La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Ni un español sin su mensajito de Navidad
La sexta corrida de abono de la temporada de toros en Sevilla en este 2023 arranca este sábado a partir de las 18:30 en la Real Maestranza, jornada que coincide con el día del Alumbrado de la Feria de Abril.
Tras los ejemplares de Núñez del Cuvillo, esta tarde regresan los victorinos, una ganadería con marca propia y sello torista. Los toros de Victorino Martín, a orillas del Guadalquivir, siempre despiertan gratos recuerdos.
El cartel de este sábado está compuesto por los diestros Manuel Jesús El Cid, que reaparece en La Maestranza tras su retirada en 2019; Emilio de Justo, que regresa después de rozar la Puerta del Príncipe en 2021; y Manuel Escribano. La afición sevillana aún recuerda y suspira con el indulto en La Maestranza de Cobradiezmos, herrado con la mítica A coronada, en 2016.
Muchos rostros conocidos en los tendidos de la plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla este sábado.
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Emilio de Justo pincha una faena de dos orejas, y pierde la Puerta del Príncipe, con el Victorino que ha cerrado plaza. Otro toro encastado y de nota que murió con la boca cerradas. El extremeño torea de verdad, clásico, sin alharacas, como pocos. La Maestranza espera este lunes su regreso. Su balance en el sexto: ovación tras aviso.
Manuel Escribano desoreja este sábado en La Maestranza a un hijo de Cobradiezmos, aquel bravísimo Victorino que indultó en 2016. El de hoy se llamaba Patatero y fue premiado con una vuelta al ruedo tras ser estoqueado. Toro bravo también, tanto en el caballo como en la muleta, fue de menos a más. Cinqueño, como casi toda la corrida.
Oreja a El Cid tras firmar una lección de toreo al natural. Al sevillano se le saltaron las lágrimas cuando asomaban los pañuelos en La Maestranza. También fue aplaudido en el arrastre el cuarto Victorino, Mecatero, otro cinqueño.
El Cid, por cierto, ahora mata como jamás hizo en sus años de gloria. Destacaron Lipi, Javier Ambel y Mario Benitez entre los hombres de su cuadrilla. Regreso feliz del de Salteras tras retirarse de los ruedos en 2019.
Emilio de Justo le hace el quite de la feria a Lipi cuando el cuarto Victorino está a punto de prenderle contra las tablas. Ovacion a ambos, a Lipi por su arrojo; a De Justo por ese quite providencial.
Oreja para Emilio de Justo tras faena de valor y magisterio. Sólo la estocada, volcándose entre los pitones, ya la merecía. El toro, Filigrano, ovacionado en el arrastre. Buen Victorino, que no fácil. No permitía errores.
De Justo lo enjaretó en la muleta con distancia y tiempo. Y a tragar quina en los parones. Le había brindado la faena a El Cid en un detalle muy torero. Con el capote, soberbio.
El segundo Victorino, Portero, era toro viejo. Habría cumplido los seis años en diciembre. Muy armado. Tobillero y orientado siempre. Por el pitón derecho era peligroso; por el izquierdo, criminal. Manuel Escribano es un valiente. Lo toreó y estoqueó sin trampa ni cartón. El público ovacionó al de Gerena con toda justicia. El toreo también es esto.
Ha vuelto El Cid mejor de como se fue. La extraña sensación de volver a verle torear al natural, veinte años más tarde; que aunque el tango diga que veinte no son nada, son mucho. Empezó la faena así, por la izquierda y sin probaturas. Antes, había brindado al público.
Adelantó el engaño, el toque suave, templado y alargó la embestida de Corretón. Los aplausos y la música. Mató de estocada algo trasera y un golpe de verduguillo.
La gente ovacionó al sevillano con fuerza al terminar. Dio éste una entrañable vuelta al ruedo. Palmas también en el arrastre para el de Victorino, un noble toro ovacionado de salida de lo bonito y en tipo que estaba.
Arranca puntual la sexta del abono. Prácticamente lleno en los tendidos. Se ha echado el aire. Las banderas muertas sobre la Puerta del Príncipe.
Hacen el paseíllo Manuel Jesús El Cid, que reaparece, de tabaco y oro; Manuel Escribano, de verde y azabache; Emilio de Justo, de carmesí y azabache. El público saca a El Cid al tercio para recibir una ovación por su vuelta a los ruedos.
BANDERILLEROS
LIPI
Azul azafata y azabache
JAVIER AMBEL
Verde e hilo blanco
JUAN A. MAGUILLA
Turquesa y plata
PICADORES
M.J. RUIZ ROMÁN
Morado y oro
MARIO BENÍTEZ
Azul marino y oro
Mozo de espadas: JOSÉ L. SORES
Ayuda: DIEGO SANTOS
BANDERILLEROS
CURRO ROBLES
Berenjena y plata
FELIPE PROENZA
Azafata y plata
JOSÉ M. NEIRO
Sangre de toro y azabache
PICADORES
JUAN FCO. PEÑA
Sangre de toro y oro
MANUEL QUINTA
Caldera y oro
Mozo de espadas: DAVID DE GERENA
Ayuda: RAÚL FIJO
BANDERILLEROS
MANUEL A. GÓMEZ
Verde y azabache
MORENITO DE ARLÉS
Ciruela y azabache
J. M. PÉREZ VALCÁRCEL
Caña y azabache
PICADORES
GERMÁN GONZÁLEZ
verde y oro
JUAN BERNAL
Blanco y azabache
Mozo de espadas: ARMANDO LÓPEZ
Ayuda: JUAN M. MÁRQUEZ
Regresan los victorinos, una ganadería con marca propia y sello torista, salgan luego como salgan (el año pasado, un muermo). Excepción, junto a Miura y La Quinta, del tronco Parladé-Tamarón-Domecq, encaste mayoritario en las combinaciones maestrantes. Los victorinos, a orillas del Guadalquivir, siempre despiertan gratos recuerdos.
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