El viejo 'Gran Hermano'

Se fue Mercedes Milá y con ella su Alvarito pero todo continúa, show must go on, como la vida en directo. Gran Hermano 17 ya tiene a sus finalistas, el pasado jueves salió de la casa la última concursante por el sistema de nominaciones, Adara, la que parecía ser la niña mimada del concurso se ha quedado a puertas de una recta final que se solucionará en apenas tres semanas. Beatriz, Rodrigo, Alain, Miguel y Meritxell son los cinco supervivientes de la edición de la continua sospecha de tongo, tan comentada y retuiteada especialmente entre el público más joven del programa. Pero poco hay que echarle en cara a los seguidores del espacio televisivo que apenas han oído hablar de Ismael Beiro; Gran Hermano ha crecido el 21,1% en su target comercial -hasta el 33% en jóvenes de 13 a 24 años y hasta el 29,2% en jóvenes de 25 a 34 años- dando pie a grandes legiones de fans virtuales, los verdaderos creadores de debate, que al final han resultado ser los que aún mantienen con vida al veterano reality, claro está junto a los románticos que no renuncian a GH por el simple hecho de ser GH a pesar de que indiscutiblemente el programa ya no es lo que era.

Los datos de consumo online y de la app hablan por sí solos: 1 millón de usuarios visitan al mes la web del programa; la señal en directo 24 horas registra 4,5 millones de conexiones a la semana; más de 2 millones de vídeos vistos de GH a la semana y la app de GH para dispositivos móviles acumula 3,4 millones de descargas.

El Gran Hermano de los malos humos ha sobrevivido a su edición con mayores síntoma de desgaste a pesar de haber acumulado un promedio del 20,1% de share y 2.220.000 espectadores. El reality ha seguido liderando ampliamente su franja de emisión con 10,4 puntos de ventaja sobre Antena 3, que promedia un 9,7%. Sigue siendo además la oferta preferida en 11 de los 14 ámbitos geográficos. En Andalucía, concretamente, las galas del programa acumulan un 22,9% de share siendo la tercera comunidad con mejor dato de share por detrás de Asturias y Canarias.

Lo que sí es inamovible, más allá de la audiencia, internet y los giros en la dinámica del concurso por seguir consiguiendo que parezca interesante, es el trabajo impecable de su equipo, los que al final han resultado ser desde finales de abril del año 2000, cuando arrancó la primera edición del reality, los verdaderos grandes hermanos. Un matrimonio perfecto entre Mediaset y la productora Endemol en el que participan las 200 personas que trabajan en Guadalix de la Sierra y las 50 que lo hacen en los Estudios Mediaset en Fuencarral, entre equipo de producción, cámaras, regidor, iluminación, sonido, azafatas, maquillaje, peluquería, etcétera.

Gran Hermano es el show más importante de la televisión con 273 ediciones en 50 países y 30 millones de seguidores en la redes sociales en todo el mundo y sigue siendo digno de admiración sobre todo por el trabajo que hay detrás de todo el espectáculo que llega a nuestras pantallas a través de gritos, pruebas semanales, llantos en el confesionario y el edredoning. En la casa de la edición española, la nuestra, hay 100 posiciones de cámara cubiertas por cámaras robotizadas, fijas y de estudio y 75 micrófonos de ambiente e inalámbricos. En el plató de Madrid, por su parte, se usan 9 cámaras, dos cabezas calientes, un steady y otras tantas cámaras fijas. Todo bajo una realización exquisita y una escaleta estudiada al milímetro, en la que quizás este año se ha echado de menos esa espontaneidad de la ex presentadora del programa que hacía que todo pareciera más verdadero, más reality.

La recta final del Gran Hermano de Jorge Javier Vázquez ha comenzado y ahora es la audiencia la que tiene el poder, si es que ha dejado de tenerlo en algún momento.