Apoderados iban y venían por la calle Adriano...

EL REPASO

Morante de la Puebla, que ha definido los cinco hierros que lidiará en 2025 en la plaza de la Maestranza, ha iniciado el turno jerárquico en los despachos de la empresa Pagés para dar forma a la próxima Feria de Abril

La ausencia de Roca Rey abre el cartel de Resurrección a otros toreros

Morante: cinco tardes en Sevilla para espantar fantasmas

Castella, Roca Rey y Morante salen al ruedo para iniciar el paseíllo.
Roca Rey y Morante en la plaza de la Maestranza el último Domingo de Resurrección.. / Juan Carlos Muñoz

El trasiego de apoderados por los rincones de la calle Adriano será a partir de ahora constante. Después de los primeros contactos, previos a las celebraciones navideñas, llega la hora de concretar fechas, ganaderías, compañeros y número de actuaciones de la mayor parte de la grey torera que pugna por entrar en la Feria de Abril –o mayo- y el resto del abono maestrante. No es el caso de Morante que recibió la visita del empresario Ramón Valencia antes de fin de año para concretar esas cinco corridas de toros –Resurrección, tres en primavera y una quinta en otoño- que le volverán a convertir en eje indiscutible de la temporada maestrante.  

En la primera semana del año, con los despachos de Pagés a pleno rendimiento, el diestro de La Puebla también ha sido el primero en confirmar las ganaderías que lidiará en 2025. No ha habido demasiadas sorpresas sobre lo que ya se había especulado, más allá a renunciar a la corrida de Juan Pedro Domecq que siempre ha sido habitual en los gustos ganaderos del genio cigarrero que, hasta ahora, no se había prodigado demasiado con la divisa de Victoriano del Río que encabeza una lista que completan los hierros de Domingo Hernández, Garcigrande, Matilla y Núñez del Cuvillo.  

Que pase el siguiente… 

Amarrado Morante y siguiendo el estricto turno jerárquico, los contactos continúan con el nuevo equipo de Andrés Roca Rey que encabeza su hermano Fernando con nuevos modos y estrategias, especialmente la que persigue torear menos y aumentar los honorarios del paladín peruano que abrirá fuego en Valencia después de renunciar a Olivenza, donde hubo verdadero interés en anunciarlo. Roca quiere torear sólo dos tardes en Sevilla después de renunciar a hacer el paseíllo en Pascua dejando la vía libre para otros toreros y componendas. La empresa intentará amarrar tres; ya veremos…  

¿Quién será el siguiente en la lista dentro de la particular precedencia que maneja la empresa Pagés? Al apoderado del autor de la mejor faena de 2024 no le han llamado aún… Juan Ortega pretende la corrida del Domingo de Resurrección, un sitio que también reclama el aficionado y la lógica taurina. En los planes de la empresa tienen más o menos claro el encaje de Talavante apoyándose en la tibia Puerta del Príncipe del pasado San Miguel y la fuerza de la casa taurina que le ampara. También tiene fuerza el nombre de Luque, desplazado del lujoso cartel en 2024 por el inoperante veto del peruano que afronta la campaña 2025 de manos de los Lozano buscando rentabilizar definitivamente su excelente momento. De aquí al Miércoles de Ceniza –fecha tope para presentar los carteles atendiendo a los plazos legales de renovación de abonos- hay tiempo de confirmar o cambiar todo. 

¿Podrá televisarse la próxima Feria de Abril?
¿Podrá televisarse la próxima Feria de Abril? / Archivo A.R.M.

Cosas de la tele… 

Pero sí habíamos mencionado el jugoso dinero que persigue Roca, también hay que hablar del que quiere amarrar la crema de un escalafón que ya no ata a los perros con longaniza. Los años de vino, rosas y ladrillo que elevaron el caché de las figuras quedan ya lejos pero el sector no acaba de asumir el reparto de un pastel que depende exclusivamente de la taquilla. La cosa se complica sin el concurso de la televisión. Es un largo culebrón que comenzó con la irrupción de Onetoro –como un conejo de la chistera sostenida por Pagés y Plaza 1-, siguió con las reconversiones y dificultades de la nueva plataforma y ha culminado con la denuncia por incumplimiento de contrato. 

Ya saben: el canal que lidera Matías de la Puerta dejó de televisar la pasada feria de San Miguel; también la feria de Otoño de Madrid. La denuncia de Pagés no tardaría en ser presentada en el juzgado dando por rotas las relaciones entre ambas empresas. Quizá haya llegado el momento de recapitular. Onetoro necesita a Pagés para armar una oferta atractiva a sus abonados. Y Pagés –también la empresa de Madrid- necesitarían la inyección económica de las emisiones televisivas para redondear los emolumentos de los toreros, especialmente los de la primera línea. ¿Será posible el acuerdo? Voces bien informadas apuntan a algunos acercamientos, plagados de dificultades. Las posturas son distantes pero la necesidad apremia. Son sólo negocios… 

Necesidades de los tiempos 

Y mientras avanza o se inicia la gestación de los carteles de la temporada sevillana sin la presión del temprano calendario litúrgico del pasado año, en los cenáculos del toreo se habla de la temprana presentación de la feria de San Isidro que será desvelada en una gala a celebrar el próximo 6 de febrero. Quedan 24 días justos para conocer las combinaciones de ese mundial del toreo que, previsiblemente, se quedará sin televisión más allá de la oferta local de Telemadrid. 

Pero la cuestión es otra. No han faltado críticas a esas fechas madrugadoras pero en el mundo de hoy y en las actuales circunstancias del toreo, en el nivel de una feria como la de San Isidro entendida como uno de los grandes acontecimientos anuales que se celebran en la capital de España, no está de más adelantar los modos y los tiempos tradicionales en la misma línea que otros grandes espectáculos. El pescado, para bien o para mal, ya está vendido de antes. Una cosa nos lleva a la otra: en Sevilla se mantienen usos y costumbres que pertenecen a otro tiempo. El ciclo taurino que se celebra en la plaza de la Maestranza en un acontecimiento sin parangón que, en pleno siglo XXI, demanda tiempos de cocción más anticipados y hasta la presentación separada de la corrida del Domingo de Resurrección, entendida como uno de los capítulos festivos fundamentales en la ciudad de Sevilla. 

Adiós al cura Lezama 

Nos vamos ya, lamentando el fallecimiento del cura Luis Lezama, que nunca dejó de estar pendiente de esa tertulia taurina sevillana, Los toros en la Taberna, que concede anualmente unos preciados trofeos taurinos. La Taberna del Alabardero, buque insignia de una vida fecunda, es hija directa del interés del sacerdote vasco por la formación e integración de los más jóvenes. Todo nació en Chinchón, en torno a las capeas y los inconfundibles festejos que aún se celebran en su maravillosa Plaza Mayor. La curiosidad y la tutela de un grupo de maletillas, entre los que descollaba el sevillano Teodoro Librero El Bormujano, acabaría desatando su inmensa obra. La Taberna del Alabardero de Sevilla, por cierto, tiene como sede la casa que fue del industrial y ganadero Javier Molina –abuelo de Rafael y Gabriel Molina Candua, actuales directores de las vacadas de El Parralejo y Gabriel Rojas- que adoptó como hierro de su ganadería, que pastaba en la maravillosa dehesa serrana de El Sardinero, el anagrama de la casa Mercedes, de la que era concesionario. Son historias taurinas… 

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