La aldaba
Carlos Navarro Antolín
¿Dónde está el límite de la vergüenza?
FERIA DE ABRIL | QUINTO FESTEJO DEL ABONO
La duda es el peor enemigo de un torero. Junto al viento. Esos dos elementos fatídicos han acompañado a José María Manzanares durante este viernes de expectación y "no hay billetes" en La Maestranza.
Sostiene el filósofo Gregorio Luri que un síntoma crucial de la crisis que sufre Occidente son las rodillas impolutas de los niños. Podría añadirse que un síntoma de la crisis que sufre el toreo son los vestidos inmaculados de algunos matadores. Es el caso del alicantino que hasta ha perdido el sitio con la espada, cuando antes tumbaba a sus toros con unas estocadas fulminantes, de libro. Ver a Manzanares entrar a matar era un espectáculo que, tristemente, se ha perdido. El aficionado vive del recuerdo.
Quedan viejos fulgores, por supuesto. Con el quinto Cuvillo, Manzanares ha dejado naturales hermosísimos. Su banderillero, De Carvalho, le mostró previamente las virtudes por ese pitón con el capote. Pero de la figura que abrió tres veces la Puerta del Príncipe e indultó a Arrojado, también de Cuvillo, queda cada vez menos. Y es, hasta cierto punto, lógico.
Tras los mejores naturales al colorado Rescoldito, el público de La Maestranza comentó sin pudor: "¡Ahora, ahora!" y "Eso sí, Jose Mari. Ahora sí, hijo", dando a entender que, hasta entonces, no había sido.
Con el transcurso de los años, uno va mirando lo que deja atrás. En la balanza personal, los desequilibrios son inevitables. Familia, cansancio acumulado, viejas lesiones, ilusiones que se pierden... Los toreros se gastan, quizá más rápido que el resto de los mortales. Y, a la postre, Manzanares es un hombre inteligente.
La edad es una carta que juega a favor de Andrés Roca Rey. Su hambre y ambición son inagotables. Él todavía no ha abierto tres Puertas del Príncipe, pero va a por ellas. Este viernes ha sumado la primera a la lista. Algo barata, dicen algunos. Vibrante, en cualquier caso. Todas las dudas que vuelan sobre Manzanares, se disuelven en el interior del valiente peruano, que disfruta dejando sus toros crudos, sin apenas picar.
Los pases cambiados, de rodillas y de pie, engarzados con los de pecho, han entusiasmado al atiborrado coso del Baratillo. La música, a todo meter. Cuando salió el sexto, Roca Rey sabía que tenía la llave de la Puerta del Príncipe en la mano y no paró hasta descerrajarla. Tres orejas en su esportón. Lo sacaron a hombros con el terno de estreno lleno de sangre. Las rodillas de los niños que describía Luri. Pues eso.
Diego Urdiales, vestido con un caña y azabache en homenaje a Curro Romero, es uno de los toreros con peor suerte en los sorteos. Algo catastrófico. Incluso el enlotado resultó raro este viernes, pues el riojano se quedó con los dos Cuvillos más bastos y cuellicortos. La presentación de la corrida ha sido un despropósito impropio de La Maestranza. Comentan que se han llegado a reconocer hasta 22 toros. Hubo zambombos, anovillados... Ojalá ese aspecto mejore en lo que resta de feria.
Sobre las cuadrillas, Manzanares tiene a dos centauros charros: Paco María y Óscar Bernal, dos picadores magníficos, que fueron aplaudidos con justicia por el público, al igual que José Manuel Quinta, en las filas de Roca Rey. Apoteosis, una vez más, de Antonio Chacón que, con un solo par, hizo sonar la música. Entre los banderilleros, también destacaron 'El Víctor' y 'Viruta'.
El viento molestó mucho, muchísimo, toda la tarde. Del suroeste. Los papelillos se arremolinaban a la hora del paseíllo junto a la Puerta del Príncipe. Se contaban pocos abanicos en los tendidos. No hacían falta. Dicen que esta madrugada llueve. Veremos. Aguardan los Victorinos en los corrales. El ganadero ha avanzado que viene algún descendiente de Cobradiezmos, ese torazo que Manuel Escribano indultó en Sevilla en 2016 y que todavía, en la memoria de muchos, horada con su hocico el albero maestrante.
Manuel Jesús 'El Cid'
El matador sevillano Manuel Jesús 'El Cid' reaparece en una de sus plazas, La Maestranza, tras su retirada de los ruedos al cabo de la temporada de 2019. Y lo hace con la ganadería que lo encumbró hace casi dos décadas: la de Victorino Martín. La apuesta en la Feria de Abril es aún mayor, casi a una carta, después de quedarse fuera de San Isidro 2023, por lo que es de suponer que el de Salteras tendrá ganas de darle una "bofetada" a la empresa de Madrid.
Manuel Escribano
Victorino y Miura son las ganaderías que toreará Escribano esta Feria de Abril. Y sin perder la sonrisa. La afición sevillana aún recuerda y suspira con el indulto en La Maestranza de Cobradiezmos, herrado con la mítica A coronada, en 2016. El año pasado, el torero de Gerena se encerró con seis Miuras —tristemente, la corrida salió un petardo— en una tarde torera y cabal.
Emilio de Justo
De Justo regresa al coso del Baratillo después de rozar la Puerta del Príncipe en 2021. Una grave lesión cervical no permitió al extremeño hacer el paseíllo en La Maestranza la pasada Feria del Abril, por lo que los aficionados con memoria lo esperan entre barruntos de triunfo. Su segunda actuación en el serial será el lunes, en cartel de figuras y con toros de Matilla.
Victorino Martín
Regresan los Victorinos a Sevilla, una ganadería con marca propia y "sello torista", salgan luego como salgan (el año pasado, un muermo). Excepción, junto a Miura y La Quinta, del tronco Parladé-Tamarón-Domecq, encaste mayoritario en las combinaciones maestrantes. Cierto es que los Victorinos, a orillas del Guadalquivir, siempre despiertan gratos recuerdos por muchos años que transcurran. Cuestión de romanticismo, quizá.
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