AMÉRICA TAURINA
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Ni eran las cinco de la tarde ni los rayos del sol calentaban el albero de la Maestranza pero ayer fue tarde de toros en Sevilla. Bueno, de toreros. En el Salón Colon del Ayuntamiento Espartaco recibió el VIII Premio Taurino que concede el Consistorio. Un galardón que recupera el espíritu con el que se creó en 2013 y que premia una trayectoria vital que el maestro de Espartinas ha realizado a lo largo de muchos años amando el mundo del toro. Hay taurinos que van más allá de las tardes de toro y Juan Antonio Ruiz Román es uno de ellos.
"El corazón se ha emocionado como en las tardes de la Real Maestranza", comentó Espartaco durante su intervención. Y no es para menos porque además de la autoridad competente –el alcalde de la ciudad y la mayoría de los concejales salvo IU-Podemos, la secretaria general de Interior, el consejero de Presidencia y el de Turismo, Cultura y Deporte, entre otros–, intervino la banda del Maestro Tejera y Pepín Tristán. Sonó el pasodoble Plaza de la Maestranza, con el que hicieron el paseíllo el diestro, el alcalde y Antonio Sanz junto a Manuel Alés en un acto donde todo recordaba a una tarde de toros. Hubo incluso un pasadoble en cada cambio de tercio, en este caso de discurso.
Todos los intervinientes, desde el portavoz del jurado, Carlos Crivell; pasando por el delegado de Fiestas Mayores, Manuel Alés; como el consejero de Presidencia, Antonio Sanz, y el alcalde de la ciudad destacaron la calidad profesional humana y taurina de un torero que estaba realmente emocionado por un premio “que es un canto a la tauromaquia, al toro bravo y a la libertad".
"Es un sueño hecho realidad que tu ciudad y tu gente te premien. Me siento afortunado", afirmó un emocionado Espartaco, que recogió el premio rodeado de su familia y amigos. "Es un eslabón más para que la tauromaquia siga adelante", aseguró.
Espartaco no sólo está por méritos propios en los carteles de la historia taurina en España, sino que, desde la humildad, ha ejercido de buena persona desde que saltó al ruedo en Camas. Incluso en el agradecimiento por el galardón se acordó de sus compañeros, afirmando que seguro que se lo merecen mucho más. “Ahora hay muy buenos toreros, mejores que yo. Y cuando pisaba el albero había muy buenos. No sé si he sido bueno o no, pero si lo conseguí fue porque los demás fueron mejores y si quería competir, tenía que esforzarme”, explicó. Genio y figura en cualquier plaza. Hasta en el Salón Colón del Ayuntamiento.
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