El parqué
Jaime Sicilia
Quinta sesión en verde
Un altar
A modo de maestro de la tauromaquia, Mario Vaquerizo ha levantado un auténtico altar en su mesilla dle hospital, "las vírgenes y santitos" de la devoción de la famila que están a su lado en estos momentos de preocupación por su estado de salud tras la caída de hace dos sábados en el escenario de Cáceres. El marido de Alaska sufre doble fractura en las vértebras lumbares y tiene problemas de visión debido a ese percance cuando cayó desde dos metros de altura.
"Aqí seguimos, muy bien cuidado por los médicos, enfermeras, auxiliares, celadores… en fin, ¡qué personas tan totales y profesionales!", ha expresado Vaquerizo por el tratamiento que está recibiendo desde que el pasado miércoles volvió a ingresar. Hace una semana recibió el alta en el hospital de Cáceres tras estar en observación. Al regresar a casa eran tales los dolores y la pérdida parcial de visión en un ojo que fue llevado de nuevo al hospital. Como ha reconocido Alaska, el error fue llevarlo en el coche particular en lugar de una ambulancia, convirtiendo el traslado en una experiencia dolorosa.
Marío asegura estar " bien cuidado y además protegido por mis vírgenes y santitos, que siempre me ayudan y acompañan.", ha señalado en su post de instagram, agregando "una vez más, gracias a todos por vuestros mensajes", ante el aluvión de muestras de cariño. "Los ojitos y el cuello, pues… poquito a poco", ha informado el cantante de Nancys Rubias en plena convalecencia de las consecuencias de la caída, más graves de lo que parecía tras las primera informaciones, pero menos de lo que podía haber sucedido.
Echando un vistazo al altar de Mario Vaquerizo, efectivamente está protegido por devociones populares, advocaciones marianas milagrosas, santas y santos de lo imposible y de los enfermos, y alguna especial devoción de Alaska y su familia como la Virgen de Guadalupe.
A la izquierda de la mesilla hay una imagen de la Virgen de Lourdes en forma de botellita con agua del manantial, un cuadro de la aparición de esta Virgen francesa, y un pequeño bidón con más agua milagrosa de Lourdes. Al lado de ese frasco, otra botella de agua en forma de la Virgen de Fátima y la aparición a la pastorcita de los tres hermanos que recibieron su mensaje. Delante de estos frascos se ven pequeñas capitallitas con la imagen de Santa Gema, a la que se le pide una gracia para que interceda (en este caso la recuperación del solicitante, de Mario) y otra con la imagen de San Judas Tadeo, patrón de los imposibles. Recientemente la talla que se veneraba en la iglesia de la hermandad del Silencio de Sevilla se vio envuelta en un incedio producido por las centenares de velas que siempre tiene ante su hornacina en lel patio. Al lado, un crucifijo.
En el centro se ve una estampa de Santa Rita de Cascia, santa de los imposibles, con la botellita de rosa de agua de la Virgen de Guadalupe. A su lado, el enfermo San Lázaro, con sus muletas, para las peticiones urgentes como esta de la recuperación del enfermo. Ante San Lázaro hay un díptico en el que aparece San Francisco de Asís y se adivina la Virgen de Guadalupe. Sobre la mesilla están las estampas de San Antonio de Padua, santo franciscano de origen portugués tan milagroso y querido, una Virgen con el Niño que no identficamos su advocación, y no podía faltar la Patrona madrileña, la también milagrosa Virgen de la Almudena.
En la cabecera de la cama de Mario está otra estampa que creemos identificar que es del arcángel San Miguel, que estará vinculado de alguna forma a las devociones del matrimonio de él y Olvido, de su "Olvi".
Por fe y oración no va a ser, en este apoyo que tiene Mario Vaquerizo y sus familiares para que le ayude en su recuperación.
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