El Fandi indulta un toro y Antonio Barrera corta una oreja en Venezuela
El granadino, pletórico, logra las dos orejas simbólicas de su primer toro y es premiado con otro apéndice de su segundo
GANADERÍA: Toros de Campo Pequeño, El Prado y La Consolación, que dieron buen juego en su conjunto. TOREROS: Rafael Rodríguez, saludos tras dos avisos, Leonardo Benítez, oreja y palmas. Antonio Barrera, oreja y saludos. David Fandila 'El Fandi', dos orejas simbólicas y una oreja. INCIDENCIAS: Plaza de toros de San Cristóbal. 15.000 espectadores.
El diestro granadino David Fandila El Fandi triunfó a lo grande en la tercera y penúltima corrida de la Feria de San Sebastián de San Cristóbal, en Venezuela, al cortar tres orejas, dos de ellas simbólicas por el indulto de un toro.
El sevillano Antonio Barrera y el venezolano Antonio Benítez cortaron una oreja por coleta y el rejoneador nacional Rafael Rodríguez fue ovacionado en su valiente actuación. Rodríguez se la jugó clavando rejoncillos y farpas siendo cogido contra las tablas de la barrera y salieron conmocionados de la suerte caballo y caballero. Colocó arriba seis farpas antes de clavar dos rejones de muerte desde la silla. El toro no dobló y el sobresaliente falló con la espada y sonaron dos avisos.
Leonardo Benítez salió a revienta calderas con un toro jabonero al que lanceó valiente con la capa, clavó tres pares de banderilla en todo lo alto. Bullidora faena con pases de méritos al compás del pasodoble. Al cuarto lo toreó por verónicas intercaladas con chicuelinas que fueron aplaudidas. Se lució en un quite por saltilleras. En la faena, trasteó con ganas por ambos pitones antes de que se apagara.
Antonio Barrera recibió de rodillas al toro de su debut en esta plaza, valiente faena con pases de todas las marcas, mató de certera estocada y paseó una oreja. Llegó aplomado al último tercio, el torero porfió para sacarle muletazos de mérito antes de finiquitarlo de estocada.
El Fandi toreó valiente a la verónica, clavó tres pares de banderilla, dos de poder a poder y el del violín. Realizó larga y asentada faena con toda la plaza entregada, cuajó importantes series de naturales derechazos y redondos. El público pidió con insistencia que le perdonaran la vida al toro, lo que concedió el palco otorgándole dos trofeos simbólicos. Con un farol de rodillas en tabla recibió al último de la tarde lidiado con luz artificial, el astado embistió largo a la muleta lo que aprovechó para ligar largas con la diestra y matarlo de pinchazo hondo. Fue sacado a hombros al terminar la corrida.
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