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Morante: la mirada inmóvil

EL REPASO

El eclipse del genio de La Puebla ha sido la noticia más relevante de una semana taurina en la que asistimos al final de San Isidro, una feria mediocre marcada por la masiva respuesta del público

Morante corta la temporada de forma indefinida

La ausencia de Morante pone en un brete a las empresas

Cara de decepción de Morante de la Puebla, que se va de vacío de la Feria de Sevilla. / Juan Carlos Muñoz

Hay noticias que no sorprenden pero sí logran entristecernos. El drama íntimo de Morante de la Puebla –bregando con sus demonios interiores- desborda cualquier contratiempo de los muchos que salen al encuentro en la azarosa vida de los hombres que se visten de luces. No se trata de una cornada o una fractura; ni siquiera de una crisis artística o de valor o ese territorio ignoto que los toreros llaman perder el sitio. El problema es más profundo y afecta al interior de un artista de extraordinaria sensibilidad que no ha tenido más remedio que parar justo cuando parecía que recuperaba la ilusión en la cara del toro.

La vuelta del diestro cigarrero no tiene fecha aunque su hombre de confianza, el portugués Pedro Marques, ha explicado que pretende volver a la palestra en esta misma temporada. En realidad es pronto para saberlo. Primero hay que recuperar en plenitud al hombre; el torero vendrá después… El estado interior de Morante ya había quedado delatado a comienzos de febrero en el estreno de los Premios Andalucía de Tauromaquia. Las pantallas colocadas entre el público en el Salón Real del hotel Alfonso XIII jugaron una mala pasada al matador que, visiblemente demacrado y con la mirada perdida, evidenció demasiadas dificultades para expresarse al recoger aquel galardón. ¿Qué le pasaba a Morante? No tardó en trascender que habían vuelto aquellos fantasmas que ya le obligaron a salir de la palestra hace veinte años. En el inicio de esta campaña ya se vio forzado a parar algunas fechas antes de hacer el paseíllo el Domingo de Resurrección. El corte definitivo, del que no podemos atisbar su alcance, ha llegado ahora…

Necesidad de estar a la altura

No hace falta subrayar que Morante es insustituible. Su ausencia ha puesto en un auténtico brete a las empresas que darán la medida de sí mismas empleando sentido de la oportunidad y talento para llenar ese ancho hueco. En Marbella ya fue suplido por Talavante –perejil de todas las salsas- que justificó el asunto triunfando a lo grande. Menos mal. Al día siguiente, en la Beneficencia madrileña, el Centro de Asuntos Taurinos decidió dejar en un extraño mano a mano –Borja Jiménez, triunfador absoluto de la isidrada, tenía apalabrado el domingo en Vera- entre Sebastián Castella y Fernando Adrián que, a la postre, saldría victorioso del empeño gracias a la excelencia del lote de garcigrandes que sorteó.

Las dudas vienen ahora: ¿será capaz el negocio de estar a la altura de las circunstancias? Mucho nos tememos que no pocas sustituciones enseñaran las vergüenzas de un sector que se encuentra el balón botando y las plazas llenas. Mientras tanto sigue empeñado en mantener con vida parte de un escalafón avejentado y amortizado que clama a gritos su renovación. En cierto despacho ya deben andar contando comisiones.

Hablando de las elecciones europeas

Mientras tanto, las elecciones europeas han brindado otros datos que podemos comparar con los 550.000 espectadores computados en la recentísima Feria de San Isidro. Son más o menos los mismos votos conseguidos, es un poner, por Podemos. Pero más allá de la impresionante abstención –que no nos compete analizar- podemos llamar a atención sobre la creciente e irremisible irrelevancia del PACMA, esa formación animalista que suele hacer bastante más ruido que las nueces que recoge -134.425 sufragios- o la importancia que se le otorga. Nuestras condolencias, extensivas a SUMAR, el conglomerado de partidos a la izquierda de la izquierda de la señora Yolanda Díaz que ha sacado menos votos que los espectadores registrados en la plaza de Las Ventas en la temporada 2023.

Las cuotas de poder que detenta, basadas en la prestidigitación política y las componendas del señor Sánchez para seguir en el machito no se corresponden con el verdadero respaldo electoral de estas formaciones. Tome nota el ministro Urtasun, inesperada espuela de esta ola protaurina que tiene en la juventud su mejor ariete. Cuando restablezcan el Premio Nacional de Tauromaquia deberían concedérselo. Gracias ministro, nadie había hecho tanto por la tauromaquia.

Ya lo dijo Ortega y Gasset y habrá que repetirlo las veces que haga falta: para entender la historia de España no se puede perder de vista lo que acontece en las plazas de toros. No hace falta recordar los llenazos de Sevilla, las impresionantes entradas de Madrid en un mes completo de toros, el llenazo de Marbella en su reinauguración, nueve años después de dar la última corrida de toros… Se ha llenado hasta Cáceres; hacía 55 años que no lo hacía. A lo mejor está dando la vuelta el aire pero no hablamos de siglas políticas sino de algo más profundo que tiene que ver con una manera de ver y sentir la vida. La cita de Ortega nos da pie para ahondar en la idea. Quizá la semana que viene…

De excursión por Badajoz: el caso de la Feria Mundial del Toro

Este mismo domingo se clausuraba en la sede de IFEBA, el palacio de congresos y exposiciones de Badajoz, la XV edición de ECUEXTRE, esa feria dedicada al mundo del caballo y el toro que ha vuelto a cubrir con creces las expectativas levantadas. La provincia de Badajoz –unida en tantas cosas a las tierras del viejo reino de Sevilla- tomó el relevo de la Baja Andalucía como solar de no pocas vacadas de la primera línea que han convertido las dehesas del valle del Táliga en uno de los principales bastiones de la cabaña brava ibérica. A esta circunstancia hay que añadir la solidez de una cantera taurina –pródiga en hombres de oro y plata- espoleada por una escuela ejemplar: la del Patronato Provincial de Tauromaquia que depende de una diputación desacomplejada y comprometida con ese estrato fundamental de la cultura popular.

El vigía de esta atalaya taurina semanal tuvo la oportunidad, un año más, de estar presente y operante durante dos intensas jornadas de la feria. A la solvencia organizativa se unía la brillantez de una puesta en escena que, inevitablemente, nos llevaba a recordar una gran oportunidad perdida en 2009. Hablamos de la Feria Mundial del Toro, aquella “joya de la corona” tal y como la bautizó en su día el difunto Felipe Luis Maestro, gerente de FIBES en los años que duró la muestra. Subrayaba el fulgor de una iniciativa que fue víctima del desapego de los que más deberían haberla apoyado, rascándose el bolsillo si hubiera sido necesario. Que lo fue… El propio Felipe Luis Maestro, impotente, dictó el epitafio más cierto de aquel empeño impulsado por el conde de la Maza, mantenido por FIBES y la Unión de Criadores, que no sobrevivió por un escaso puñado de euros: “Tenemos que saber si la Feria del Toro interesa al mundo del toro…”. Parece que no fue así...

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