Semana dramática en los ruedos
Ocho toreros heridos en cinco días: cuatro matadores, tres novilleros y un banderillero
No cabe hablar de supersticiones -aunque dos toreros cayeron en martes y 13- ni tampoco de verano sangriento, parafraseando a Hemingway. El alto número de cogidas en tan reducido espacio de tiempo tiene su razonamiento. Tras un descenso drástico en el número de festejos en meses anteriores, en agosto han crecido ostensiblemente, como sucede todas las temporadas. En consecuencia, por estas fechas crece el número de triunfos y también, en su proporción, el de percances y heridos en un espectáculo en el que la cornada es pago al contado y tributo de aquellos que buscan la gloria en el ruedo.
En cinco días han caído hasta ocho toreros -cuatro matadores, tres novilleros y un banderillero-. Nos preocupamos por el estado de cada uno de ellos y sus previsiones de reaparición. La lista la abrió el sevillano Morante, quien sufrió el pasado sábado una cornada de pronóstico grave en el muslo izquierdo, en Huesca. El de La Puebla se recupera en la Clínica Quirón de Zaragoza, desde donde el doctor Carlos Valcarreres señala que el torero podría abandonar el centro este fin de semana. Su retorno a los ruedos es una incógnita, a la espera de la evolución. Pero Morante, que ayer caminaba en la habitación del hospital y puede ingerir sólidos, ha apuntado a su entorno que quiere estar listo para su gran compromiso de este año: la goyesca de Ronda, donde está anunciado ante seis toros el 7 de septiembre.
Curioso el percance del malagueño Jiménez Fortes en Marbella, el pasado domingo. El torero descubrió la herida tras su retorno al hotel, después de recibir tres cogidas impresionantes y abandonar la plaza por su pie. En la Clínica Gálvez le intervinieron de una herida de 15 centímetros con trayectoria ascendente que le llegaba al hueco poplíteo y contorneaba el fémur. Ayer pidió el alta y piensa reaparecer este domingo en la misma plaza y afrontar su fuerte compromiso del próximo miércoles en Bilbao.
El pasado martes, 13 de julio, caían en Gijón, en un mano a mano, Antonio Ferrera y Javier Castaño, quienes tuvieron el gesto épico de continuar lidiando tras ser heridos. Ferrera ingresó en la enfermería con una cornada de 15 centímetros en el muslo derecho y no quiso ser operado hasta después de lidiar su último toro. Castaño tiene fue intervenido de una herida de unos 5 centímetros en la zona del perineo, entre el coxis y el recto. Ambos quieren enfrentarse de nuevo, en un mano a mano, previsto para el próximo martes en la Feria de Málaga.
Como el toro no entiende de escalafones, también han caído tres novilleros y un banderillero. El sevillano Borja Jiménez, quien sufrió una cornada en el muslo derecho de 15 centímetros en la plaza francesa de Soustons, ha sido atendido por el doctor Raúl Morales en Sevilla y evoluciona positivamente. Quiere reaparecer el próximo domingo en Dueñas.
También el domingo, el novillero mexicano Santiago Fausto era corneado en Las Ventas. Fue herido en tercio medio, cara interna, de la pierna derecha, con una trayectoria ascendente de 30 centímetros, de pronóstico grave. Su evolución es satisfactoria.
Incluso un novillero sin picadores, José Cabrera, perteneciente a la Escuela Taurina de Almería, sufrió el pasado martes una cornada en el muslo izquierdo cuando actuaba en la localidad jiennense de Castellar. Fue operado en el Hospital San Agustín de Linares y ya sueña con la reaparición.
Por último, en lo que se parece bastante a un parte de guerra e indica el riesgo de la profesión de torero, uno de plata, Rafael Perea El Boni, engrosó ayer este listado de bajas. El banderillero fue operado de una cornada con tres trayectorias en el muslo derecho de pronóstico grave, sufrida en la plaza de toros de Gijón, y se encuentra ingresado en el hospital de Cabueñes de la capital gijonesa. Es el último caso en una semana auténticamente dramática en los ruedos.
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