Borja Jiménez: "Para llegar a la meta tienes que pensar como una figura del toreo"

ENTREVISTA

El diestro sevillano ha sido el triunfador de la temporada 2024, la primera en la que ha navegado por el primer circuito después de revelarse como torero de ferias en el Otoño madrileño de 2023-. Su nombre ya es imprescindible en la planificación de la inminente temporada

Borja Jiménez: llegar y mantenerse

Borja Jiménez: expediente X

Borja Jiménez, en las orillas del Guadalquivir
Borja Jiménez, en las orillas del Guadalquivir / Toromedia

La fecha del 8 de octubre de 2023 marcó un antes y un después en la carrera de Borja Jiménez. Los tres victorinos de Madrid despedían el ostracismo y le adentraban en el circuito de las ferias. El diestro de Espartinas, en manos del taurino charro Julián Guerra, ya había llegado. Pero el siguiente reto era mantenerse. Es lo que ha logrado con creces en la temporada 2024 de la que ha salido como triunfador alzándose con la clásica y preciada Oreja de Oro que concede Radio Nacional. Su nombre, con el año recién estrenado, es imprescindible para cuadrar el circuito de las ferias.

Pregunta.–2025 empieza fuerte. Había una especial ilusión por conocer el cartel de la reaparición de Morante y ahí está el nombre de Borja Jiménez. Ya se marcan ciertas diferencias...

Respuesta.–Entrar en ese tipo de carteles, y encima con Morante en el día que se anuncia su reaparición, me da ese punto de más. El objetivo pasa por entrar en carteles cada vez más fuertes, ocupar los días buenos de las ferias. Es a principio de temporada, en Olivenza… Es difícil entrar en esa feria; son muy pocos puestos y hacerlo de esta manera marca el camino que queremos llevar en la temporada. Ése es el planteamiento: ganar en calidad, entrar en carteles y fechas señaladas. Todo eso tiene que venir poco a poco pero éste es un buen precedente.

P.–No será sencillo. El interior del toreo es ahora la jungla…

R.–Sí que lo es. Yo no era consciente de algunas cosas hasta que me he visto ahí. Años atrás yo estaba en otro nivel pero ahora me doy cuenta de las dificultades que tiene estar en la parte de arriba del escalafón. Estar abajo es muy duro pero andar por arriba implica esquivar muchas cosas. Sí, es la jungla. No es fácil meter cabeza donde uno quiere pero al final el tiempo pondrá a cada uno en su sitio. Por eso es importante hacer las cosas con la máxima categoría posible para que finalmente te traten como deben.

P.–Camará le repetía a Paquirri que había que ser yunque para cuando tocara ser martillo…

R.–En la escuela de Espartinas se lo escuché muchas veces a Espartaco padre: “Aprended a ser yunques para cuando llegue el día de ser martillos...” Hay que moderse la lengua, tirar para alante aunque sepas que no estás en el sitio que te mereces para que, cuando llegue la hora, poner tus cartas sobre la mesa y decir lo que realmente quieres. Yo estoy recién salido. El pasado fue mi primer año en las ferias y sé la situación en la que estoy. Aún tengo que esperar un poco para ponerme en el sitio que yo quiero.

Entrar en el cartel de la reaparición de Morante en la feria de Olivenza me da un punto de más"

P.–Hay una fecha que cambia su vida personal y taurina: fue el día de los victorinos en la Feria de Otoño de Madrid en 2023. La clave era llegar pero el reto de 2024 era mantener ese nivel.

R.–Ha sido un reto conseguido. Y no ha sido fácil. Después de aquella corrida de Victorino Martín se crearon unas expectativas muy altas. Todo el mundo taurino estaba pendiente del inicio de la temporada pasada después de cortar tres orejas en la plaza de Las Ventas. ¿Había sido una casualidad? Comencé más presionado de la cuenta; tenía muchos focos encima de mí y tenía que triunfar sí o sí. Mi toreo necesita del triunfo diario pero gracias a Dios lo pudimos conseguir en la mayoría de las ferias importantes y en los días que tenía que hacerlo. Ha sido una temporada soñada. No le puedo poner muchos peros…

Borja Jiménez fue el gran triunfador de la pasada feria de San Isidro.
Borja Jiménez fue el gran triunfador de la pasada feria de San Isidro. / Plaza 1

P.–Y una vez más, la clave iba a estar en la plaza de Madrid...

R.–Y en mi primer San Isidro. No había estado ni de novillero y salí con tres orejas y una segunda puerta grande. Acabé la feria como triunfador. Ésa fue la clave para mantener la credibilidad después de lo que había pasado en 2023. Lo pude conseguir y a raíz de ese nuevo triunfo en Las Ventas me pude relajar, rebajar la presión mental. A partir de ahí pude enfocar las faenas realmente como me gusta.

P.–Poco tiempo después, en San Fermín, llegaría una fortísima cornada que incluso le obligó a tomar decisiones arriesgadas.

R.–Paradójicamente una de las tardes que más me han servido mentalmente ha sido esa de Pamplona a pesar de resultar herido. Me dio la cornada sabiendo que me le iba a pegar. Pero es que yo sé por qué me cogió aquel toro. Y eso te tranquiliza a la hora de volver a ponerte delante del animal; yo sabía lo que había pasado. La reaparición pudo ser precipitada pero yo necesitaba torear rápido, que no pasara demasiado tiempo antes de reaparecer para que la cornada no me afectara en nada. La siguiente eran esos seis toros de Victorino en La Línea… Todo el mundo me decía que no lo hiciera; que esperara. Tenía los puntos puestos y el muslo seguía abierto por dentro. Pero tenía que superar esa barrera mental; estaba convencido de ello y al final las cosas salieron bien.

La de Bilbao fue la tarde más completa; desde ese momento cada vez me vi con mayor facilidad”

P.–Lo importante es que no afectara mentalmente…

R.–No estaba bien físicamente. Ni siquiera podía correr para atrás pero en mi interior no me había afectado para nada la cornada. A raíz de hacer ese esfuerzo mental por afrontar ese compromiso las demás fueron más fáciles, rodaron mejor. Me empecé a encontrar cada vez más afinado.

P.–A partir de ahí hay que marcar otro punto clave en la temporada: la tarde de Bilbao.

R.–La de Bilbao fue la tarde más completa. Era un día clave en mi carrera, un mano a mano con Daniel Luque… A Daniel le valen todos los animales, está en un momento tremendo y enfrentarme con él mano a mano no era nada fácil. Es un torero que triunfa prácticamente con todos los toros y tuve que afrontarlo muy mentalizado. También tuve la suerte de que me embistieron las reses; de alguna manera aquel día estaba para mí. Pero también hice todos los esfuerzos para que aquello saliera bien. Es de esas tardes redondas en las que todo cuadra.

Borja Jiménez, zafándose de las asistencias después de ser herido en Pamplona.
Borja Jiménez, zafándose de las asistencias después de ser herido en Pamplona. / Pablo Ramos

P.–A partir de ahí se vio a un Borja Jiménez más relajado, disfrutando en la cara de los toros. El fin de temporada es de recogida, de trabajo hecho.

R.–Es que a partir de ahí empecé a torear cada vez mejor. Uno de los toros que he toreado con mayor plenitud este año fue el último de Bilbao. Y desde ese momento me ví con mayor facilidad. Cada vez podía más, cada vez me servían más toros… Triunfé con muchos, de distintas embestidas, sabiéndome acoplar a cada circunstancia. Ahí sale el trabajo que llevas detrás y lo ves recompensado en la plaza. Eso te da una seguridad tremenda. Todo lo que hacía en los entrenamientos era capaz de llevarlo a la plaza.

P.–Eso ha llevado a ganar la Oreja de Oro de Radio Nacional de España. Sigue teniendo un matiz diferencial, de corona de toda una temporada.

R.–Al fin y al cabo es el premio más importante y sirve de cómputo de todo el año. Hay muchos premios –a mí me han entregado 28 entre unos sitios y otros- pero ese engloba a toda la temporada. Ha sido mi primer año en todas las ferias y me han dado ese reconocimiento, he sido el triunfador de San Isidro, de Bilbao, Salamanca… Son premios de sitios clave, de ferias importantes. No puedo estar más agradecido y por eso ando de un lado a otro para recogerlos todos pero la Oreja de Oro es algo más y todos los toreros queremos tenerla.

Borja, con la corrida de Victorino Martín de la última feria de San Isidro
Borja, con la corrida de Victorino Martín de la última feria de San Isidro / Prensa B.J.

P.–Esa atención al aficionado, recogiendo los premios de las peñas más humildes y en los rincones más remotos es digna de alabanza.

R.–Todos los premios que me han concedido, excepto uno que no pude recoger por encontrarme en México, los he recogido personalmente. Me gusta hacerlo porque son personas que se molestan y se esfuerzan en hacerte un reconocimiento, por dedicarte un día. Lo mínimo es ir a recibirlos. Y me gusta hacerlo, hablar de toros con los aficionados. Es algo importante que los toreros tenemos que asumir. Esa cercanía con el aficionado, que te conozcan personalmente, hace que te entiendan y te valoren mejor cuando acuden a verte a la plaza.

P.–El mero hecho de que el nombre de Borja Jiménez figure ya en las quinielas de la corrida del Domingo de Resurrección es otra marca diferencial.

R.–Que mi nombre pueda estar ahí dando vueltas es otro paso adelante. Es importante estar en los carteles pero también lo es ese run run de los aficionados por querer verte. Hasta ahora lo estamos consiguiendo. Me encantaría estar el Domingo de Resurrección. Este año y muchísimos más pero es un cartel con muchas dificultades para entrar. No tengo prisa porque sea ya. Todo lleva su proceso y hay otros toreros que se lo han ganado. No es una máxima preocupación pero sí es una meta. Pero ahí es donde me gustaría meter cabeza.

P.–Con el paso del rey Baltasar se reactiva la gestación de los carteles de Sevilla. El momento de negociar ese encaje está a la vuelta de la esquina.

R.–Ya ha habido alguna conversación pero aún está todo en el aire. Siempre se ha dicho que después de Reyes se pone todo en pie. A lo mejor hay buenas noticias de aquí a pocos días.

P.–La agenda empieza a ampliarse. ¿No da un poco de vértigo pensar todo lo que queda por delante?

R.–Lo bueno es que he no he parado todavía. Estuve recuperándome de la lesión del dedo al terminar la temporada y dos días después de quitarme la escayola ya estaba toreando en América. Estuve allí un mes y ahora me voy de nuevo. Y entre medias tampoco he parado en el campo. No he tenido ni un momento de desconexión. Estamos enlazando una temporada con otra y creo que es mejor así. Ahora mismo es mejor tener pocas vacaciones; ya tuve bastantes los años anteriores…

He recibido 28 premios pero la ‘Oreja de Oro’ es algo más, todos los toreros queremos tenerla”

P.–Una de las noticias taurinas más relevantes de los últimos días ha sido la entrada en la feria de Fallas, mano a mano con Román y con la corrida de La Quinta. No ha sido fácil…

R.–Ha sido un parto complicado… No ha sido fácil pero al final, a la vez que se ponían las cosas complicadas por un lado y por otro, decidimos que la mejor manera de solucionar Valencia era haciendo un mano a mano con Román y con esos toros de La Quinta. Los matan las figuras en sitios importantes y es muy del gusto del aficionado. Ése es uno de los enfoques de mi carrera: estar en carteles de máximas figuras, en los más fuertes y con las mejores ganaderías pero también anunciándome con hierros del gusto del aficionado, aportar ese punto de gesto. Todos los toreros importantes lo han hecho y quiero afrontar esas dos vertientes.

P.–Hablando de gestos, ¿tiene en la cabeza algún pronunciamiento especial en 2025?

R.–Se cumplen diez años de mi alternativa pero no tengo nada pensado hacer nada distinto. Habrá que ver cómo va evolucionando la temporada pero quizá sí, al final de la campaña, si todo rueda bien merecería la pena celebrar esa década de matador.

P.–Ya lo hablamos en una entrevista anterior pero la pregunta sigue siendo recurrente: en 2025 habla con los planteamientos de una figura. Hace poco más de un año los argumentos eran muy distintos..

R.–Es muy poco tiempo pero también es mucho. Llevo diez años de matador pero la explosión ha sido en los dos últimos. Te cambia todo: la mentalidad, el día a día... Tienes que estar preparado para pensar como una figura del toreo porque al fin y al cabo es la meta a la que quieres llegar. Si no piensas como ellos tampoco podrás llegar. Tienes que tener muy claro el camino. Y yo lo tengo.

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