La Sexta, del humor al análisis político
De Wyoming a Ferreras
El segundo canal de Atresmedia confirma en las noches electorales su peso de influencia en audiencia y redes sobre la actualidad política
La evolución de La Sexta, desde su creación en 2005 hasta la actualidad con su primer puesto destacado en las noches electorales, merece un análisis. A lo largo de todo este camino el segundo canal de Atresmedia ha ido quemando etapas y construyendo su propia imagen. Humor, sátira, entretenimiento e información política están íntimamente ligados a la historia de la cadena siempre de tono fresco, que goza de una línea editorial progresista que lo ha convertido en un producto único y reconocido por el público, por admiradores y detractores.
Fue con el gobierno de Rodríguez Zapatero y en pleno diseño de la TDT cuando se sacó de la chistera esta licencia analógica a finales del 2005. En ese mismo paquete entraba Cuatro, que sería el relevo en abierto de Canal+ en el entramado empresarial del Grupo Prisa. Su fundación llegaría de la mano de la llamada Gestora de Inversiones Audiovisuales La Sexta, conformada por accionariado de la mexicana Televisa y productoras españoles de diferente calibre como Globomedia, Mediapro, Bainet, El Terrat. Tras unos primeros meses titubeantes y con un alcance limitado a las grandes urbes en el verano de 2006 tenían su primer gran evento. Hablamos del Mundial de fútbol de Alemania, su trampolín para ganarse la confianza de una audiencia que daba sus primeros pasos con los decodificadores de la TDT.
En la primera parrilla de programación el fútbol y el entretenimiento tuvieron un papel protagonista. De aquella época sigue vigente en la actualidad El Intermedio, que en su primera emisión sólo contó con un 0,2% de la audiencia. Dejando a un lado el Mundial con la voz del recordado Andrés Montes, su primer gran éxito fue Sé lo que hicisteis, espacio de humor que repartía estopa a la competencia presentado por Patricia Conde y Ángel Martín. La Sexta sería pionera en la colocación de rostros femeninos a los mandos de los informativos, que ya proyectaban una línea editorial muy determinada. Sus comienzos no fueron nada fáciles. A su corta trayectoria en la pugna por la audiencia se unió la obcecación de Mediapro en la lucha con Prisa por la adquisición de los derechos de la Liga de Fútbol. El desembolso de unos 2 millones de euros por noche terminó siendo un duro traspiés económico para una cadena con limitados índices de audiencia y con dificultades para rentabilizar su parrilla en el mercado publicitario.
El cambio de dueño reflotaría esta situación de desconcierto. Antena 3 se hacía con la compra del grupo empresarial que gestionaba La Sexta. Tras conseguir la autorización bursátil en octubre del 2012 iniciaba la nueva gestión. El Grupo Planeta consigue mantuvo la línea editorial, contando con la figura de Antonio García Ferreras como director editorial, jefe in pectore de la redacción que tras dirigir la cadena comenzó ante la pantalla con Al rojo vivo en las noches La Sexta 2, como competencia de El gato al agua, modelo del que tomó las fuentes el espacio de actualidad política del mediodía.
La Sexta adquirió peso siendo fiel a sí misma, reforzada por el respaldo de Atresmedia pese a las presiones políticas, y se convirtió en altavoz de los nuevos tiempos políticos. Los movimientos del 15-M (2011) provocó alteraciones en un bipartidismo que despertaba desencantos generales. Empezará de ah la vinculación de Podemos y La Sexta, en efecto de retroalimentación, y cómo desde un medio de comunicación, en principio secundario, se puede llegar a moldear la opinión pública contagiando al resto y con el apoyo de fenómenos nuevos como las redes sociales. Fue una realidad posible dentro de una corporación tan heterogénea como Atresmedia.
La Sexta, dirigida por Mario López, procedente de Canal Sur, apostó por largas jornadas de directo, por la actualidad y la última hora, por los movimientos sociales surgidos desde el descontento para configurar su propia oportunidad y madurando formatos como Salvados. Al rojo vivo retransmitía en directo la pujanza de Podemos y de Ciudadanos, con una situación de inconformismo social que se vio reflejado en la identidad de la cadena rescatada por Antena 3 en 2011. Ese apego por el directo también lo demostraron en los momentos más críticos del Procés.
Con Antonio García Ferreras, al frente de Al rojo vivo, La Sexta ha conseguido ser una referencia en la información política y el análisis de la actualidad, como bien reflejan los 4 millones de espectadores que este domingo siguió el recuento electoral que vino a respaldar a Pedro Sánchez.
Su primer gran liderazgo en la cobertura televisiva de unas elecciones se produjo en el año 2015 en los comicios municipales que consolidaron el fenómeno Podemos. Después se agregaron las tertulias con protagonistas políticos de La Sexta Noche; o El objetivo con Ana Pastor, esposa de García Ferreras despedida de TVE en 2012 con la llegada de directivos de PP y que en 2013 se incorporaba a la cadena y actualmente dirige su propia productora, Newtral (con el fact check como obsesión). Un punto de vista exigente, inconformista y riguroso con el que La Sexta suple en los momentos de importancia el papel que deberían de ocupar las cadenas públicas.
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