Curro Durán: la alternativa de un torero de Utrera
Entrevista
El inminente matador ya está en capilla. El próximo sábado cambiará de escalafón en el ruedo de su tierra de manos de Alejandro Talavante y en presencia de Pablo Aguado con una corrida de Luis Algarra
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El día ha llegado. Curro Durán se convertirá en matador de toros el próximo sábado perpetuando un nombre, el de su propio padre, que se haya íntimamente ligado a la historia taurina de la ciudad del mostachón. Alejandro Talavante será el encargado de entregar los trastos del oficio a este novillero de larga trayectoria que se puso definitivamente en el punto de mira del aficionado a raíz de su última novillada en Sevilla. De alguna manera era un ser o no ser que el inminente matador utrerano solventó sacando lo mejor de sí mismo. Mientras aguarda la cita con el toro compagina capotes y muletas con los exámenes en la Universidad Pablo de Olavide. Pero la mente, inexcusablemente, está ahora en la plaza.
-¿Cómo se puede pensar en los exámenes si le esperan dos toros y una alternativa?
-La verdad es que me concentro poco. No hay mucho tiempo para estudiar estos días. La semana pasada tuve dos exámenes y tenía que ir a por ellos y para el último tuve que levantarme a las cuatro y media de la mañana para repasar porque el sábado estuve en el campo y después de examinarme volvía otra vez.
-Son dos frentes complicados pero el día de su alternativa ya está ahí...
-Y se me pasan muchas cosas por la cabeza pero sobre todo ilusión y ganas. Es un sueño cumplido después de tanta lucha, de tanto sacrificio, de tantos sinsabores…
-Al final será en Utrera, su tierra, pero el plan inicial era haberse doctorado en Sevilla. ¿Queda algo de amargor por esa ausencia de los carteles abrileños?
-Mi ilusión y mi sueño es que hubiera sido en Sevilla. Creo que me lo gané en la plaza después de dos años seguidos cortando orejas, sobre todo a raíz de las buenas sensaciones que dejé el año anterior. La verdad es que creía que iba a ser en Sevilla atendiendo a otras alternativas que se habían dado a otros compañeros de aquí. Había hecho los mismos méritos para que se me tuviera en cuenta pero desgraciadamente no fue así pero qué mejor sitio que en Utrera, con mi gente… aunque mi sueño y mi ilusión habría sido tomarla en la plaza de la Maestranza después de haber dado motivos suficientes para que así fuera.
-La novillada de 2023, de alguna forma lo cambió todo: para el aficionado, la prensa y no sé si también a nivel personal.Hay un antes y un después de aquel festejo.
-En 2020 estaban las cosas muy bien. Venía de torear mucho en México y estaba rodado pero llegó el parón de la pandemia que lo fastidió todo. Lo del año pasado en Sevilla ya no era fácil. Era un año más de novillero por más que el año anterior ya hubiera estado bien y hubiera cortado oreja pero volver a Sevilla, anunciado otra vez en las novilladas, podía impacientar al aficionado. Era complicado darle la vuelta a la tortilla y yo era consciente de ello. Lo que pasó en el ruedo ahí quedó. Antes había ido a Sevilla más verde, menos toreado, pero aquel día estaba más maduro, llevaba varias tardes acumuladas, y la novillada sirvió.
-En cualquier caso esa presión sirvió para sacar los mejor de sí mismo
También. Llevaba un mes prácticamente sin entrenar ni hacer campo. Un toro me había echado mano después de Madrid y prácticamente empecé a prepararme dos semanas antes de ir a Sevilla. Iba consciente de que era un todo o nada. Podía salir cara o podía salir cruz.
-Esas circunstancias, unidas a los años de pandemia, han alargado su etapa de novillero más allá de lo que hubiera querido. ¿En algún momento pensó en ponerle punto y final a su carrera taurina?
-La verdad es que sí, viendo las circunstancias, contemplando el paso de un año tras otro sin apenas torear… pero sobre todo fue a raíz de la pandemia. Tenía mucha incertidumbre. No sabía cuándo se podría volver a torear ni siquiera si se podría volver a hacerlo. Fue muy duro porque estuve más de dos años sin torear. Nada en absoluto. Tenía una temporada muy buena por delante y la pandemia volvió a poner el contador a cero. Antes del virus, en 2020, estaba puesto en Sevilla el día del Corpus con la de Fuente Ymbro y también sabía que iría a Madrid el primero de mayo con una novillada de El Parralejo.
-Al final se han reunido las cosas. El cartel de este sábado es redondo.
-La verdad es que sí. Las cosas siempre tienen un porqué y pasan por algo y la empresa, que comandan mi tío y mi padre, han conseguido confeccionar un cartel de figuras que podría estar perfectamente en cualquier feria. Son matadores que torean todos los días.
-¿Qué tal anda el ambiente? ¿Cómo se lo están tomando sus paisanos?
-La verdad es que hay muy buen ambiente, tanto en Utrera como en Los Molares, el pueblo de mi madre. Hay momentos en los que hay que dar espacio del entrenamiento a los estudios pero estos días hay que dejar sitio a la preparación y los tentaderos. Estoy entrenando todos los días, compaginando lo físico y el salón. He hecho el campo que he podido pero las ganas y mi actitud suplirán cualquier carencia en ese sentido.
-¿Cómo está viviendo estos días? ¿Cómo se encuentra internamente?
-Todo el mundo me pregunta si estoy nervioso pero la verdad es que estoy muy tranquilo. Soy una persona que se toma las cosas con calma. Sé lo que me juego, lo que hay cuando uno sale al ruedo. Los nervios no valen para nada y pensar más de la cuenta tampoco. Uno ya sabe a lo que está expuesto.
-Hay que hablar de su padre. Las comparaciones son obligadas entre una época y otra. Él toreó en la plaza del Arrecife y su alternativa será en La Mulata. Se enfrenta a un panorama taurino radicalmente distinto al que él vivió. Son mundos distintos.
-El toreo actual no tiene nada que ver con el de esa época. Se daban muchos más festejos entre novilladas y corridas de toros y hoy en día es mucho más complicado abrirte hueco. Si quieres entrar en las ferias tiene que ser a base de codazos, de llegar a Sevilla o Madrid, triunfar, que se te abran las puertas… Poco a poco, golpeando, tienen que abrirse.
-Su padre sabe bien lo que es ponerse delante del toro y vivir este tiempo de incertidumbre. ¿Cómo lo está viviendo él?
-Está tranquilo. Sabe que estoy preparado y consciente de lo que me espera. Él sabe bien todo lo que implica todo esto, lo que supone ponerse delante del toro y creo que lo debe pasar infinitamente peor que yo pero lo disimula bien en el día a día.
-No sé si ese sábado seguirá algún esquema especial o tratará de que sea una jornada lo más normal posible
-No tengo nada preparado. Es un día especial que sólo pasa una vez. El sueño de cualquier chiquillo que quiere ser torero es convertirse en matador de toros pero no voy a seguir ningún rito o manía. No haré nada fuera de lo normal, será como si torease en Sevilla o en Madrid.
-Empezamos hablando de Sevilla y vamos a terminar hablando de Sevilla. La vuelta a la plaza de la Maestranza ya sólo puede ser como matador.
Es el sueño de cualquier torero: estar anunciado en una plaza como la de Sevilla. Me dolió mucho no verme en los carteles este año. La verdad es que espero que la empresa tenga la consideración, que tenga en cuenta el año que viene que aquí hay un torero de Sevilla que merece una oportunidad en la Feria.
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