Toreros y flamencos de la mano por la misma historia

En Cádiz, cuna del toreo a pie, se grabó por primera vez un cante con un fonógrafo Son dos expresiones artísticas populares del mismo tronco

Curro Romero, Pepe Luis Vázquez Silva, Marcos Sánchez Mejías, Luis Parra 'Jerezano' hijo, Manzanares y Antoñete en un festival de homenaje a Camarón.
Curro Romero, Pepe Luis Vázquez Silva, Marcos Sánchez Mejías, Luis Parra 'Jerezano' hijo, Manzanares y Antoñete en un festival de homenaje a Camarón.
Crescencio Torés Algeciras

15 de diciembre 2013 - 01:00

La relación del toreo y el cante flamenco es notoria. Como el toreo, el cante, es una manifestación eminentemente popular, nace del pueblo, la hace suya, la interpreta y acomoda a su libertad. Caminan juntos por esta historia singular.

Es a partir de 1878 (apenas 135 años) con la aparición del primitivo fonógrafo cuando se recoge por primera vez la voz humana. Fue en Cádiz, como lo fue el toreo de a pie. La primera demostración pública fue en la Academia Santa Cecilia. Se incluye en ella una malagueña cantada por, María Monte. Fecha que le da carta de naturaleza 'físico-auditiva'. Sus orígenes se nos pierden en la nebulosa de los tiempos. Como el toreo, así lo acredita mi admirado amigo gaditano, el doctor Guillermo Boto Arnau, en su esplendido libro Cádiz, origen del toreo a pie (1661-1858). Por lo tanto son inseparables estas dos ramas de la cultura Ibérica. El cante flamenco tiene que ver con el toro en todo, no solo sus relaciones estrechísimas; toreros y cantaores, como ya veremos. Ambas son expresiones nacidas desde el mismo tronco; desde el mismo concepto popular del Arte. Cuando se produce en Europa, puntualmente en Inglaterra, la primera revolución industrial, en Andalucía comienza un lento y continuo éxodo del campo a las grandes ciudades, especialmente, a Cádiz y Sevilla. Fueron precisamente en los mataderos donde más se desarrollan los cantes, sobre todo los mataderos de Cádiz y Sevilla, de donde salieron oleadas de toreros y cantaores que resultan muy difíciles de separar. "El cante 'jondo' tiene su propia patria, su 'duende' en Cádiz y Sevilla y en Jerez y los Puertos hasta llegar a Triana", lo atestigua, Tomás Borrás, quien también aclara que el calificativo de 'flamenco' es que: "desde El Cuervo hasta la desembocadura del Guadalquivir, allí donde se posaban en sus emigraciones las bandadas de flamencos cuya silueta caricaturizaba la de los artistas de pantalón de talle y de ahí el mote y su definición".

Los flamencos y su cante tuvieron hasta no hace mucho caricaturas enemigas: "Es que sea fúnebre, de cementerio y ciprés y la madre que se muere". Y si a esto se añade la opinión desmesurada de Félix Borrell Vidal (F.Bleu) en su libro Medio Siglo de Toreo.Antes y después del Guerra y cito: "Madrid en masa respiraba torería, pero torería sana y simpática, aún no prostituida por el abyecto flamenquismo andaluz de pocos años después". Que después lo van a desmentir las coplas coleccionadas por el historiador Rodríguez Marín y el propio padre de los hermanos Machado. Acertadamente en 2010 la UNESCO consideró el Arte Flamenco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. La literatura referida específicamente al cante jondo o flamenco, tiene poco más de un siglo. Las primeras alusiones a los cantes y bailes andaluces las encontramos en la literatura romántica y en relatos de viajeros por Andalucía. El Barón Ch. Davillier, Richard Ford, y una del Mayor Delvymole (1770). En cuanto a la relación personal de toreros famosos y conocidos tenemos una larguísima lista que lo atestiguan. Veamos: Enrique El Mellizo insigne cantaor gaditano del S. XIX, de Los Puerto, trabajó en la cuadrilla de su paisano, Manuel Hermosilla, como puntillero y con Curro Dulce y en las del Lavi y El Marinero. Pedro Romero, su ideal del cante fue Antonio Ortega Vargas El Fillo de Puerto Real. Francisco Montes Paquiro admiraba a Silverio Franconetti y al Fillo. Cuentan que un día de fiesta en una taberna pidió al Fillo una seguiriya. Este se la cantó de tal manera que Paquiro, prendado, sacó un doblón de oro (o moneda de plata) y lo dejo caer sobre el mármol de la mesa. No se si fue el sonido de la moneda al caer o pasó algo extraño, que el Fillo, mosqueado con el gran torero, le dijo: "Maestro, yo le he sido cabal con mi cante, usted no". Desde aquel día ese palo flamenco se llamaría las "seguiriyas cabales". Ricardo Torres Bombita y Joselito admiraban al cuñado de éste El Cuco, banderillero y cantaor en su cuadrilla. Joselito era sobre todo de don Antonio Chacón. Rafael El Gallo, del gitano de Jerez Manuel Torres, aunque su verdadero nombre era Manuel Soto Loreto. El apodo le venía de su padre, cantaor también y natural de Algeciras. Rafael Molina Lagartijo era seguidor de Rafael Rivas. Juan Belmonte, del Mellizo, Antonio Fuentes escuchaba a El Pollo Rubio. Sánchez Mejías, seguidor incansable de Manuel Torres y sus aficiones a los galgos. Valencia II, de José Cepero. Luis Miguel Dominguín, de Manolo Vargas. El propio José María de Cossío también fue del cante de don Antonio Chacón. Curro Romero y Paula se encerraban en la Venta del Gato en Alcobendas (Madrid) con Camarón. La dinastía gitana de la fragua de los Cagancho con Joaquín Rodríguez Ortega, hijo de torero y nieto de cantaor. Los grandísimos cantaores: Nitri, Silverio, Antonio Monge Rivero El Planeta y tantos más abrazados siempre al toreo. Rafael Alberti lo explica poéticamente: "Ese toro metido en las venas que tiene mi gente". Antonio Chacón daba razón de si mismo, cuando decía: "Soy como los toros de Saltillo, que, cuando me llega la sangre a la pezuña, embisto con más fuerza". Y que decir de Manuel Ortega Juárez Manolo Caracol tataranieto del Planeta, biznieto de Curro Dulce, sobrino nieto de Paquiro y sobrino del Mellizo. Hoy sigue esta hermandad. A Enrique Ponce le gusta escuchar al banderillero Enrique Peña. Talavante se dejó llevar por el 'duende' del flamenco el 1 de septiembre de este año y le cantó por bulerías al tercer toro de Zalduendo en su encerrona de Mérida. Y para refrendar lo dicho hasta aquí, adorna esta página una expresiva fotografía en la que en una fiesta flamenca están Morante (agachado), Javier Conde, el banderillero y cantaor, Paco Peña y Manuel Mancheño Peña El Turronero que a lo mejor les estaba cantando aquello de "Romero, Romero… aquella tarde de junio con un torito de Núñez en Jerez de la Frontera".

También te puede interesar

stats