AMÉRICA TAURINA
Borja Jiménez confirma este domingo en la México
Feria de Pedro Romero
El cartel de la LXVII Goyesca ya está en la calle. El propio Francisco Rivera Ordóñez, empresario de la plaza de la Maestranza de Ronda, ha confirmado la terna que finalmente hará el paseíllo el próximo 7 de septiembre. El rejoneador Diego Ventura y los matadores de toros Morante de la Puebla, Alejandro Talavante y Daniel Luque, que debutará en el lujoso festejo con 17 años de alternativa, serán los encargados de estoquear la corrida de Santiago Domecq y el ejemplar de Fermín Bohórquez, en la lidia ecuestre, que se han reseñado para la ocasión. Morante, convertido en uno de los toreros más ‘goyescos’ de la historia del festejo mantiene así su primacía en la cabecera de un evento que, hoy por hoy, no se entendería sin su presencia.
Francisco Rivera, el último Paquirri, lo ha anunciado a través de un vídeo aventado en las redes sociales en el que ha declarado sentirse “muy contento” de poder anunciar una terna a la que habría dado “muchas vueltas”. De hecho, en los mentideros taurinos se había dado por hecho el encaje de su hermano Cayetano en un festejo en el que llevaba ausente varios años por distintas desavenencias. Finalmente no será así…
Otra de las novedades es la presencia del rejoneador cigarrero Diego Ventura abriendo plaza a los infantes. Pero la novedad adquiere otra dimensión por el hierro del toro escogido. Ventura había renunciado a lidiar las reses de Bohórquez en su cruzada por abrir los encastes de los festejos de rejones. Esta elección, de alguna manera, se antoja una reconciliación con un hierro y un encaste fundamental para la especialidad ecuestre. La Goyesca, una vez más, será el centro de la feria de Pedro Romero aunque aún está por decidir el cartel de la corrida rondeña de rejones y el festejo de promoción que suele prologar el ciclo. “Lo iré contando” ha señalado Francisco Rivera prometiendo “una sorpresita” para completar la cartelería.
Hablar de la goyesca de Ronda implica hacer un repaso a casi siete décadas de toreo y fidelidad a un apellido: el de los Ordóñez. La primera Goyesca se celebró, sin vocación de continuidad, para conmemorar el segundo centenario del nacimiento del mítico diestro rondeño Pedro Romero. Fue en 1954, uniendo en el mismo cartel los nombres del Niño de la Palma (hijo), César Girón y Antonio Bienvenida.
La idea reverdecería en 1957, consagrando su continuidad, ya en manos de Antonio Ordóñez. Desde entonces sólo se ha interrumpido, por obras en la plaza, en 1963 y en coincidencia con la primera retirada del maestro además de en 2020 por imperativo del covid. Ordóñez llegó vestirse de majo -casi siempre de blanco con pasamanería negra- hasta dieciocho veces. Las primeras goyescas reeditaron el formato de corrida concurso y Antonio Ordóñez alternó con toreros como Rafael Ortega, Aparicio o Bienvenida. Sólo falló a la cita en 1961. El año anterior había sido testigo de la alternativa de Paula de manos de Julio Aparicio.
1964 marcaría el nacimiento de una nueva etapa: Antonio volvió a ser fijo en los carteles en el lustro prodigioso que finaliza en 1969. Ha cambiado la baraja: repiten Bienvenida o Aparicio pero ya aparecen los nombres de Miguelín o Palomo Linares. El maestro de Ronda no compareció en 1970. Tampoco lo hizo en 1971, año de su auténtica retirada en San Sebastián.
Pero Ordóñez volvió a prepararse a fondo para volver a su festejo más querido en 1972, mano a mano con Bienvenida. Llegó a matar más de 50 toros a puerta cerrada antes de volver a enfundarse el traje goyesco. Retirado de la guerra de la temporada, su comparecencia anual en Ronda se convirtió en una auténtica peregrinación de aficionados de todo el mundo que lo vieron alternar con matadores de la talla de Paquirri o Camino -bases de este periodo- además de Curro Romero o Manzanares, que se convertiría en el torero más recurrente de las goyescas de la década siguiente.
El maestro de Ronda volvió a tomar distancia en 1978 y 1979. Los carteles experimentaron un extraño bajón de calidad que se recuperó por completo en 1980, año del recordado mano a mano entre el mismísimo Ordóñez y su yerno Paquirri. Ésa fue la última Goyesca del genio de Ronda, que también tenía previsto actuar en la de 1981 -año de su frustrada reaparición- aunque se hizo sustituir por El Cordobés. A partir de entonces, Ordóñez se consagró a la organización de un evento al que le costó recuperar su ausencia hasta la grandiosa encerrona de Paco Ojeda en 1987.
Francisco Rivera Ordóñez actuó por primera vez en la Goyesca en 1996. Su abuelo organizó la última dos años después. El último Paquirri es, desde entonces, el alma de un evento que constituye un homenaje a su dinastía.
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