Hermoso, Urdiales y Luque, dos orejas en la primera de abono de Logroño

La corrida de Alcurrucén, de juego variado y con dos toros ovacionados

El riojano Diego Urdiales toreando con la mano derecha al primer toro de su lote.
Mundotoro / Logroño

18 de septiembre 2012 - 01:00

GANADERÍA: toros de San Mateo y San Pelayo, para rejones y Alcurrucén para la lidia ordinaria, ovacionados 2º y 3º de la tarde en el arrastre. TOREROS: Hermoso de Mendoza, oreja y oreja; Diego Urdiales, ,dos orejas y palmas. Daniel Luque, dos orejas y silencio. INCIDENCIAS: Plaza de toros de la Ribera de Logroño. Media plaza.

El segundo festejo de la Feria de Logroño estuvo marcadamente diferenciado entre la primera parte y la segunda. No sólo por contenido artístico, sino también por la condición de los toros tanto de San Mateo como de Alcurrucén, que dieron más opciones en la primera parte del mismo.

Pablo Hermoso de Mendoza cortó la primera oreja de la tarde a un toro de San Mateo y San Pelayo que tuvo buen son y tranco. Inició la faena y dejó dos rejones de castigo a lomos de Disparate, continuó la faena con Chenel realizándole recortes por los adentros inverosímiles y el caballo fue tremendamente expresivo. Tras un rejón de muerte cortó la oreja. El segundo de Hermoso, aunque noble, no transmitió tanto. Resultó un toro al que hubo que llegarle bastante y una faena en la que destacó la vibración a lomos de Van Gogh. Cortó otra oreja.

El primero de Urdiales tuvo la virtud de la fijeza. Toro noble y que se desplazó además de aguantar en los medios durante toda la faena de muleta del riojano. Urdiales elaboró una gran faena, asentado y haciendo gala del estado de gracia en el que se encuentra. La faena tuvo engarce y transmisión y lo mejor llegó con muletazos al natural, de mucho reposo, hondos y llevándolo largo, rematando las tandas con pases de pecho 'marca de la casa'. Lo mató en los medios y desorejó al de Alcurrucén. Serio y con cara salió el quinto para Urdiales. Tras recibir dos puyazos por parte de Manuel Bernal fuerte mente aplaudidos, en la muleta resultó ser un toro reservón que no se empleó nunca y fue incierto y se lo pensó mucho.

Daniel Luque también desorejó al tercero de la tarde en un festejo que iba a más a estas alturas de el mismo. El sevillano ofreció momentos verdaderamente plásticos después de competir en quites con Diego Urdiales. Recetó derechazos de mano baja, y se le vio a gusto y a medida que el toro se vino a menos, Luque realizó un toreo de proximidad y paseó el doble trofeo. Con el sexto, Luque consiguió robarle muletazos a base de no dejar pensar al toro. Con los aceros estuvo poco acertado. Silencio.

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