El salseo tóxico sobre el Benidorm Fest se va de las manos

La dirección de TVE ha tenido que apaciguar los miles de comentarios en las redes de quejas y hasta insultos por la inesperada derrota de las dos favoritas del Benidorm Fest. El himno Ay mamá, de Rigoberta Bandini, respaldado por una mayoría de eurofans al grito de “no sé por qué dan tanto miedo nuestras tetas”; y el étnico Terra, del trío Tanxuguerias, apoyado por su terra y con simpatizantes por incluir la frase “no hay fronteras” en euskera o en catalán.

La remontada de una desconocida Chanel, que logró la victoria de Slo Mo Slo Mo llegó a ser desconcertante y de la sorpresa del sábado se pasaba a continuación a una fila de protestas, un salseo que se ha envenenado, hasta el punto de descalificaciones y acuñar términos como #TongoFest, que pasan factura en imagen ante el resto de países, empañando así no sólo a la ganadora (se le ha cuestionado que el porcentaje de palabras en inglés supera al establecido en las normas) sino también al excelente nivel de todo el certamen, la organización de todo el equipo de TVE y las buenas expectativas de cara a próximos años. La final del sábado fue seguida por 3 millones de espectadores, 21% de cuota, lo más visto del mes en La 1 y con un share en Galicia que fue de casi el 50% para asistir a una frustrante caída por escasos votos de Tanxugueiras.

TVE admite “ser consciente de la controversia” que fue a más durante el domingo y se ha brindado a establecer fórmulas y posibilidades de cara a la siguiente edición, “un diálogo participativo para todo el proceso”.

Las críticas surgen por la paradoja de que el conjunto gallego venció en los votos populares, el representativo (demoscópico) y el televoto público, mensajería que llegó a recibir 1.000 votos por segundo y tuvo que alargarse por el colapso del sistema. Mucha Galicia se abalanzó hacia el móvil pero no pudieron ver la victoria de sus paisanas.

El jurado de expertos

La clave estuvo en los cinco miembros del jurado especializado, y en concreto de las tres jurados españolas (según ha revelado el presentador Máxim Huerta), que ya relegaron en semifinal a Tanxugueiras y que en la final para esta comisión que sumaba el 50% de la puntuación final fueron quintas, venciendo ahí Slo Mo.

Como sucede en cualquier otro evento o suceso en estos tiempos gaseosos de redes y haters, donde todo el mundo tiene un opinión, cuanto más encendida mejor, se contagió el enfado sobre el Benidorm Fest, tildando de fraude, tongo y términos similares.

La fórmula del jurado de la selección española es idéntica a la de Eurovisión, unos expertos suman el 50% de la puntuación total para relativizar las simpatías o favoritismos caprichosos. De haber tenido el Benidorm Fest sólo el televoto, como sucedía quince años atrás, Tanxugueiras hubieran ganado de calle.

En ningún casoRigoberta Bandini tuvo cerca una victoria que parecía presdestinada para ella.

Daño mutuo por el televoto

La viralidad en favor de Tanxugueiras le perjudicó mucho. Fue segunda en cada una de las tres secciones de votos. Y Ay mamá, presentada como el tema rompedor que necesitaba la representación española, no terminó de convencer del todo en su puesta en escena, donde el equipo de Rigoberta quería desprender un espíritu desatado frente a las coreografías y montajes más centrados de sus máximas rivales. Sobre el impecable número de Chanel había eurofans convencidos el sábado, pero muchos otros no daban su brazo a torcer.

La más votada por el jurado fue tercera en las consultas populares sufriendo de todas formas la desventaja de ser una desconocida.

TVE ha respaldado al jurado designado. Las tres especialistas españolas son Natalia Calderón, coach que en estos momentos supervisa el A chorus line de Banderas; la supervisora del Coro de RTVE, Estefanía García;y la coreógrafa de los espacios de Gestmusic (OT, Tu cara me suena), Myriam Benedited, sobre la que se centran más quejas de proteger a una alumna como Chanel, vienen a sacudir muchos críticos.

La corporación pública ha pedido “al margen de los debates” cerrar filas a partir de ahora y “apoyar unidos a Chanel”, que durante esta semana ha tenido una relación más que cordial con sus rivales, como ha expresado en una entrevista que publicará esta web.

Consencuencias del cabreo viral

Este cabreo dominical eurovisivo ha llevado a la candidata española a bajar en las casas de apuestas y de estar en el 7º lugar ha pasado al 13º. De no remediarse estas protestas la imagen de la candidatura puede verse afectada, aunque quedan meses y muchos canciones por revelarse.

La vencedora se va a Turín, pero las vencedoras morales (típica expresión eurovisiva porque los jurados siempre han sido históricamente caprichosos) también han sido ganadoras de cara a la repercusión que han tenido y harán sus agostos en este año y en próximas, además de tener las puertas abiertas para siguientes Benidorm Fest.

Una lástima también que toda la indignación enredada deje ya en segundo plano otros nombres valiosos de una gala de nivel como Rayden; los más optimistas y naif, los Varry Brava; o el pobre de Gonzalo Hermida, que tuvo que verse en dos actuaciones a través de videoclip, confinado en su habitación.

La dirección de TVE cuando amaine este temporal sólo puede tener palabras de euforia de cara a futuras selecciones eurovisivas en Benidorm, con la Generalitat valenciana y el ayuntamiento de dicha localidad entregados a una experiencia que ha tenido audiencia y hasta un incipiente estímulo turístico.

Las quejas para defender a una Rigoberta Bandini que aún debió dar más de sí en la preparación vienen a estropear lo que ha sido la mejor gala pre-eurovisiva española de su historia y buen camino que se ha visto ensuciado, con el eco en Europa que puede perjudicar al Benidorm Fest y la canción Slo Mo.