Morante ya está en La Puebla
A punto de cumplirse una semana de la tremenda cornada que sufrió en su muslo izquierdo, con tres cuchilladas de 30, 20 y 15 centímetros respectivamente, Morante salía ayer de la Clínica Quirón de Zaragoza, en la que se encontraba ingresado desde el pasado domingo, tras ser herido grave en Huesca el pasado 10 de agosto. El diestro de La Puebla, sonriente, abandonó el centro médico caminando por su propio pie, ayudado de unas muletas. Le acompañaban su esposa, su apoderado Antonio Barrera y el doctor Carlos Val-Carreres, quien ha supervisado su recuperación.
En lo que fue una improvisada rueda de prensa, Morante dejó entrever en sus palabras tanto su estado actual como lo que piensa sobre su reaparición. El torero sevillano apuntó que se encuentra "bien, pero hay que ir viendo cómo evoluciona la herida y cómo va el funcionamiento de la pierna... Esto son cosas que ocurren, son un tributo que hay que pagar". Y con humor, añadió: "Espero no daros más sustos, y así también me los ahorro yo". Del percance, Morante recordó que se produjo "en un momento en el que yo tenía confianza, más que en el toro, en mí mismo, pero en cualquier caso la culpa no se la vamos a echar al toro, será mía".
Respecto a la incógnita de si estará recuperado para torear el 7 de septiembre en la goyesca de Ronda, donde está anunciado en solitario ante seis toros, afirmó: "Haré todo lo posible por torear en Ronda, me hace mucha ilusión y sería una tristeza no torear la goyesca".
Morante será atendido en su domicilio de la Puebla del Río por el doctor y cirujano taurino sevillano Domingo Jiménez.
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