Toreo en el corazón de Sevilla
Antonio Nazaré y Saúl Jiménez Fortes divulgan la Fiesta de los toros en la plaza del Salvador.
Mañana espléndida y soleada. En la plaza del Salvador, corazón de Sevilla, junto a la de San Francisco, donde en los albores de la Fiesta ya se celebraban corridas de toros, los jóvenes diestros Antonio Nazaré y Saúl Jiménez Fortes realizaron una clase práctica de toreo con capote y muleta en una jornada de divulgación de la tauromaquia, organizada por Juventud Taurina de Sevilla –que preside Álvaro de la Rocha y ya cuenta con cerca de doscientos miembros, con edades entre 14 y 23 años– y el Ayuntamiento.
En un marco precioso, ambos toreros –como aperitivo de la Feria de Abril, donde están anunciados– fueron trazando un manojo de lances y un puñado de muletazos, en los que explicaban algunos de los secretos de la técnica con la que se realizan. Nazaré y Jiménez Fortes coincidían en la importancia del toreo de salón como ejercicio físico y mental para estar preparado antes de enfrentarse al toro. El sevillano realzó la importancia de la estética en el toreo de capa y, entre tanto apuntaba unas chicuelinas, aludió a esa similitud del toreo con el arte de bailar. El malagueño, cuando dibujaba una verónica, habló de dar el pecho al toro, del temple, teniendo en cuenta la velocidad del animal.
Una coreografía que era aplaudida por un público espontáneo que se iba sumando al espectáculo, comentado por Álvaro Rodríguez del Moral y en un acto que sirvió como homenaje al genial Juan Belmonte, en el centenario de su alternativa. El edil Beltrán Perez también se marcó unas verónicas como aficionado práctico. Algunos viandantes, sorprendidos, se paraban frente a la bellísima fachada manierista de la Iglesia del Salvador y plasmaban con sus móviles verónicas, medias, chicuelinas, tafalleras o largas. Y que se prolongaron con una sesión de muletazos, en los que no faltaron naturales, derechazos, trincherillas o pases de pecho.
Las mayores ovaciones llegaron en un paseíllo simulado que hicieron varios niños y cuando, de manera individual o bien ayudados por los propios toreros, los futuros maestros dibujaron sus lances ante la atenta mirada del complacido público. “Muy buena la idea”, aseveró Pepe, uno de los parroquianos de una cervecería aledaña, ya jubilado, que señalaba: “En mi niñez, era habitual ver a los chavales toreando en las calles de Sevilla. Esto es algo bonito y nuestro”. A la memoria nos vino aquella otra mañana de mayo de 2009, también soleada, en La Alameda, cuando un grupo de chavales, en su mayoría de escuelas taurinas, sorprendió a los paseantes con toreo de salón. Y, aunque sin presenciarlo directamente, también hemos dado noticia de otras actividades muy parecidas que han tenido lugar en varias ciudades, algunas andaluzas, como las de Málaga, Córdoba y Huelva.
La experiencia fue tan positiva que se repetirá en algunos de los espacios emblemáticos de la ciudad. Porque este sábado, decenas y decenas de adultos disfrutaron en la plaza del Salvador con ese toreo a pie de calle y vibró, como si aquello fuera una corrida de toros en la Maestranza, con algunos lances de niños, que capote en mano, soñaban con el arte del toreo.
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