ¿cuándo lo decidirá?
-(Sopesa varios segundos la respuesta) No lo tengo claro del todo. Si lo hubiese tenido claro me hubiera anunciado en San Miguel. No he querido caer en esa tentación. He matado varias corridas en solitario y es algo sobre lo que cambia uno de idea incluso a corto plazo. Prefiero esperar y a ver qué pasa.
-Ha sido uno de los pocos toreros actuales que ha mantenido una relación estrecha con Pepín Martín Vázquez, que acaba de fallecer. ¿Qué opinión tiene de de él y de su toreo?
-Tanto a mí como a todos los aficionados que le han conocido y con los que hablo coincidimos en que ha sido un torero muy especial y sobre todo que ha dejado huella, que es lo más difícil.
-¿Se puede hablar de una escuela sevillana?
-Yo creo que Pepín era un torero de escuela sevillana por su forma, al igual que Pepe Luis y que Romero. Se podía hablar de Pepín Martín Vázquez como un estandarte.
-Si metemos su tauromaquia en una coctelera, ¿qué composición tendría?
-Pienso que tengo de muchos toreros. Uno intenta sacar con su sentimiento lo mejor del resto de toreros que te gustan. Pero no sabría decir qué tanto por ciento hay de cada uno. Lo que he intentado es mantener mi estilo y, a la vez, aprender de los demás.
-En su caso, a su imagen de torero artista, ha sumado la de torero dominador. Lo digo por la faena del año pasado, en la Maestranza, al toro de Javier Molina.
-Creo que ha influido el conocimiento del toro y la experiencia. Ahora tengo más capacidad. El tiempo ha trabajado en mi favor.
-¿Ha incidido mucho una mayor preparación física?
-En mi caso últimamente ha sido más constante. Pero también cuando uno es joven no hace tanta falta la preparación física.
-Decía Rafael el Gallo que él se preparaba fumándose un puro.
-(Se ríe y mira el enorme veguero que está fumando durante la entrevista). Yo no me privo de mi puro.
-¿Cómo vive la prohibición del tabaco?
-Regular. Un puro no es como un cigarro, que se fuma con unas pocas caladas en la calle. Un puro es otra cosa. ¿Cómo lo paso?... Jodido.
-En el País Vasco, incluso se habla de que podrían prohibirlo hasta en las plazas de toros...
-Me veo en el callejón con el mono. Ojalá que no. No tendría sentido. Una plaza al aire libre. No sabe uno qué pensar. Hay tantas prohibiciones nuevas que hay que estar viendo el telediario constantemente.
-Hablando de prohibiciones, ¿qué piensa de la abolición de los Toros en Cataluña?
-(Gesto grave). Me preocupa. Se han reunido muchos factores. Esperemos que se consiga anular la prohibición y no continúen ciertos políticos hostigando en esa línea.
-Me da la impresión de que el año pasado se reforzó el idilio de Morante con la Maestranza. ¿Usted lo vivió así?
-Sí. El año pasado fue el que más relajado y afianzado me he encontrado en el ruedo. La tarde del Domingo de Resurrección, con el toro de Daniel Ruiz, al que corté una oreja, me dio mucha tranquilidad y confianza. Y eso se reflejó en el toro de Javier Molina, en el que tuve que tirar de muchos recursos.
-¿Se ve como el torero sevillano por antonomasia?
-Eso lo tienen que ver ustedes. Yo me siento de mi tierra y, a la vez, muy a gusto por el trato que me dan.
-¿Cómo es el público de Sevilla?
-Es un público respetuoso y, sobre todo, muy apasionado. Con un punto de algo especial, que no sabría explicar y que lo da el vivir en esta tierra.
-Dentro de su faceta de torero artista, ¿ha alcanzado su madurez?
-Estoy consiguiendo cotas que ni yo mismo me las creo. Porque dominar un toro es muy difícil. Tenía ese sentimiento por dentro. Y ahora sí que me siento con capacidad para afrontar compromisos. Digamos que estamos en el camino.
-Para llegar a ello, ¿qué es necesario?
-Sobre todo confianza y afición. Hay veces que uno la pierde porque te cogen los toros o por otras circunstancias.
-¿Qué le ha aportado Curro Vázquez, su apoderado?
-Mucha tranquilidad. Sé que no me va a sorprender con sus decisiones.
-En algunos casos, cuando ha compartido cartel con Cayetano, a quien Curro también representa, han surgido polémicas por la presentación del ganado. ¿A usted como le afecta?
-A mí no me afecta. Le preocupa más a Curro, que sufre mucho con ese tema, con todo lo que comentáis de la presentación de los toros. Pero yo lo vivo como algo natural. Un apoderado debe estar para defender los interesa del torero y no siempre es aceptado por toda la gente. La verdad es que Curro lo pasa muy mal.
-¿Con qué plazas se queda?
-No sabría qué decir. Estamos en una plaza, la Maestranza, en la que no se puede pensar en otra.
-A la plaza de Madrid se la ha metido en el esportón.
-La verdad es que siempre he tenido con Madrid algo fuerte que he vivido con mucha entrega y mucha pasión. Madrid te hace pasar mucho miedo y cuando he sacado ese valor mío, esa impronta, he visto a un público muy, muy entregado.
-Faenas de 2010 que no se le olvidan.
-Pues... mire... no le diría ninguna porque tengo muy mala memoria (se ríe).
-¿Ninguna?
-Sí que me gustó la del año pasado con ese sobrero difícil en Sevilla. Tuvo una trascendencia especial para muchos y, por supuesto, para mí.
-Planificación para 2012.
-Me gustaría bajar el número de corridas en agosto y septiembre. A veces es difícil. Pero en agosto se torea muy seguido y se atraviesa España hasta Francia o se viaja desde El Puerto a Bilbao de un día para otro. Es mucho estrés. Al menos, quiero dosificar esos viajes.
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