Muere Ricardo Chibanga, el primer torero africano de la historia
Tauromaquia
Natural de la actual capital de Mozambique, tomó la alternativa en 1971 en la Maestranza de Sevilla de manos de Antonio Bienvenida
Madrid/El primer torero de la historia nacido en África, Ricardo Chibanga, ha fallecido este martes a los 76 años en su domicilio de Golegá (Portugal) a causa de las complicaciones de un ictus sufrido hace unas semanas, según han confirmado fuentes allegadas al diestro mozambiqueño.
El cuarto de siete hermanos, Chibanga nació en Lourenço Marques (la actual Maputo), Mozambique, el 8 de noviembre de 1947 en el seno de una familia muy humilde. Por aquel entonces, la capital del país africano disponía de una plaza de toros y una notable afición gracias a la influencia portuguesa, y Chibanga solía ir de niño a repartir carteles de los festejos que allí se celebraban.
Pronto despertaría en él la vocación taurina, y, gracias a la cantidad de veces que jugaba al toro en las calles de su ciudad natal, el taurino portugués Manolo dos Santos se fijó en él y a muy temprana edad empezó a anunciarlo en la parte seria de un espectáculo cómico taurino.
De ahí dio el salto a Portugal, donde ingresó en la escuela taurina de Golegá para formarse en una profesión en la que llegó a torear más de 70 en novilladas a finales de los años 60, incluyendo las plazas principales del país, como Villafranca de Xiles, Santarem o Campo Pequenho, en Lisboa.
Sus aptitudes y buenas formas provocaron que el taurino español Manuel Carneiro decidiera apoderarlo y traerlo a España, concretamente a Sevilla, donde entrenaba con otros jóvenes que también soñaban con llegar a lo más alto como Rafael Torres o Paco Camino.
En 1970 participó en cerca de 60 novilladas por toda España, anunciado ya como El Africano, hasta que en 1971 tomara la alternativa en Sevilla de manos de Antonio Bienvenida y en presencia de su amigo Rafael Torres, en una tarde en la que Chibanga causó sensación y cortó una oreja. Desde aquella tarde triunfal Chibanga recorrió prácticamente todas las plazas del panorama nacional, logrando, incluso, muy buenos registros en la taquilla, pues en aquella época sorprendía mucho ver a un torero vestido de luces proveniente de África y, además, siendo de raza negra.
Llegó a confirmar alternativa en Las Ventas, toreó varias veces más en su tierra de acogida, Sevilla, algunas de ellas anunciado con el ídolo del afición hispalense, Curro Romero; siguió triunfando en Portugal, probó suerte en Sudamérica y llegó a cumplir su sueño de torear en la plaza de su Mozambique natal, en julio de 1973, una corrida que fue todo un acontecimiento nacional. Pero un año después una grave enfermedad en la vista lo obligó a retirarse de los ruedos. Toreó su última corrida en la colonia portuguesa de Macao, en China. Desde entonces su vinculación con el mundo del toro prosiguió en labores de empresario.
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